La adecuación de los servicios jurídicos a las herramientas y plataformas digitales, representa una importante para el mundo jurídico de expandirse. Entre otros, los procesos notariales tradicionales tendrán que adecuarse al mundo digital a la luz del recién publicado Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. El notario Víctor Humberto Benítez González reflexiona al respecto.
La reciente publicación del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, el 7 de junio de 2023, establece una sólida referencia normativa para el ámbito digital al regular el metaverso como un entorno donde pueden llevarse a cabo diversas actividades sociales y comerciales. Este código entrará en vigor en abril de 2027 en toda la República Mexicana, y plantea una oportunidad y un reto significativo para la función notarial. En este contexto, los actos jurídicos que se realicen en el metaverso —particularmente aquellos relacionados con la compraventa, arrendamiento y registro de derechos de propiedad virtual— demandarán una adecuación de los procesos notariales tradicionales.
En el metaverso, al igual que en el mundo físico, los actos jurídicos deben seguir protocolos de autenticación y certificación para garantizar su validez. Actualmente, la tecnología de cadena de bloques (blockchain) se emplea como herramienta fundamental para la verificación y el registro inmutable de información en el metaverso. En consecuencia, los registros de transacciones, una vez creados, no pueden alterarse o eliminarse, lo cual ofrece seguridad y transparencia en el manejo de propiedades virtuales. La blockchain no solo actúa como un libro de registros inviolable, sino que en la mayoría de las plataformas es de acceso público, lo que permite a cualquier usuario del metaverso consultar transacciones y verificar la titularidad de propiedades virtuales. No obstante, en ciertos casos, algunas plataformas limitan el acceso a datos específicos de las propiedades mediante permisos adicionales, con el fin de proteger la privacidad de los usuarios o restringir el acceso a información sensible.
En muchos aspectos, el metaverso representa un sistema jurídico paralelo al del mundo físico, donde los actos relacionados con propiedades virtuales se formalizan utilizando tecnologías avanzadas, principalmente contratos inteligentes y blockchain. Aquí es donde el papel del notario se redefine, adquiriendo un rol protagónico en la certificación de transacciones complejas que surgen en estos espacios. La incorporación de los contratos inteligentes, por ejemplo, automatiza la ejecución de acuerdos al cumplir con condiciones predeterminadas, lo que minimiza el riesgo de error o fraude y aumenta la eficiencia. Sin embargo, la intervención notarial sigue siendo clave para asegurar la legalidad y equidad en estas transacciones, así como la autenticidad e identidad de las partes involucradas y la integridad de los documentos.
Para el notariado, el metaverso representa una oportunidad sin precedentes de extender sus servicios de manera remota, interactuando con usuarios en un entorno completamente digital. En este contexto, los notarios podemos ofrecer servicios de autenticación de identidades, tanto de avatares como de personas físicas, certificación de documentos digitales y presencia en tiempo real para la validación de firmas electrónicas. Esto no solo elimina potencialmente la necesidad de presencia física en una notaría para ciertos momentos de interacción, sino que también permite mantener los mismos principios de seguridad jurídica y autenticidad que rigen en el mundo físico. No obstante, la verificación de identidades en el metaverso plantea desafíos complejos, especialmente para el notariado latino, donde la evaluación presencial de identidad y capacidad es un elemento central de la práctica. Ante esta realidad, se ha propuesto el uso de herramientas tecnológicas avanzadas que podrían facilitar la validación de identidades en tiempo real, así como la autenticación de actos jurídicos dentro de ecosistemas virtuales.
Adicionalmente, las herramientas tecnológicas disponibles van más allá de la blockchain y los contratos inteligentes. Una posibilidad es la incorporación de sistemas de generación predictiva de texto y algoritmos de procesamiento de lenguaje natural (NLP), que permitirían automatizar la redacción de convenios y estandarizar su contenido. Esto resultaría en un proceso más ágil y eficiente para la formalización de acuerdos, optimizando el tiempo y recursos en cada transacción. A la par, se está explorando la integración de plug-ins de Inteligencia Artificial que podrían ser aplicables en diferentes fases del proceso de mediación, un campo que también es relevante en el metaverso. Por ejemplo, asistentes virtuales basados en IA, utilizando técnicas de machine learning, podrían ser empleados para gestionar expedientes de mediación en línea, moderar sesiones en línea y generar resúmenes en tiempo real, aportando no solo velocidad sino también una mayor precisión en el proceso.
Asimismo, los asistentes virtuales también podrían contribuir a la toma de decisiones informada en la mediación en el metaverso, al ofrecer sugerencias basadas en el análisis de casos similares. Esta funcionalidad optimizaría los términos de los acuerdos, facilitando a las partes alcanzar soluciones mutuamente satisfactorias. Sin embargo, el uso de IA en estas etapas plantea interrogantes importantes sobre la regulación de estas tecnologías, especialmente en lo referente a su transparencia y confiabilidad en un entorno jurídico.
En conclusión, el metaverso y las nuevas leyes en México impulsan una transformación en la función notarial, abriendo un abanico de posibilidades que requieren una adaptación cuidadosa y una innovación continua en los procesos y herramientas que sustentan la función. El metaverso no solo modifica el modo en que interactuamos y gestionamos la propiedad, sino que también redefine los estándares de autenticidad y seguridad jurídica. A medida que avanzamos hacia esta nueva era digital, el notariado se posiciona como un actor clave en la salvaguarda de la legalidad en el espacio virtual, asegurando que los actos jurídicos en el metaverso cuenten con las mismas garantías que aquellos realizados en el ámbito físico.
