Vacaciones dignas

Estudiantes de la Escuela Libre de Derecho y de la Universidad Panamericana dan su visión respecto de un tema específico y actual: vacaciones dignas.

-Elisur Arteaga Nava.


La deuda histórica de un derecho humano

El pasado 3 de noviembre la Cámara de Senadores aprobó el dictamen de las Comisiones Unidas de Trabajo y Previsión Social con Estudios Legislativos Segunda, que propone aumentar los días de vacaciones para que todas las personas trabajadoras gocen de al menos 12 días de vacaciones pagadas el primer año de trabajo.

Desde la promulgación de la Ley Federal del Trabajo, vigente desde abril de 1970, en el artículo 76 se establecen 6 días de vacaciones; sin embargo este nunca ha sido reformado. Esto es un tema de justicia social porque las personas trabajadoras han sido objeto de explotación, es evidente que se ha perdido la finalidad de exigir el reconocimiento de la fuerza trabajadora como sujetos integrales, ya que a pesar de que el trabajo es fundamental se necesita más en la vida para poder ser productivo.

También es un tema de relevancia económica. México tiene el primer lugar del continente con las jornadas laborales más largas. No obstante, la productividad no necesariamente se encuentra relacionada con las horas de trabajo y, aun así, a pesar de la gran cantidad de horas invertidas, las personas trabajadoras rara vez obtienen beneficios de su esfuerzo.

Indudablemente los derechos de las personas trabajadoras deben ser respetados y garantizados; y en ese sentido la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda 18 días desde el primer año laborado, pero las Comisiones acordaron dictaminar la reforma con 12 días como un equilibrio entre las fuerzas empresariales y trabajadoras. Sin embargo, lo ideal es que los legisladores no se queden en este mínimo, todos los derechos humanos son progresivos por lo que gradualmente debe cumplirse con los estándares internacionales de la OIT.

El Poder Legislativo realizó un Parlamento Abierto como ha sido ya regular con temas de tanta trascendencia en el que involucraron a la sociedad civil, por lo que es importante destacar que no hubo una sola persona que se opusiera tajantemente a la propuesta, nadie quiere dejar las cosas como estaban hace 50 años.

A pesar de que hubo momentos de incertidumbre sobre la discusión del dictamen, esto después de que se hubiera solicitado a la Mesa Directiva que se aplazara su discusión para profundizar en el análisis, lo cierto es que el Senado dio un primer paso para proteger la integralidad de los trabajadores; la vida laboral es esencial para nuestro desarrollo, pero hay otros elementos que tienen relevancia para el bienestar.

Pese a que sin mucho detalle se observa un dictamen aprobado en consenso, solo votaron 89 de 128 legisladores; es imposible no preguntarnos: ¿Dónde está la voluntad política de velar por los intereses de una sociedad que les eligió porque confío en una digna representación? Sólo queda esperar que en la Cámara de Diputados se apruebe sin mayor demora porque sin duda, las vacaciones no pueden ser consideradas un privilegio, sino un derecho.

Mirna Molina Alonso, ELD


Vacaciones dignas y derechos laborales

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) realiza evaluaciones globales en materia de trabajo internacionalmente. Dentro de los estándares que mide para sus resultados estadísticos se encuentra el de horas trabajadas y el de Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada. El segundo de los indicadores es un medidor de productividad con base en la relación entre el trabajo aportado y los demás factores de producción. Los resultados más recientes nos colocan en el primer lugar de horas trabajadas con 2,137 en promedio por trabajador en 2019 y en el último lugar de PIB por hora trabajada con $ 94 dólares por hora trabajada en 2021.

Sirviendo de referencia, Irlanda es el país con el PIB por hora trabajada más alto según la OCDE, con $ 136.4 dólares por hora trabajada en 2021 y, aun así, su promedio de horas trabajadas en 2019 fue de 1,772. Estos datos son contraintuitivos pues rompen con la creencia de que trabajar más es trabajar mejor, aquella idea que nos ha sido sembrada desde temprana edad.

La discrepancia es clara, algo estamos haciendo mal; trabajamos de más o trabajamos mal. La respuesta no necesariamente es reducir el tiempo que trabajamos, pues puede ser también la forma en la que trabajamos, pero eso no depende de nuestros legisladores. Lo que sí depende del poder legislativo es reconocer en ley los derechos fundamentales de las personas y sentar las bases para la creación de mecanismos secundarios que garanticen su cumplimiento o castiguen su omisión, en el especial para las comunidades más vulnerables según el contexto social, como en el caso en comento de los derechos laborales en México.

