En agosto de 2021, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores de México, anunció la demanda del Gobierno de México en contra de los fabricantes y distribuidores de armas estadounidenses, por facilitar activamente el tráfico de armas a México. Alejandro Celorio Alcántara, consultor jurídico de la cancillería y encargado de este litigio, nos habla de la demanda, de las posibilidades reales de éxito, del papel de México en la difusión del Derecho internacional y de la oportunidad que tenemos para cambiar el paradigma de la educación jurídica mexicana. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de que las juventudes mexicanas se involucren más en la defensa de los intereses de nuestro país a través del Derecho internacional.
*Entrevista realizada por: Guillermo Ucha Cabadas, Avril Ayala, creadora de Ius Para Dummies, e Ibrain Hernández Rangel, creador del podcast Upstanders.
¿A qué se dedica la Consultoría Jurídica en la Secretaría de Relaciones Exteriores y qué hace el Consultor Jurídico?
Alejandro Celorio — La Consultoría Jurídica tiene actividades similares a las de otras oficinas de Legal Adviser en otros ministerios de relaciones exteriores en el mundo. Es decir, esta oficina tiene su contraparte en otros ministerios y nosotros negociamos directamente con ellos muchos temas; por ejemplo, tratados internacionales. Estamos encargados del Derecho internacional en varias de sus vertientes.
Quizás la más conocida es el área de litigios. Aquí tenemos tanto los litigios ante tribunales extranjeros, es decir, cortes domésticas ubicadas en otros países, como en tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional, la Corte Internacional de Justicia y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Por otro lado, tenemos la coordinación de la negociación de tratados internacionales. Somos los encargados de llevar el proceso, junto con otras dependencias involucradas en la negociación de un tratado de libre comercio, desde el inicio hasta la conclusión de negociaciones y el trámite constitucional de firma y aprobación por parte del Senado.
Hay otros elementos en los que estamos inclinados, como el derecho del mar. Participamos en foros multilaterales y en el interior de la Cancillería, y asesoramos al Canciller en materia de Derecho internacional, público y privado, así como en materia de Derecho extranjero. Son una serie de materias de mucho interés, algunas de las cuales tienen más atención pública que otras, dependiendo de la situación. Por ejemplo, casi nadie conoce que la consultoría es la encargada del Derecho internacional humanitario. La consultoría lleva la Secretaría Técnica de la Comisión Intersecretarial de Derecho internacional Humanitario, en la que participan la Secretaría de Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Gobernación, en todo lo que tiene que ver con el Derecho de la guerra.
Otro tema que quizás no se conoce mucho es que la consultoría tiene a su cargo la coordinación, junto con la Fiscalía General de la República y la Dirección de Asuntos Jurídicos en la cancillería, para la defensa y la recuperación del patrimonio histórico y cultural que se encuentra fuera del país.
En términos generales, esta oficina es la encargada, dentro del Ejecutivo federal, de temas Derecho internacional, público y privado. Asimismo, participamos en la conformación del Derecho internacional privado a través de la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) y de otros foros multilaterales.
¿Cuál ha sido el enfoque que le ha dado a la difusión del Derecho internacional en nuestro país desde la consultoría?
Alejandro Celorio — Por su naturaleza, el Derecho internacional, no es tan accesible o tangible para la ciudadanía en general. Es de mucho interés para la Cancillería, el Gobierno y la Consultoría acercar el Derecho internacional al público, no sólo a las y los abogados interesados en el tema. Durante muchos años el Derecho internacional se ha formulado o robustecido, pero pareciera muy lejano. A simple vista, pareciera que se lleva a cabo en las salas de las Naciones Unidas, en Viena o en Ginebra, cuando en realidad el Derecho internacional es una gran herramienta que tiene México para defender sus intereses.
No hay que olvidar que la estatura geopolítica de México, nuestra situación geográfica y nuestra capacidad política y económica, se ven robustecidas y sostenidas por el Derecho internacional, el cual sirve para equilibrar la mesa de negociaciones porque lo que uno puede decir con base en el Derecho internacional tiene la misma fuerza que lo que pueda decir un país con dimensiones geográficas más grandes o con un poderío militar reconocido.
En materia de difusión es muy importante que los mexicanos y las mexicanas sepan que el Derecho internacional no es algo que sucede más allá de nuestras fronteras. Sirve, y mucho, en conjunto con otras acciones a nivel doméstico. Por supuesto, hay un punto de mucho interés para esta Consultoría Jurídica de difundir el Derecho internacional porque queremos animar a estudiantes, mujeres y hombres, que quieran dedicarse y participar en esto. Hacen falta muchas personas que se dediquen a la abogacía, pero particularmente al Derecho internacional, que nos puedan representar en el extranjero. Queremos ver cada vez más especialistas que puedan defender casos ante la Corte Internacional de Justicia, que puedan tener despachos que representen a diversas partes en foros internacionales y en tribunales internacionales y, por supuesto, que ingresen al Servicio Exterior Mexicano.
