A veces despierto temblando

Ximena Santaolalla Abdó
Penguin Random House
2021


“Juro sin tregua seguir la bandera en tiempo de paz o en tiempo de guerra” es una frase que aparece en la primera página de A veces despierto temblando de Ximena Santaolalla Abdó, ganadora del premio Mauricio Achar 2021. En términos muy breves, la novela se desarrolla con base en esa premisa que funciona como juramento. ¿Qué o quién es la bandera y qué implica jurar sin tregua seguir aquello? En la Centroamérica de 1982, recubierto con la bandera de la patria, el ejército guatemalteco hace jurar a sus kaibiles, sin tregua a nadie, a veces ni siquiera a los propios miembros del ejército. 

La novela de Ximena constituye una lectura necesaria en todos los aspectos. Se desarrolla en un espacio temporal de 40 años a través de dos acontecimientos concretos: la dictadura militar de Efraín Ríos Montt en 1982 y su posterior juicio en 2012. La historia recoge el movimiento del dolor de víctimas y victimarios, además de las consecuencias de la dictadura. Además, existe una historia sobre las causas por las cuales los individuos se vuelven actores de violencia y sobre las condiciones de las víctimas.

Hay un calor que deja la boca seca en cada página, una lesión a la vez poética y desoladora. El trabajo de Santaolalla Abdó es un sol como el de Ocelote (uno de los protagonistas, mientras es entrenado en Ford Hood), una herida expuesta que nunca cierra, que lleva años sin sanar: la herida de la violencia sistemática del Estado nada menos que sobre la población que debería cuidar. Es una lectura dolorosa porque su esencia es completamente real; no sólo verosímil en un sentido literario, pues sus discursos poéticos encierran más que metáforas enunciaciones de la realidad ocurrida durante la dictadura militar de Ríos Montt.

El trabajo de investigación de esta novela se nota página a página. Lo que más impresiona son los diferentes registros de lenguaje incluidos en la novela; no es el simple hecho de que cada personaje tenga una voz, sino la circunstancia de que Ximena logra conseguir una oralidad muy poética y cercana al lector latinoamericano, a los usos lingüísticos de Guatemala, plasmada excelentemente a través de los indios y los citadinos, que se distinguen de los personajes mexicanos, cuyas voces el lector puede escuchar con claridad. Cada uno de los personajes puede encontrar imágenes grandiosas a lo largo de sus diálogos o en la narración, las cuales se ven potenciadas por los diferentes registros. 

Esta obra, más allá de ser una denuncia, es un grito interior, una forma de identificar lo que pasa en nosotros como individuos y como comunidad cuando un sistema político deviene dictadura y pone al servicio propio lo que debiera ser un servicio a favor de la mayoría; también explora aquello que ocurre con las desapariciones, con la falta de certeza que se origina debido a la opacidad de los gobiernos. La autora presenta una novela que cuestiona nuestro sistema y nos acerca a ese temblor interior que nos ocurre cuando pensamos en los diferentes tipos de guerras civiles que existen en el mundo.

La autora nos advierte: sus palabras queman. 

Marcos A. Medrano

Encuentra la obra, A veces despierto temblando, a través de este enlace.

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