El pasado 3 de noviembre, el Senado aprobó la reforma que se ha denominado “Vacaciones Dignas”, la cual aumenta el mínimo de vacaciones en el primer año de servicio de seis a doce días, posteriormente dos días anuales los siguientes cinco años y a partir del sexto año, dos días cada cinco años hasta llegar a treintaidós días por 35 años. Lo anterior debe celebrarse ya que nos direcciona en el camino correcto para mejorar nuestra productividad, si seguimos la lógica que exponen los datos proporcionados por la OCDE.

A pesar de ello, no debemos dejar de lado que sólo beneficiará a un sector de la población mexicana, puesto a que casi el 45% de nuestra fuerza laboral trabaja en la informalidad. Aquella brecha, de la que se discute en doctrina, entre el reconocimiento en ley de los derechos fundamentales y su cumplimiento en los hechos es, en materia de trabajo y en México, diametral. Causa de ello es en parte la naturaleza proteccionista de la legislación laboral en favor del trabajador, lo que orilla a los patrones a preferir la informalidad antes que ofrecer prestaciones de ley, causando que parezca que hacen un favor a la comunidad cuando sí lo hacen. Por ello, el reto en México es particular, garantizar el cumplimiento de los derechos laborales sin incentivar a los patrones a mantenerse en la informalidad.

Arturo Yamil Alvarado Díaz Slim

12 días de vacaciones pagadas: ¿lo justo conforme al marco internacional?

El pasado tres de noviembre de 2022, el Senado de la República aprobó por unanimidad -con 89 votos a favor- reformar los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo para ampliar el periodo de vacaciones de las y los trabajadores. En pocas y breves palabras, se buscó ampliar el derecho de las vacaciones pagadas de seis a doce días del primer año laboral.

A pesar de este paso tan importante de México cabe la pregunta, ¿doce días laborales de vacaciones el primer año es suficiente de acuerdo con los estándares internacionales en materia laboral?, ¿o los legisladores federales siguen quedando a deber en cuanto al derecho a vacaciones pagadas dignas de las y los trabajadores?

Al respecto, el órgano más importante en la materia laboral a nivel universal, la Organización Internacional de Trabajo, emitió en 1936 el Convenio número 052 sobre las vacaciones pagadas. En su artículo segundo, numeral 1, reza que toda persona deberá tener unas vacaciones pagadas anuales de, mínimo, seis días. Este Convenio, vigente hoy en día, fue ratificado por 54 países dentro de los que se encuentra México. Entonces, en un primer momento, podemos decir que nuestro país está cumpliendo con los estándares internacionales, e incluso va más allá, pues ahora las y los trabajadores se verán duplicados sus días de vacaciones. 

Sin embargo, en 1970 la misma organización formuló el Convenio número 132 sobre las vacaciones pagadas, revisado. En específico, este Convenio vino a mejorar algunas prestaciones del Convenio número 052. En esencia, en su artículo tercero, numeral 3, se establece que las vacaciones no serán, en ningún caso, inferiores a tres semanas laborables por un año de servicios. Es decir, este Convenio, que también se encuentra en vigor, se traduce en el reconocimiento progresivo de los derechos sociales de las y los trabajadores, pues mayores días de vacaciones implica reconocer que no son un privilegio, sino un derecho.

En este sentido, al día de hoy únicamente 38 países han ratificado este Convenio. México no es uno de ellos. E incluso, algunos Estados han especificado un mayor número de días laborables. La variedad de Estados es amplia, como Suiza, que establece hasta 4 semanas de vacaciones para los trabajadores y 5 semanas para los que sean trabajadores menores a 20 años. Por otra parte, países como Yemen han señalado que para los obreros serán 21 días de vacaciones pagadas al año, mientras que para los empleados serán de 30 días.

Así las cosas, el Convenio 132, de casi cincuenta años, ya tenía parámetros más actualizados y amplios sobre las vacaciones pagadas. Cuestión que es parte del derecho a la seguridad social de las personas y que, considero, México tendría que ratificar este Convenio a fin de que, no solo sean menos de dos semanas de vacaciones para quienes les aplique la Ley Federal, sino lo digno y justo para las y los mexicanos conforme a estándares internacionales. Como siempre, en materia de derechos humanos, queda mucho por avanzar.

Carolina Itzel Palacios Farfán, UP CDMX

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