Una de las actividades que más difunden es la del Jessup International Competition. ¿De qué se trata y por qué es importante para la formación de las y los estudiantes de Derecho?
Alejandro Celorio — Jessup es el concurso de Derecho internacional más importante del mundo. A nivel nacional se hacen rondas de competencia en inglés. Son muy competitivas y son buenos entrenamientos de lo que hacemos en la vida profesional en materia de Derecho internacional. El Jessup es muy importante porque nos permite, como estudiantes, darnos cuenta de lo que México puede aportar porque, por ser un país no angloparlante, el primer reto que tenemos es hablar bien y defender nuestros argumentos correctamente en inglés. Es un modelo de lo que sería una representación legal ante la Corte Internacional de Justicia. Argumentar en inglés, para convencer y disuadir, es algo muy complejo. Es muy importante para las y los estudiantes de Derecho porque si se tiene la confianza de participar en un concurso tan exigente, la seguridad en sí mismo como futuros profesionales crece y eso significa que sus aspiraciones en relación con los posgrados se elevan. Se irán a los mejores posgrados y su amplitud de opciones será mayor. Por ejemplo, puedo trabajar en la Ciudad de México, en un despacho, o me puedo ir a La Haya a litigar. De eso se trata Jessup, de exponerse a un reto muy complejo, de sentirse satisfechas y satisfechos de que pueden y de sentirse convencidas y convencidos de que tienen las capacidades de desarrollar una vida profesional en Derecho internacional como cualquier persona de cualquier país.
En esta visión de llevar el Derecho internacional a todas y todos, el interés de esta consultoría es y será atraer a universidades fuera de la Ciudad de México. Hay gente interesada de otros estados que antes no se enteraban de nuestra oferta o les parecía muy complicado venir a la capital. La modalidad virtual ha permitido que participen más universidades de otros estados de la República. Eso ayuda mucho porque el Derecho internacional no tiene que ser únicamente para determinadas universidades o regiones. Si vamos a representar a México en un futuro, tenemos que abrirnos a la diversidad que representa nuestro país.
En relación con la demanda de México a fabricantes y distribuidores de armas estadounidense, ¿de dónde surgió la idea de iniciarla?
Alejandro Celorio — En primer lugar, quiero resaltar un hecho muy importante. En la cancillería tenemos 50 consulados en Estados Unidos y la gran mayoría de las y los abogados que formamos parte del Servicio Exterior Mexicano tenemos experiencia en el Derecho estadounidense. Es importante por el idioma y porque el sistema de common law se utiliza mucho más en los tribunales internacionales.
El 3 de agosto de 2019 una persona compró un arma estilo cuerno de chivo, un arma que se importó de Rumania (la compró en línea de Florida mientras él estaba en Dallas). Se la envían, se dirige a El Paso y mata a 22 personas. A partir de lo anterior, el canciller Marcelo Ebrard nos dio la instrucción a la consultoría jurídica de encontrar alguna acción para que esto no se repitiera. Ahí comienza a tomar un poco de forma la demanda. Además, fue muy importante la experiencia que tenemos en Derecho estadounidense.
Primero, como gobierno no podíamos demandar al agresor. No tenemos standing, legitimación procesal. Entonces, ¿demandamos en nombre de las víctimas? Esto se complicaba más. Durante el proceso de análisis de opciones encontramos la figura del tort law, una cultura muy desarrollada de responsabilidad extracontractual. Incluso, algunas víctimas demandaron a Walmart por no prever este tipo de incidentes.
Consecuentemente, evaluamos la posibilidad de demandar a quien pudiera llegar a ser responsable y en eso se produjeron unos eventos desafortunados en los que es evidente la cantidad de armas de estilo militar que provienen de Estados Unidos. Hay una oportunidad de demandar por negligencia, bajo el sistema de tort law, a las empresas que facilitan la venta de armas, violando algunas leyes estatales y federales que hacen posible que medio millón de armas ingresen a México cada año procedentes de Estados Unidos.
