Pasos para una abogacía de excelencia

Miguel Carbonell comparte consejos para perfeccionar el ejercicio de la profesión.


Primer paso: aprende a gestionar mejor tu práctica jurídica

Una gestión eficaz es esencial para que los abogados naveguen por la naturaleza compleja y exigente de su profesión. El ejercicio profesional de la abogacía se manifiesta de muchas maneras; podemos ser litigantes, académicos, juzgadores, trabajar en fiscalías, asesorar empresas, dedicarnos a la diplomacia y un largo etcétera. Pero lo cierto es que en todas esas formas de ser abogados tendremos que organizarnos de manera que seamos efectivos gestionando nuestro quehacer diario. 

A continuación te ofrezco cinco consejos de gestión que pueden resultar útiles para nuestro trabajo como profesionales del derecho:

1. Gestión del tiempo

Para cualquier profesional del derecho un recurso que tiene el más alto valor es el tiempo. Para aprovecharlo al máximo debes priorizar las tareas según su urgencia y su importancia. No todo lo que tenemos que hacer nos va a dar los mismos resultados y seguramente no tendremos tiempo de hacer todo lo que queremos hacer: hay que saber priorizar.

En el mismo sentido, es indispensable utilizar herramientas de seguimiento del tiempo para monitorear y optimizar nuestras horas de trabajo. A menudo se escucha a nuestros colegas decir “se me fue el día y no hice nada” o “el tiempo se me pasa como agua entre los dedos”. Saber medir en qué invertimos nuestro tiempo nos va a permitir esa tarea de priorización que ya comentamos.

Hay que saber establecer plazos realistas y asignar tiempo de nuestra agenda tanto para tareas a corto plazo como para proyectos de largo plazo. A veces nos metemos días tras días en lo urgente y vamos aplazando hasta la eternidad los proyectos de largo plazo que son muy importantes y que quizá generen los mejores resultados de nuestra carrera profesional.

Para gestionar mejor nuestro tiempo se requiere aprender a delegar tareas que otros pueden realizar, lo que nos permitirá concentrarnos en el trabajo legal de alta prioridad.

2. Gestión de relaciones con el cliente

En nuestro trabajo como abogados necesitamos desarrollar sólidas habilidades de comunicación para comprender y abordar las necesidades del cliente de manera efectiva. Nuestra tarea principal consiste en proveer servicios a nuestros clientes, entendiendo por clientes, en un sentido amplio, a cualquier persona que requiera nuestro conocimiento y nuestro tiempo.

Una buena gestión de nuestras relaciones con los clientes implica, antes que nada, mantenerlos informados sobre el progreso de sus casos y estar atentos siempre de lo necesario para gestionar sus expectativas y que siempre se sientan bien acompañados y comprendidos.

A veces puede ser útil apoyarse en herramientas de gestión de relaciones con el cliente para organizar la información y las interacciones con las personas a las que prestamos nuestros servicios.

Hay que fomentar relaciones profesionales de largo plazo brindando un servicio excelente y siendo proactivo al abordar las inquietudes naturales que siempre tienen los clientes.

3. Gestión de proyectos legales

Una de las grandes áreas de oportunidad para mejorar nuestro trabajo como abogados consiste en el llamado legal project management, que se puede traducir como gestión de proyectos legales.

Esa gestión puede requerir que dividamos los casos legales complejos en tareas manejables y generemos un plan que nos permita gestionarlos con éxito.

Hay que aprender a utilizar herramientas de gestión de proyectos para realizar un seguimiento del progreso, asignar correctamente los recursos humanos y financieros con que contamos, así como gestionar con la mayor eficiencia posible los cronogramas de cada caso.

También es importante anticipar posibles desafíos y desarrollar planes de contingencia. No todo sale de la manera como originalmente lo planeamos. Hay que saber adaptarse.

Gestionar casos complejos supone colaborar con nuestro equipo legal de manera eficiente, asegurándonos de que todos estén en sintonía con respecto a los objetivos y los cronogramas del proyecto.

4. Educación continua y desarrollo de habilidades

Cuando tenemos que trabajar en entornos tan dinámicos como el del derecho mexicano (y en general como el de América Latina) es indispensable mantenerse actualizado sobre tendencias legales, cambios en la legislación y mejores prácticas de la industria. Lo que aprendimos en la carrera difícilmente va a ser suficiente para tener éxito profesional.

