La internacionalización de las ciudades

Cada ciudad tiene su historia, su cultura, sus olores, su gastronomía y su eje de trabajo con el fin de beneficiar a sus ciudadanos. Por eso, las ciudades más importantes y representativas del mundo han empezado a crear redes intersectoriales que incentivan la transformación urbana, con una mayor incidencia de gobiernos locales democráticos en la esfera internacional. ¿Será que la humanidad está creando un nuevo paradigma en las relaciones internacionales? Paulina Palencia Méndez comparte sus reflexiones sobre el urbanismo inteligente.


Breve historia

La internacionalización de las ciudades data de 1913, cuando se creó, en los Países Bajos, la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA, por sus siglas en inglés) con la intención de promover valores democráticos y facilitar el contacto cultural mediante el intercambio de información. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la década de 1950, se formó la Federación Mundial de las Ciudades Unidas (FMCU) para reivindicar la importancia de las ciudades en el ámbito internacional.

A finales del siglo xx algunas ciudades se percataron de la necesidad de crear un urbanismo inteligente en el que el uso de las nuevas tecnologías, la democratización del conocimiento y la buena interpretación de datos podrían redimensionar la calidad de vida de sus habitantes con soluciones a problemas complejos. Por eso en 1999 se constituyó la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones (FLACMA), cuyo objetivo es favorecer una integración regional que contribuya a la mejora de las gestiones públicas locales.

Paralelamente, existen múltiples alianzas regionales que promueven una agenda local con incidencia global. Entre las más importantes está la asociación de Mercociudades1 y la alianza eurolatinoamericana de cooperación entre ciudades conocida como AL-Las. En 2004 se fundó en Barcelona, España, la Organización de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (ocglu), en la que más de mil ciudades situadas en 95 países forman parte de la mayor organización de gobiernos locales y regionales del mundo.

La diplomacia entre ciudades

Las redes intersectoriales entre las ciudades promueven un aprendizaje en la formulación y la aplicación de políticas públicas basado en la cooperación técnica, donde el intercambio de información es el eje central de la diplomacia en el que se postulan nuevos objetivos que contribuyan a la reducción de las desigualdades.

Concordando plenamente con este llamado, las ciudades tienen como prioridad la sustentabilidad, la inclusión social y la atractividad territorial. Dicho lo anterior, ¿las ciudades deben ser reconocidas como actores internacionales? Sí. Y merecen tener un asiento en las mesas de negociación para promover un impacto positivo mediante alianzas y dinámicas innovadoras en diversas áreas: conectividad, comercio, tecnología, comunicación, seguridad, participación ciudadana, por mencionar algunas, que impulsen la generación de propuestas de valor. 

A pesar de lo anterior, para lograr una transformación urbana deben intervenir ciudadanos, gobierno e iniciativa privada para promover legalidad y legitimidad en la toma de decisiones, con el propósito de brindar espacios de oportunidad. Desafortunadamente esa transformación es desigual porque no todos los gobiernos locales cuentan con la capacidad de respuesta y planeación al conducir pruebas de ensayo y error. Por esa razón, la voluntad política y la transversalidad facilitarán el proceso de transformación urbana.

A finales del siglo xx algunas ciudades se percataron de la necesidad de crear un urbanismo inteligente en el que el uso de las nuevas tecnologías, la democratización del conocimiento y la buena interpretación de datos podrían redimensionar la calidad de vida de sus habitantes con soluciones a problemas complejos.

Pueblos mágicos

Un claro ejemplo del potencial de las ciudades como actores internacionales son los pueblos mágicos que existen en la República mexicana, pues tratan de seducir al turista por medio de su historia e identidad y sus características y filosofía.

Los pueblos mágicos han logrado transformar la identidad territorial como un componente en la esfera internacional, razón por la cual el gobierno de México tiene una brecha de oportunidad grandiosa para forjar una política exterior que atraiga mayor turismo e inversión extranjera. 

Nómadas digitales

La crisis sanitaria por el Covid-19 propició que varias empresas facilitaran el trabajo remoto, lo cual brindó la oportunidad a cientos de miles de trabajadores de laborar desde cualquier parte del mundo y conocer nuevos horizontes, gozando de un estilo de vida particular. México, por no contar con medidas sanitarias tan restrictivas, dio posibilidades a todos aquellos viajeros que quisieran visitar, “por cortas temporadas”, las principales ciudades con la finalidad de reactivar la economía.  

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. La falta de prevención en materia migratoria ocasionó un éxodo en algunas de las colonias más codiciadas de la Ciudad de México al desplazar a sus habitantes por la gentrificación en el encarecimiento de la vivienda. El gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, en meses pasados firmó un convenio con la empresa AirBnb2 para impulsar el turismo digital. ¿Es viable? ¿Es cuestionable? Los capitalinos mostraron su inconformidad al verse en una situación de vulnerabilidad por no poder competir con los salarios que reciben los nómadas digitales, en su mayoría en dólares estadounidenses, razón por la cual la ciudadanía exhortó al gobierno de la Ciudad de México a revisar ese acuerdo, para que ambas partes se vean beneficiadas. En primera instancia, el reclamo se sustenta en la falta de expedición de visas o permisos de trabajo a los extranjeros que los exime del pago de impuestos.

La Ciudad de México está obligada en hacer valer su estatus de ciudad global con el fin de mejorar, en todos los ámbitos posibles, sus redes intersectoriales.

Tomando nota de lo anterior, el gobierno de la Ciudad de México debe aprovechar y hacer uso de las relaciones internacionales que sostiene con otras ciudades para conocer las experiencias y las acciones de políticas públicas implementadas3 en esta índole de acuerdos con el propósito de converger en regulaciones pertinentes y con previo conocimiento en el manejo de crisis. 

Por eso, la Ciudad de México está obligada en hacer valer su estatus de ciudad global con el fin de mejorar, en todos los ámbitos posibles, sus redes intersectoriales en las que ha trabajado y beneficiarse de experiencias previas para evitar retrocesos y mayor desigualdad.

A modo de conclusión, la finalidad de la internacionalización de las ciudades está en el intercambio de información donde las buenas y las malas prácticas puedan beneficiar a otras ciudades en el corto plazo, así como conocer el impacto positivo o negativo de la implementación de políticas públicas y replantearse soluciones comunes a nuevos desafíos globales que puedan alterar el statu quo


Fuentes de consulta

Ciudades y Gobiernos Locales Unidos.

Coordinación General de Asesores y Asuntos Internacionales del Gobierno de la Ciudad de México.

Notas:
  1. Países miembros del Mercosur. Conformada por 375 ciudades de 10 países (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Chile, Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia).[]
  2. Plataforma digital que ofrece opciones de alojamiento en 191 países.[]
  3. En Berlín, Nueva York, Ámsterdam, Barcelona y Buenos Aires, entre otras.[]

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