Nosotros acusamos negligencia, ¿cómo alguien puede comprar en línea con la tarjeta de crédito de su hermano?, ¿cómo alguien puede comprar tan fácil un arma? ¿Y si cruzaba a Ciudad Juárez y hubiera tenido un arsenal mayor? Algo preocupante es que él invitaba a otras personas, quienes compartían su ideología de nacionalismo blanco, a detener la invasión de hispanos en Estados Unidos. Esa es la razón por la cual tenemos que detener la disponibilidad indiscriminada de armas que resulta en el tráfico ilícito en nuestro país. Dos años después, pudimos formular la demanda que presentamos el 4 de agosto de 2021. Surgió de la necesidad de detener el flujo de armas de Estados Unidos a nuestro país, porque hay esfuerzos de seguridad, diplomáticos y políticos, que no había en el ámbito jurídico.
Imaginemos un México sin armas. Quienes nos asaltan serían menos peligrosos. La cantidad de feminicidios en los que se utilizaron armas de fuego es muy elevada. La agresión hacia las mujeres sería menos letal sin tantas armas. Puedo aseverar que la situación sería mejor sin armas porque en México sólo se pueden comprar en una oficina administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional. Esas armas que se venden no son de estilo militar como las que vemos en los cárteles o en el crimen organizado. Sin el tráfico ilícito que proviene de Estados Unidos no tendríamos el nivel de violencia de armas que tenemos; la vida en México sería diferente. Tenemos una espiral de violencia en la que, cuando los criminales tienen este tipo de armas, el Estado, en el monopolio del uso de la fuerza, debe responder con igual o mayor fuerza. El crimen necesita más armas y la espiral se exacerba porque la violencia no se puede combatir con violencia. De ahí la importancia de hacer algo de forma judicial para detener el flujo de armas.
Los amicus curiae son herramientas que permiten a la ciudadanía acercarse al juez y exponerle puntos de vista que van más allá de lo jurídico. En este caso, ¿cuáles son los alcances y la importancia de los amicus que se han escrito?
Alejandro Celorio — En definitiva, los amicus —o amigos de la Corte— son un vehículo para transmitir al juez cosas que las partes en el litigio no pueden, no quieren o no deben decir. Los amicus ayudan mucho porque nuestro litigio es muy puntual en su formulación ya que planteamos que lo que las empresas hacen, causa un daño. Podríamos hablar de muchas cosas como las víctimas, lo que le pasa a la región, acerca de la migración… pero sería una distracción a nuestro argumento. Es una demanda de daños por la negligencia y la ilicitud de las empresas. Los amigos de la Corte son voces que le dicen al juez que algo es importante y añaden elementos adicionales.
Por la sensibilidad política que tiene el tema de las armas en Estados Unidos, México no puede pronunciarse sobre una legislación estadounidense de inmunidades, como la ciudadanía estadounidense sí puede hacerlo. Nosotros consideramos que la ley no nos aplica, pero hasta ahí llega. Nosotros somos el Gobierno mexicano y no nos gustaría que un gobierno extranjero se pronunciara sobre la legitimidad de una ley mexicana. Pero los procuradores estatales sí pueden pronunciarse y en su amicus dicen que esa ley no se aplica a México. Pero si se aplicara, tendría implicaciones constitucionales. Es otra dimensión que brindan porque hablan de entidades federativas. Otro ejemplo es que los fiscales distritales hablan en nombre de ciudades o condados. Afirman que eso afecta a mexicanos y estadounidenses porque mientras más armas tengan los delincuentes, habrá más drogas, más tráfico de personas y más violencia que repercuta en la vida de las y los estadounidenses. Son muy importantes los amigos de la Corte y los grupos de víctimas estadounidenses porque le dicen al juez que esto tiene un interés público.
Los amicus son indispensables porque apuntalan nuestro argumento. Nosotros podríamos decir lo que quisiéramos al juez, pero nuestros argumentos serían subjetivos. La demanda es importante y debe continuar, pero si las y los estadounidenses lo dicen, elevan al juez el umbral de decisión para desechar o no. Si el juez desecha el caso a México, tiene que tomar en cuenta lo que dice la ciudadanía estadounidense.
En conclusión, los amicus son importantes porque abonan en la narrativa que señalas. Antes de presentar la demanda, sólo las partes involucradas y los expertos sabían que las armas provenían de Estados Unidos. Parecía que las armas eran de generación espontánea o se pensaba que el ejército las perdía o que venían de Centroamérica. Eso no es cierto, pues entre 70 y 90 por ciento de las armas provienen de Estados Unidos. Sí podemos avanzar en esa narrativa, más los amicus, más otras voces. Tenemos el ámbito jurisdiccional porque estamos frente a la Corte, pero en el ámbito de la escena pública también estamos avanzando. Independientemente de lo que pase en la Corte el señalamiento de la necesidad de responsabilidad corporativa no se va a echar para atrás.
