Inspiración y representación

La llegada de la Ministra Norma Lucía Piña Hernández a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, representó un hito para las mujeres. ¿Qué dicen los universitarios al respecto? Mirna Molina Alonso comparte su opinión.


El año 2023 empezó con buenas noticias provenientes del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La votación a favor de la nueva ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández trae consigo muchos temas para reflexionar. Me gustaría enfocarme en lo que implica que una mujer acceda por primera vez a un cargo de esta magnitud y, además, las consecuencias que su plan de trabajo tendrá en el Poder Judicial de la Federación. 

El pasado 11 de noviembre se publicó una nota de el periódico El País en la que abiertamente la ministra destacaba su férreo posicionamiento de querer ser la primera mujer que rompiera un techo de cristal tan significativo en el Poder Judicial; desde antes sabíamos lo disruptiva que puede llegar a ser con sus posicionamientos, pero éste en específico fue uno que causaba esperanza porque conocemos su carrera judicial, su experiencia, su formalismo y la progresividad con que fundamenta cada una de sus actuaciones.

Para muchos bastaron 14 minutos con 30 segundos para romper ese techo de cristal, pero ha sido una ardua lucha para las mujeres demostrar que debemos estar en lugares en los que se toman decisiones trascendentales para el país. Hace algunos meses la ministra Piña Hernández mencionaba, en un destacable y emotivo discurso, la culpa que nos acompaña a las mujeres cuando vamos en busca de nuestras metas, todo por la visión patriarcal de la sociedad, esa culpa que no debería existir, pero que es uno de los retos adicionales a los que nos enfrentamos día a día. 

Aunque en ese mismo discurso destacó la importancia de las acciones afirmativas, haber sido electa como presidenta fue producto de su arduo trabajo, su trayectoria, sus votos y su plan de trabajo de los que sus pares han sido testigos; en concreto, un documento de 34 páginas en el que destaca la independencia judicial en el que propone encontrar mecanismos para salvaguardar la integridad de los operadores jurídicos, pues asegura que un juzgador no puede ser independiente si no se encuentra en una base de seguridad.  

Su nuevo cargo es inspirador. Buscar representación de mujeres con ideales feministas en la carrera de Derecho a veces es difícil, pero Norma Lucía Piña Hernández rompió ese estigma. Ahora, aspirar a un puesto importante sin dejar de lado nuestras convicciones y nuestros valores se va a convertir en la regla y no en la excepción. Que nunca se olvide que la representación importa. 

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