Lola Ancira, Paraíso Perdido, 2021.
Lola Ancira, es una narradora contemporánea interesada en el género del cuento, en sus libros Tusitala de óbitos y El vals de los monstruos, trata desde intersecciones narrativas del género fantástico hasta el desenvolvimiento de la locura y la muerte. Recientemente resultó ganadora del Certamen Nacional de Literatura, Laura Méndez de la Cuenca 2021, con su libro Despojos.
En su más reciente obra publicada Tristes sombras, Lola Ancira, disecciona el castigo y el crimen atravesados por la marginación y la exclusión; y recorre combinando una excelente técnica narrativa y una amplia investigación histórico-social, dos de las instituciones más emblemáticas de México del siglo pasado: el Palacio Negro de Lecumberri y el Hospital Psiquiátrico de La Castañeda
Tristes sombras se divide en dos partes, cada una con seis cuentos. La primera corresponde a historias relacionadas con La Castañeda, y la segunda, con Lecumberri. La conexión de los cuentos hace parecer al libro como un universo, los personajes hacen apariciones constantes entre diversas narraciones y podemos observarlos desde puntos de vista distintos que le dan gran verosimilitud al conjunto.
Entre los logros más relevantes de este libro está que en el desarrollo de los personajes y de las historias, Ancira consigue reflejar la corrupción de las instituciones públicas y el menoscabo de los derechos de los pacientes y de los reclusos. El marco narrativo de la obra es una proyección del atraso institucional del México del siglo pasado (acaso un atraso apenas superado pero que de alguna manera se mantiene vigente), y el núcleo narrativo es, a su vez, un reflejo de la constante vulneración a los derechos consagrados en la Constitución.
El lector de Tristes sombras tendrá la oportunidad de recorrer la situación de injusto hacinamiento en La Castañeda y podrá ser testigo de la corrupción, la violación y la trata de personas que tenían lugar en su interior. Lo mismo en Lecumberri, será capaz de atestiguar las injusticias en su seno como si estuviera en el panóptico y observará de cerca la vida en la penitenciaria, la indignidad, el robo, el sometimiento y la homosexualidad reprimida y vulnerada. En síntesis, este libro nos cuestiona: ¿en cuántas personas recluidas en estas instituciones el Estado tuvo éxito al prepararlos para la reinserción social? Y una vez reconocidas esas sombras, esos márgenes de historia, la pregunta se nos revela con una actualidad que eriza la piel: ¿qué estamos haciendo para cambiar las cosas?
Tristes sombras reafirma que la literatura realiza una labor historiográfica imprescindible y que el Derecho puede entenderse y reflexionarse desde muchas latitudes.
Marcos A. Medrano
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