El digital securities sandbox (DSS) de Reino Unido: lo que se puede tomar para el caso mexicano

El 18 de diciembre de 2023 se llevó ante el Parlamento británico un instrumento regulatorio conforme a la Ley de Servicios y Mercados Financieros, para poner en marcha un “sandbox de valores digitales”, el cual entró en vigor el 8 de enero de 2024, con la pretensión de sentar las reglas que se observarán para operar en un sandbox las infraestructuras de mercados financieros con nuevas tecnologías. Mónica Moyotl Díaz analiza lo que conviene de esta figura para el caso mexicano.


Qué es un sandbox

Sandbox, se traduce del inglés al español como arenero. Es un concepto utilizado para hacer referencia a un espacio de prueba. En el ámbito financiero, los sandbox se han introducido como una manera de poner a prueba, en un periodo de tiempo limitado y bajo la autorización y la supervisión de los reguladores, esquemas de negocio que encuentran alguna limitante en la regulación que les aplica, operando así bajo un régimen de excepción con la finalidad de experimentar el funcionamiento y las consecuencias de ese modelo de negocio.1

En México el proceso de autorización y funcionamiento para un sandbox financiero está previsto en la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (LRITF) de 2018, bajo la denominación de “modelos novedosos” que consisten en el otorgamiento de una autorización temporal a las sociedades interesadas en ofrecer servicios financieros, cuya prestación requiere autorización, registro o concesión de las autoridades financieras, de conformidad con una ley.

El sandbox en México

Conforme a la LRITF, las empresas que tengan una propuesta de modelo novedoso para la prestación de servicios reservados a las entidades financieras deben presentar una solicitud de autorización ante la autoridad financiera competente para conocer, según el tipo de operaciones que pretenda realizar. Entre los requisitos más relevantes con los que debe cumplir el proyecto de modelo novedoso que se presente para autorización destacan, de acuerdo con la LRITF, los siguientes: i) debe representar un beneficio para los usuarios de servicios financieros respecto de los existentes en el mercado, ii) debe estar lo suficientemente avanzado como para permitir que el inicio de operaciones sea inmediato y iii) debe ser probado con un número limitado de clientes.

A la conclusión del periodo de prueba del modelo novedoso, el cual no puede durar más de dos años, las autoridades financieras podrán otorgar las autorizaciones, las concesiones o los registros de que se trate, en los que se hagan constar las excepciones y las condicionantes para la prestación de los servicios financieros.

A pesar de lo atractivo que pudiera sonar la posibilidad de operar en prueba un modelo de negocios que implica la realización de actividades y operaciones reservadas a entidades que cuentan con alguna autorización, concesión o registro; a seis años de la publicación de la LRITF no se ha autorizado la operación de ningún modelo novedoso alguno.2

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en conjunto con la embajada del Reino Unido, la consultora dai y Distrito Emprendedor, organizaron dos ediciones del concurso Sandbox Challenge, que prometía acompañamiento para los proyectos ganadores en el proceso de solicitud de autorización para operar su modelo novedoso. Estos concursos recogieron algunos proyectos ganadores, de los cuales ninguno logró obtener la autorización temporal para operar como modelo novedoso y, mucho menos, la definitiva, como alguna de las entidades financieras reguladas.

El sandbox financiero de Reino Unido

Reino Unido, a través de la Autoridad de Conducta Financiera (fca, por sus siglas en inglés), homologa de la CNBV, es pionero en el establecimiento de sandbox regulatorios para permitir a corporaciones poner a prueba, en un ambiente controlado y bajo una atenta supervisión de la fca, modelos de negocio innovadores.

Las firmas que desean entrar al sandbox deben presentar una solicitud a la fca para que evalúe su elegibilidad para participar. En esa solicitud, la fca pide información sobre la corporación, así como la relacionada con la propuesta de negocio e insta a identificar los beneficios y los riesgos que implica su operación, así como a detallar el tipo de apoyo que requieren por parte de la fca, el plan de prueba que ejecutarían en el sandbox y cuáles serían los siguientes pasos en caso de obtener resultados exitosos de su participación en el sandbox.3

Cualquiera que desee hacerlo, puede solicitar su admisión al sandbox, pero la fca establece algunas restricciones sobre el tipo de modelos que no pueden ser admitidos al sandbox por la naturaleza de las actividades que se pretenden desarrollar: captación de recursos, contrataciones de seguros o sistemas de negociación multilaterales u organizados (MTF u OFT, respectivamente, por sus siglas en inglés).