Es necesario invertir tiempo en nuestra educación continua; para lograrlo hay que asistir a talleres, conferencias y seminarios relevantes. Obviamente, estudiar un posgrado es indispensable.

Pero el aprendizaje puede dar mejores resultados si es compartido con quienes trabajan cerca de nosotros. Sirve de mucho fomentar una cultura de aprendizaje en el seno de nuestro equipo legal, generando un entorno que valore el desarrollo profesional.

Nuestro crecimiento profesional también requiere el desarrollo no sólo de una sólida experiencia jurídica sino incluso de habilidades interpersonales como negociación, comunicación y liderazgo que hoy en día marcan la diferencia entre los buenos abogados y los abogados excelentes.

5. Integración de tecnología

El futuro nos alcanzó. Las nuevas tecnologías están teniendo un impacto decisivo en la profesión jurídica. Es necesario adaptarnos a la nueva realidad y comenzar a utilizar herramientas de tecnología legal para agilizar los procesos y aumentar nuestra eficiencia.

Hay que invertir en sistemas de gestión de casos, automatización de documentos y herramientas de descubrimiento electrónico. También es necesario garantizar la seguridad de la información del cliente mediante la implementación de sólidas medidas de ciberseguridad.

Al incorporar estos consejos de gestión en nuestras rutinas diarias, los abogados podemos lograr algo de la mayor relevancia pero que no se suele enseñar en las escuelas de derecho: mejorar nuestra eficiencia, construir relaciones más sólidas con los clientes y navegar con éxito en las complejidades de nuestra profesión de manera más efectiva.

Segundo paso: aprende a influir en las personas

Desarrollar nuestra capacidad de influencia sobre los demás es algo indispensable si queremos tener éxito en el ejercicio profesional de la abogacía. Para ser un abogado exitoso necesitamos saber convencer, persuadir y lograr que los demás asuman como propio el punto de vista que les estamos comunicando. Esto no es sencillo de lograr, ya que implica y requiere una combinación de habilidades interpersonales, comunicación efectiva y comprensión del comportamiento humano. 

A continuación te comparto algunos consejos que podrán ayudarte a mejorar tu capacidad de influencia y persuasión:

1. Construye relaciones genuinas

Para influir hay que saber acercarte a la gente. Invierte tiempo en construir conexiones auténticas con las personas. Para lograrlo debes mostrar interés genuino en sus vidas, opiniones e inquietudes. No se trata de adoptar una postura interesada, sino de asumir con dedicación la tarea de entender a los demás, de comprender sus posturas y sus puntos de vista.

Lo anterior se puede maximizar si somos buenos oyentes. La gente aprecia a quienes los escuchan activamente y sienten empatía por ellos.

2. Desarrollar habilidades de comunicación efectiva

Nuestra capacidad de influencia se incrementará de manera notable si somos capaces de articular claramente nuestros pensamientos y nuestras ideas. Hay que desarrollar prácticas comunicativas que nos permitan expresarnos de manera concisa y convincente. Nadie le cree a una persona a la que no entiende.

Entre los procesos comunicativos debemos poner atención en la comunicación no verbal; me refiero específicamente a cuestiones como el lenguaje corporal y el tono de voz, ya éstos que desempeñan un papel esencial en la forma en que se reciben nuestros mensajes.

3. Comprender a los demás

No debemos olvidar que la empatía es un elemento clave para desarrollar influencia sobre las demás personas. Es importante tratar de comprender las perspectivas, las necesidades y las motivaciones de aquellos con quienes nos relacionamos.

La empatía podrá alcanzar un mayor impacto si somos capaces de adaptar nuestro para que resuene con los valores y los intereses que tiene nuestra audiencia.

4. Tener confianza

La confianza puede ser contagiosa. Cree en ti mismo y en tus ideas; no hasta el punto de la soberbia, aunque nada convence de mejor manera que escuchar a alguien que verdaderamente cree lo que está diciendo.

Es importante mantenerse firme en nuestras convicciones y, al mismo tiempo, estar abiertos a lo que los demás puedan aportarnos a través de comentarios constructivos.

5. Demostrar competencia

Para influir en los demás es indispensable adoptar una actitud de mejora continua de nuestros conocimientos y nuestras habilidades en nuestra respectiva área de especialización. Es más probable que las personas sigan a quienes demuestran ser competentes y tener un alto conocimiento de su área de especialización.

Para tal efecto, hay que estar siempre preparados y bien informados cuando participemos en discusiones y cuando tomemos decisiones.