El problema con las armas es que no se ha podido resolver a nivel nacional en Estados Unidos. Existen organizaciones, grupos de interés e incluso políticos que han unido esfuerzos en contra del uso de la armas. El presidente Joe Biden habló al respecto en su discurso del Estado de la Unión. ¿Cuál es el legado del litigio, independientemente de lo que ocurra en el futuro?
Alejandro Celorio — En términos de legado, ya hay un reconocimiento de que México puede utilizar el Derecho para la defensa de sus intereses. Ya lo ha hecho en otras ocasiones, como en el caso Avena ante la Corte Internacional de Justicia, pero esto es relevante en términos de cómo nos sentimos y entendemos a México. Tenemos el Derecho internacional como una herramienta adicional junto con la diplomacia, acciones políticas y posicionamientos en foros multilaterales. En términos de justicia estadounidense, es curioso, porque hay muchas demandas que gobiernos extranjeros presentan en cortes estadounidenses y esta no tendría que ser la excepción. Nuestra demanda debería proceder porque en el sistema estadounidense, como sabrán, hay despachos que representan intereses de personas y gobiernos extranjeros. Nosotros somos una entidad extranjera que demanda como víctima y aprovechamos, en el mejor sentido de la palabra, el sistema jurídico estadounidense. Estamos demandando en inglés, bajo su sistema y en sus cortes para que se sientan más cómodos; con el propósito de que entiendan mejor el procedimiento estamos jugando en su cancha.
En términos de legado, me parece que es un nuevo entendimiento acerca de cómo se desarrolla el mundo de los litigios internacionales. Con la velocidad de las comunicaciones y las inversiones en el mundo, quizás mañana ustedes tengan que litigar sobre un asunto con una parte en Singapur sobre algo que pasó en Alaska con un inversionista saudí. Entonces, la selección del foro y de las leyes es una cuestión que será una realidad del Derecho del futuro. Es decir, será una nueva forma de utilizar cortes domésticas para resolver disputas entre partes de diferente origen nacional.
En cuestiones políticas, la demanda del gobierno de México tiene un rumbo muy particular y distinto de las demandas de víctimas de tiroteos masivos en Estados Unidos. Desafortunadamente, hay un porcentaje de dos tiroteos al día en ese país. La mayoría de las víctimas trata de demandar y se enfrenta con que las empresas tienen una ley que les otorga inmunidades casi totales, aunque hay algunas excepciones. Las demandas no proceden. La diferencia con nuestra demanda es que alegamos que dicha ley no tiene efectos extraterritoriales, que nuestro daño ocurre en México y que el Derecho mexicano debe aplicar. Además, acudimos a las excepciones de la ley estadounidenses.
Cuando prospere nuestra demanda, más allá del escollo de si el juez reconoce las inmunidades de las que gozan las empresas, ahí podemos generar un cambio en la narrativa porque se revelaría que las empresas, como cualquier empresa de otra industria, deben ser responsables de sus acciones negligentes o ilícitas. Se habla de “perforar el velo corporativo”. Aquí quitaríamos por completo el velo y diríamos que hay responsabilidad corporativa. Es un legado relacionado con la obligación que deberían tener las empresas de prevenir que cualquier producto ocasione un daño. Esto ha ocurrido con la industria tabacalera, con la de opioides, con las empresas petroleras en otras jurisdicciones y con las de pesticidas. La industria de las armas, como la automotriz, se debe hacer responsable de los daños que ocasiona.
Esta es una oportunidad para replantear la forma en que litigamos y aprendemos el Derecho. Alguna vez escuché que en México deberíamos formar abogadas y abogados capaces de litigar en diferentes países y capaces de comprender un sistema jurídico que va más allá de las normas y los códigos. Sin embargo, la mayoría de nuestras escuelas y facultades de derecho siguen apelando a la memorización de artículos. Desde su perspectiva, Alejandro Celorio Alcántara, ¿por qué debemos cambiar este paradigma?