Al término del periodo de prueba en el sandbox, las corporaciones pueden optar por solicitar una variación de la autorización para efectos de eliminar las restricciones que les aplicaban durante el sandbox, o incluso, en caso de que así lo hubiera acordado la fca, seguir con su modelo de negocio sin necesidad de contar con una autorización específica.4

El novedoso digital securities sandbox (DSS) de Reino Unido

Lanzado en diciembre de 2023, para entrar en vigor en 2024, el nuevo sandbox de Reino Unido ha sido creado con el fin de establecer un ambiente de prueba para infraestructuras de mercado digital, específicamente para quienes deseen operar con tecnología distributed ledger technology (DLT) y, en general, con cualquier otra que permita la operación de activos digitales, que tengan como fin funcionar como centro de depósito o plataforma de negociación y cuya utilización bajo el marco legal vigente en Reino Unido no estaría permitida de otra manera.

Este sandbox es operado por la fca y por el Banco de Inglaterra y tiene fecha de caducidad. El 8 de enero de 2029, cinco años después de su entrada en vigor, el digital securities sandbox (DSS) deberá terminar, aunque existe la posibilidad de ampliar ese plazo.

Lo que se pretende es que al término de la aplicación de este DSS se cuente con un nuevo marco regulatorio con modificaciones derivadas de la experiencia de este DSS, de manera que cualquier desaplicación o modificación implementada durante su vigencia pueda ser adoptada permanentemente para evitar regímenes regulatorios diferentes en el sector.5

A diferencia del sandbox regulatorio, este DSS no se limita a permitir que corporaciones pongan a prueba modelos de negocio, sino que abre a la posibilidad de regular nuevas infraestructuras de mercado en un entorno de prueba, jugando con el marco regulatorio vigente y con la intención de adecuarse —reguladores y mercados— a los nuevos retos y paradigmas que se presentan por el uso de nuevas tecnologías en la prestación de servicios financieros.

La Ley de Mercados y Servicios Financieros de Reino Unido6 es el ordenamiento que permite que, a través de instrumentos regulatorios, se creen los sandbox que se consideren necesarios. El DSS sólo es una de las infraestructuras de mercados que se operarán en un ambiente de prueba, sin perjuicio de que el Departamento del Tesoro de Reino Unido determine el establecimiento de otros.

Lo que se puede tomar para el caso mexicano

Sin duda, la propuesta británica es interesante pues ofrece la posibilidad al regulador de ver en la práctica los resultados de la aplicación de tecnologías novedosas al mercado financiero, lo cual resulta especialmente valioso considerando lo difícil que puede resultar para el regulador entender en papel la aplicación y los alcances que puede tener la tecnología.

Como es posible deducir, la implementación de un sandbox como el DSS es más compleja que la del sandbox regulatorio, pues implica el análisis de todo el marco regulatorio vigente a un sistema y no sólo la adaptación de un modelo de negocio a la regulación. 

Por lo que respecta a México, no se puede asegurar que se ha tenido éxito en la implementación del sandbox financiero, en tanto que no se han otorgado autorizaciones temporales para operar bajo este régimen, y, en consecuencia, se vislumbra difícil llegar a tener un sandbox más complejo. Esto no significa que el sector financiero se esté quedando atrás o que haya barreras insuperables para el desarrollo, pero sí refleja cierta resistencia desde el punto de vista regulatorio para dar acceso a nuevas tecnologías en la prestación de servicios financieros.

Actualmente las autoridades financieras han hecho un esfuerzo por entender y regular el uso de la tecnología en la prestación de servicios financieros, pero aún hay varios espacios en los que es necesario modernizar el marco regulatorio con el fin de que tanto entidades como usuarios puedan beneficiarse de las facilidades que se derivan de la innovación tecnológica.

Notas:
  1. Diego Herrera y Sonia Vadillo, Sandbox regulatorio en América Latina y el Caribe para el ecosistema Fintech y el sistema financiero”, Banco Interamericano de Desarrollo, 2018, pp. 5-7.[]
  2. El Economista,Sandbox, un modelo que no se ha usado”. Disponible en https://www.eleconomista.com.mx/sectorfinanciero/Sandbox-un-modelo-que-no-se-ha-usado-20230207-0129.html. Consultado en mayo de 2024.[]
  3. FCA. Disponible en https://www.fca.org.uk/firms/innovation/regulatory-sandbox/apply. Consultado en mayo de 2024.[]
  4. Deloitte, “A Journey Through the fca Regulatory Sandbox. The Benefits, Challenges, and Next Steps”.[]
  5. Treasury of the United Kingdom, “Explanatory Memorandum to the Financial Services and Markets Act 2023 (Digital Securities Sandbox) Regulations 2023”. Disponible en https://www.legislation.gov.uk/uksi/2023/1398/pdfs/uksiem_20231398_en_001.pdf. Consultado en mayo de 2024.[]
  6. Financial Services and Markets Act. Disponible en https://www.legislation.gov.uk/ukpga/2023/29/body. Consultado en mayo de 2024.[]

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