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Arquetipo y derecho

arquetipo y derecho

Jenaro Morales M. relexiona sobre el vínculo entre el derecho y los arquetipos, particularmente el Tarot de Marsella, para invitarnos a dimensionar el poder que pueden tener las imágenes que informan al imaginario colectivo.


Las llamadas bellas artes, la música, la literatura, la escultura, la pintura, la danza y en forma más moderna el cine y el arte digital, siempre han sido formas de expresión para la humanidad, desde las pinturas rupestres en las cuevas mesoamericanas, con escenas típicas de caza o inclusive religiosas, hasta las grandes obras de arte como las de Miguel Ángel, Da Vinci, Picasso, o Dalí, las sinfonías de Beethoven o Mozart, las obras literarias desde la Biblia hasta los 100 años de soledad de Gabriel García Márquez, las obras cinematográficas de los hermanos Lumière o de Kubrick, han otorgado a la humanidad diversas interpretaciones de diferentes personajes arquetípicos, derivados de las diversas mitologías sumerias, griegas, árabes y romanas, arquetipos que podemos identificar con la divinidad, con la bondad, con la maldad, con el antihéroe, etc.

La Ilíada y la Odisea, típicas obras arquetipales nos enseñan el viaje del héroe, es decir, las andanzas de un personaje son contadas mediante sus aventuras en las cuales aparecen estos seres arquetípicos que son de gran ayuda para el personaje o simplemente le hacen la vida imposible, pero al final todo lo que le sucede lo lleva a triunfar y a obtener una experiencia que con el tiempo se convertida en un consejo para las nuevas generaciones.

El refrán “una imagen vale más que mil palabras”, es algo que todos hemos experimentado alguna vez, cuántas veces no hemos sentido agrado, repulsión, ternura, recuerdos, o simplemente hemos recibido una instrucción de parar nuestro auto por una simple imagen de “alto”, este es el poder de la imagen que transmite un significado y que es reconocible por todos nosotros, nos evoca una idea y un sentimiento, de ahí que los “arquetipos” de los cuales hablaremos en esta obra han aparecido y seguirán apareciendo todos los días de nuestra vida.

Este poder de la imagen, las ideas y sentimientos que nos producen, que nosotros llamaremos arquetipos, serán motivo de estudio y los trataremos de relacionar el derecho, ya que el mismo no está exento de estos arquetipos, aquí tenemos como claro ejemplo el arquetipo de la “justicia”, todos los estudiosos del derecho e inclusive quienes no lo son, puede identificar la imagen de la justicia, la cual la encontramos en estatuas, pinturas, y logotipos tanto en lugares privados y públicos.

Así, nuestro estudio tiene una metodología muy específica y limitada, tratará de explicar estos arquetipos y relacionarlas con diferentes ideas jurídicas y éticas que evocan estas imágenes convertidas en arquetipos, para lo cual hemos escogido el “tarot de Marsella”, que como explicaremos más adelante tiene una historia y un desarrollo, de estos arquetipos en 22 imágenes, triunfos o naipes que fueron inventados en Florencia y desarrollados desde entonces y que reflejan estas imágenes arquetipales, que son reconocidas por culturas, religiones y filosofías muy diferentes y apartadas entre sí, por lo que podemos casi afirmar que diversas culturas fueron las encargadas de tomar estas imágenes y detallarlas con rasgos propios de su cultura. Pero nuestro estudio, tiene límites, es un estudio de la imagen y su significado, a través de su estética y su historia, no es un estudio de cartomancia ni de las características adivinatorias que se han atribuido a estas imágenes y en especial al tarot de Marsella, es un estudio arquetipal reconocido por las diversas culturas, religiones y filosofías, y el impacto que pueden tener en nuestra reflexión y conducta si conocemos su significado y los defectos y virtudes que representan cada una de estas imágenes cuyo desarrollo y significado han perdurado en el tiempo.

Con estas advertencias y aseveraciones que más adelante reafirmamos y fundamentamos, hemos realizado este estudio, que seguramente hará dudar e incluso generará rechazo para los estudiosos canónicos de las ciencias jurídicas, pero ese es el objetivo de la investigación, poner los temas sobre el escritorio y permitir que los interesados los conozcan y en su caso se interesen por ellos y los desarrollen, sin esta “curiosidad” y “osadía” de las personas que se han atrevido a transformar y desafiar el “status quo”, no tendríamos conocimiento, por ejemplo, de las XII tablas las cuales fueron dadas a conocer por Cneo Flavio, o no hubiéramos desarrollado los grandes debates y fundamentos jurídicos en el proceso de Núremberg, los cuales dieron origen a grandes planteamientos y desafíos a los cánones jurídicos de la época y que llevaron al desarrollo y estudio de los derechos humanos.

Con estos objetos de estudio, premisas y límites metodológicos,  nos adentraremos al estudio de estos arquetipos y su relación con el derecho, desde el punto de vista estético y ético y trataremos de fundamentar nuestras conclusiones, la más importante de ellas que el autoconocimiento a través del estudio de estos arquetipos y de su utilidad práctica, en nuestra profesión, debe de conducirnos a tomar decisiones adecuadas que no solamente ayudarán a nuestro crecimiento personal y profesional sino al crecimiento de las relaciones con las personas que nos rodean, lo que al final como todos sabemos se refleja en la colectividad, y que nos a intentar llegamos a nuestra plenitud, a nuestra individualización.