Alejandro Celorio — Es una obligación. Vivimos en un mundo globalizado y el Derecho incluye eso. Nuestro Derecho mexicano se beneficiaría de un mayor conocimiento del Derecho comparado. Necesitamos más personas sensibles para entender los sistemas jurídicos y las leyes de otros países, no sólo para responder mejor a los casos, sino para modernizar nuestra legislación. Nuestro derecho de responsabilidad extracontractual ahí va, pero no a la velocidad a la que va en otras partes del mundo. Tenemos cada vez más empresas y personas extranjeras queriendo hacer negocios en nuestro país. El common law se utiliza más en transacciones internacionales, pero en la materia civil también hay que aprovecharlo. Nosotros, como profesionales del Derecho y como estudiantes, tenemos que capacitarnos más; no sólo conocer leyes de todo el mundo, sino ser sensibles para entender la comparación del Derecho con la finalidad de tener mejores resultados para nuestros clientes. Cuando hay una cuestión de elección de foro, choice of law o conflicto de leyes, es importante ser sensibles al respecto. Si deseas tener un cliente europeo que quiere hacer negocios o transacciones en Estados Unidos, eso complica todo. Me gustaría hacer un llamado a las escuelas de Derecho porque aprender el código y memorizar el artículo ya no sirve. Hay que generar una mejor sensibilidad con el fin de desarrollar criterios jurídicos para que cuando te pongan enfrente el código de cualquier país lo puedas entender.
Otra cuestión es la importancia de los idiomas. Hay una obligación, como abogadas y abogados, de hablar bien inglés y, si se puede, otro idioma. La mayoría de las leyes tiene traducción en inglés, por lo cual por una mala traducción puedes perder un caso.
¿Podría contarnos sobre el estado actual de la demanda? ¿Qué sigue?
Alejandro Celorio — La demanda la presentamos el 4 de agosto de 2021. Las partes demandadas respondieron el 22 de noviembre y solicitaron al juez que desestimara la demanda. Nosotros tuvimos la oportunidad de responder el 31 de enero, fecha en la que se presentaron los siete escritos de amigos de la Corte y las empresas tuvieron la oportunidad de responder a nuestros argumentos. La idea sólo es afinar detalles para que el juez tenga mayores elementos de prueba. Las partes demandadas reiteraron su argumento y solicitaron que se desechara la demanda, proporcionaron elementos novedosos, pero nosotros respondimos una vez más en una especie de segunda contrarréplica. Hicimos anotaciones al juez, en particular, para que antes de que desestimara el caso por cuestiones de causalidad o jurisdicción, nos permitiera producir evidencia de que sí existe un nexo causal. Estamos seguros de que esa oportunidad de generar evidencia permitirá establecer dicho nexo causal. En eso nos encontramos actualmente.
El 12 de abril habrá una audiencia en la que se presentarán alegatos orales y el juez podría determinar en muchos sentidos pero, a grandes rasgos, puede darle la razón a las empresas o nos puede dar la razón a nosotros y decir: adelante, pasamos a la evaluación de los méritos del fondo de la demanda. Ahí serían etapas regulares de un juicio con el discovery o la producción de evidencia.
Insisto mucho en la producción de evidencia porque las mayores pruebas que tenemos son los videos del crimen organizado. Las armas están aquí y las están usando los criminales. Es un delito de uso de armas para uso exclusivo de las fuerzas armadas. Esas armas tienen un número de serie que se puede utilizar para realizar el rastreo desde el video, con el objetivo de decomisarlas, y para identificar el lugar de producción. Esa información es el vínculo causal. Esa información existe, pero no es pública porque la tienen las agencias gubernamentales y las empresas demandadas. En la etapa de producción de evidencia podemos preguntar a las empresas cuántas de sus armas provienen de su fábrica de Massachusetts. Por eso es importante llegar a este punto.
¿Cómo podemos, las y los jóvenes, involucrarnos más en el caso? ¿Por qué es importante nuestro papel en el litigio?
Alejandro Celorio — Esta es una forma: hay que difundirlo. Esto lo hacemos por ustedes y por su futuro. Una parte del amicus de víctimas sostiene que las armas están coartando el futuro a las nuevas generaciones. Tienen que apropiarse de este litigio; hay que hablar más. Hay que decir que las armas no son de generación espontánea. En una ocasión señalamos a las plataformas de streaming de narcoseries, porque tendrían la obligación de señalar que las armas se producen y provienen en gran proporción de Estados Unidos.
Hay que generar una narrativa con hechos y datos sobre lo que pasa en nuestro país para no permitir que las empresas se aprovechen de la ignorancia y sigan diciendo que no es su culpa. Es necesario tener conversaciones sobre lo que ocurre en nuestra frontera. Hay que generar esas dinámicas porque las empresas demandadas facilitan el tráfico ilícito y propician una narrativa en la que el único responsable es el gobierno de México. Nosotros tenemos nuestra responsabilidad y trabajamos en eso.
Hay que hablar mucho sobre este tema. Hoy son las armas, mañana serán las municiones, y habrá otros elementos que se trafiquen a nuestro país. Aprópiense del tema, discutan, cuestionen lo que hacemos. Sólo así podremos tener más conocimiento acerca lo que está pasando.
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