6. Cultivar la confianza

La confianza es la base de la influencia. Si eres confiable, honesto y consistente en tus acciones tu capacidad de influencia se multiplicará.

Para que los demás confíen en ti deben tener la seguridad de que eres una persona que cumple con sus compromisos y que eres transparente en tu comunicación.

7. Adaptabilidad

Vivimos en un mundo que cambia a cada instante. Para tener influencia en nuestro tiempo hay que ser adaptable al cambio y estar permanentemente abierto a nuevas ideas. La flexibilidad demuestra nuestra capacidad para navegar con éxito en diferentes situaciones. Siempre es recomendable abrazar genuinamente la diversidad y tener la mente abierta a diferentes perspectivas.

8. Influencia a través de acciones

Una buena forma de convencer a los demás radica predicar con el ejemplo. Tus acciones hablan más que tus palabras y las personas a menudo se dejan influir por lo que ven que haces y no solamente por aquello que dices que vas a hacer.

Es importante ser un modelo positivo y encarnar los valores que deseamos que otros adopten.

9. Desarrollar habilidades de resolución de conflictos

Aprender a manejar conflictos y desacuerdos de manera constructiva es algo que nos ayuda en la vida en general pero, sobre todo, en nuestro desempeño como profesionales del derecho. Esta habilidad es esencial para mantener relaciones e influencia positivas con los demás. Para los profesionales del derecho este punto representa un recordatorio de las muchas herramientas que, junto al litigio, nos ofrece el ordenamiento jurídico para atender de mejor manera a nuestros clientes, enfocando nuestro trabajo en la resolución de fondo de sus problemas en lugar de embarcarnos, a veces de manera poco meditada, en largos procesos judiciales que no siempre van a dar buenos resultados (o los darán luego de mucho tiempo, lo cual tampoco es positivo).

10. Aprender continuamente

Hay que repetirlo cuantas veces haga falta: si queremos ser líderes y que los demás sigan nuestro ejemplo, hay que mantenernos siempre curiosos y comprometidos con el aprendizaje permanente. Esto no sólo mejora nuestro conocimiento, sino también lo mantiene adaptable en un mundo que cambia rápidamente, que es una forma de protegernos frente a la amenaza de quedarnos obsoletos en poco tiempo.

Para finalizar, recuerda que influir en los demás no es algo parecido a la manipulación, sino que se trata de crear conexiones positivas y significativas entre las personas. Si nos enfocamos en generar confianza, comprender a los demás y desarrollar continuamente nuestras habilidades, podemos convertirnos en personas influyentes dentro de nuestras comunidades.

Tercer paso: construye la carrera de tus sueños siendo un profesional del derecho

Encontrar una carrera que te guste como abogado implica explorar de manera simultánea tus intereses, tus fortalezas y tus valores mientras consideras las diversas especializaciones dentro del campo legal. Hay que tomar en cuenta que precisamente una de las ventajas de estudiar la carrera de derecho es que te prepara para desempeñar diversos papeles. Es decir, no hay una única forma de ser abogado. De hecho, opino que es mejor hablar de las “profesiones jurídicas” en plural y no de la “profesión jurídica” en singular, tomando en cuenta las diferentes opciones de desempeño profesional que tiene la carrera.

A continuación te comparto algunos pasos que quizá puedAn ayudarte a identificar una carrera jurídica satisfactoria para ti:

1. Autoevaluación

Comienza reflexionando sobre tus habilidades, tus fortalezas y tus debilidades. ¿Qué es lo que más te gusta hacer cuando estás trabajando?, ¿qué es lo que te aburre?, ¿para qué eres bueno o muy bueno?

Considera los aspectos del ejercicio del derecho que realmente te interesan y te mantienen motivado y respecto de los cuales sientes que el tiempo vuela cuando los estás llevando a cabo.

Una vez que realices lo anterior, identifica cuáles son tus valores en la vida y lo que es importante para ti en una carrera.

2. Explorar las diversas especializaciones legales

Investiga cómo se trabaja y qué tipo de desempeño se requiere en las diferentes áreas del derecho, de modo que veas cuál de ellas se adapta mejor a tus expectativas e, incluso, a tu forma de ser. Lo importante es que te allegues de información útil para descubrir qué te interesa.

Eso lo puedes lograr, por ejemplo, asistiendo a seminarios, talleres o eventos de networking en diversos campos jurídicos o hablando con profesionales de diferentes especialidades para conocer mejor su trabajo diario.

3. Pasantías y periodos de prueba

Una buena forma de explorar lo que las distintas profesiones jurídicas te pueden ofrecer es a través de pasantías u oportunidades de trabajos temporales en diferentes entornos legales.

Es una buena forma de obtener experiencia profesional para comprender los aspectos prácticos de diversas especialidades jurídicas, de manera que cuentes con elementos que te permitan valorar tu grado de satisfacción en diferentes roles.

4. Redes

El derecho supone la existencia de relaciones sociales. Los abogados debemos trabajar en el marco de esas relaciones. Por eso es importante que construyas una red con otros profesionales del derecho.

Eso se puede lograr si asistes a conferencias, seminarios y eventos jurídicos para conocer personas en diferentes campos y con distintos intereses. También sirve mucho unirse a foros en línea o a grupos de redes sociales relacionados con el derecho y las carreras jurídicas.

5. Tutoría

Es recomendable buscar mentores que puedan guiarte en tus elecciones profesionales. Es mucho lo que se puede aprender de abogados experimentados sobre sus trayectorias y sus opciones profesionales.

Solicita asesoramiento de parte de quienes ya van muy avanzados en el camino de la vida sobre cómo encontrar satisfacción en la profesión jurídica.

6. Educación continua

Considera la necesidad actual de obtener certificaciones adicionales o títulos avanzados en áreas que te interesen. De esa manera puedes profundizar en conocimientos que no obtuviste en la carrera, desarrollar una amplia red de contactos profesionales y darte a conocer como experto en determinado campo del derecho.

La educación continua también te permite mantenerte actualizado sobre las tendencias legales y los campos emergentes para descubrir nuevas oportunidades.

7. Equilibrar objetivos personales y profesionales

Considera tus preferencias de equilibrio entre el trabajo y la vida personal y cómo se alinean con las diferentes carreras profesionales legales. Dependiendo del sector en el que te desempeñes tendrás más o menos exigencias, las cuales pueden suponer altos niveles de estrés e incluso pueden llegar a chocar con tus planes de llevar ciertos modelos de vida personal o familiar. Es necesario que evalúes el impacto de posibles elecciones profesionales en tu vida personal y en tu bienestar.

8. Prueba y error

Hay que estar abiertos a probar diferentes roles en el campo legal.

Si es posible, acepta diversos proyectos o casos para medir lo que despierta tu interés o lo que mejor se acopla a tus planes de vida. No dudes en hacer los ajustes necesarios en función de la manera en que vayan cambiando tus intereses.

Recuerda que encontrar la carrera jurídica ideal puede llevar tiempo e implicar cierto grado de prueba y error. Hay que aprender a ser pacientes con nosotros mismos y no dudar en hacer ajustes a lo largo del camino. Continuar explorando, aprendiendo y adaptándose para encontrar una carrera legal que se alinee con tu pasión y tus valores puede ser un camino fascinante de crecimiento personal. Aprovecha esa gran oportunidad para darle el sentido y los significados que quieres a tu vida y de esa manera llevarás mucha ventaja para alcanzar todas tus metas.


Sugerencias bibliográficas

Para profundizar en varios de los temas abordados en los puntos anteriores te recomiendo las siguientes obras:

Carbonell, Miguel, Cómo ser excelente en la abogacía, México, Tirant lo Blanch/Centro de Estudios Carbonell, 2023.

———, Cartas a un joven abogado, México, Porrúa, 2018.

Cialdini, Robert B., Influencia, Madrid, HarperCollins, 2022.

Fernández León, Óscar, Abogados: gestión y servicios, Madrid, Thomson Reuters-Aranzadi, 2012.

Fernández León, Óscar, Las habilidades del abogado, Madrid, Thomson Reuters-Aranzadi, 2021.

Jaeger-Fine, Toni, Becoming a Lawyer, Saint Paul, West Publishing, 2019.

Levit, Nancy, y Douglas O. Linder, The Happy Lawyer, Nueva York, Oxford University Press, 2010.

Poll, Edwar, The Business of Law, 3a ed., Chicago, American Bar Association, 2014.

Rhode, Deborah L., Lawyers as Leaders, Nueva York, Oxford University Press, 2013.

Susskind, Richard, El abogado del mañana, 2ª ed., Madrid, La Ley-Wolters Kluwer, 2017.

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