Según la Real Academia de la Lengua un arquetipo “es una representación que se considera modelo de cualquier representación de la realidad”1. Los arquetipos, tal cual entendió Carl Gustav Jung como “patrones e imágenes arcaicas universales que derivan de lo inconsciente colectivo y son la contraparte psíquica del instinto”. Estas imágenes codificadas tienen la ventaja de acceder a nuestra psique y quedarse como una expresión de significados universales, que tienen la virtud de repetirse en el tiempo en mitos, religiones, leyendas, relatos e incluso sueños en personas de todo el mundo, con culturas, contextos y antecedentes tanto culturales, como religiosas, como filosóficos diferentes, lo que lleva a Carl Gustav Jung a crear y desarrollar el término de inconsciente colectivo.

El tarot de Marsella consta de 222 arcanos mayores3 que van en el siguiente orden:

Estos arcanos4 reflejados en arquetipos representan simbólicamente aquellas fuerzas instintivas que operan de forma en la profundidad nuestra razón, aunque la forma de estos arquetipos puede variar de una cultura a otra, su carácter esencial es universal, lo que manifiestan estas imágenes se nos presentan en sueños, visiones, pensamientos, ideas y en la práctica sus características conductuales son repetidas en nuestra vida diaria, cuántas veces nos hemos sentido como niños ante nuestros padres, o como discípulos ante el que consideramos un hombre sabio, o no hemos visto seducidos por venus representada como una estrella, o nos hemos enfrentado a la maldad y lo identificamos con el diablo, o al ver una esqueleto nos remitimos inmediatamente a la muerte. Asimismo, es muy curioso observar que los arquetipos femeninos de poder y sabiduría son los primeros en aparecer en los arcanos mayores del tarot de Marsella, la “Papisa”5 y la “Emperatriz” aparecen primero que el “Papa” y el “Emperador”, lo que nos habla también que la sabiduría de las mujeres de la época también contribuyó a su formación y a su representación como arquetipos.

Por esto, las cartas del tarot fueron conocidas también como triunfos (como desfile de arquetipos) o discursos (como mecanismo que sustenta la narración con un principio y un fin), es decir, el tarot se convierte en un lenguaje que nos habla de las manifestaciones de las diferentes etapas de la vida de una persona, de los arquetipos que se pueden presentar y que con sus diversas virtudes pueden ayudar al desarrollo personal tanto material como espiritual. Todos reaccionamos de forma diferente a los diversos arquetipos, algunos nos atraen algunos nos repelen, sin embargo, las imágenes están tan amarradas al inconsciente colectivo que podemos reconocerlas de manera inmediata o por lo menos inferir algún tipo de significado, es decir, son imágenes simbólicas son símbolos no signos6.

Así, estas imágenes arquetípicas se convierten en visiones de fenómenos primordiales y analogías esenciales que el ser humano ha sabido adoptar, de ahí que todos podamos ver estas analogías esenciales, nos llevan a observar de un modo determinado y nos ayudan a comprender una visión cosmológica del hombre de la divinidad y del universo, visiones que muchas veces en nuestro tiempo resultan severamente atrofiadas por dogmas, religiosos, filosóficos, políticos y culturales que nos impiden hacer un lugar a nuevas visiones y a no cuestionar las existentes, sin embargo estas visiones no están llamadas a ocupar el lugar de la ciencia o de la fe, simplemente buscan una base de raíz común que ayude a comprender los viejos y nuevos paradigmas que se presentan al conocimiento humano y su uso y estudio nos llevará al camino de la búsqueda de la sabiduría.

Cuando las raíces comunes de las analogías esenciales y de los conocimientos base reconocidos por las diversas culturas y que se han preservado en el tiempo, no son respetados llegamos a que la ciencia se vuelva destructiva y la fe exangüe, es decir, se vayan por otros caminos. Así, la ciencia al volverse destructiva sirve a intereses creados y que generalmente se materializan en beneficios económicos y no de desarrollo del hombre como ser humanos y la fe al volverse anémica renuncia a la presunción cognoscitiva y con ellos a la obtención de un mayor conocimiento tanto de la divinidad como de la esencia del hombre.

Si la ciencia se basa en analogías horizontales y la fe en analogías verticales no podemos dejar de lado el conocimiento que nos deja el principio de “como es arriba es abajo” de la Tabla Esmeralda, podemos armonizar estos conocimientos y no participar en la eterna pelea entre ciencia y fe, de ahí que el estudio de los arquetipos del tarot de Marsella nos presente este tipo de analogías armonizadas, no tratan de ser un conocimiento que niegue la existencia de Dios, ni un conocimiento que se trate de sobre poner a la ciencia o a las diferentes Iglesias, se trata de alzar un puente entre estas analogías y que nos permita conciliar las diferencias para la búsqueda de la verdad y de la sabiduría, la cual puede adquirirse mediante el estudio y comprensión de las distintas posturas en la explicación de la divinidad, el hombre y su papel en el cosmos, todo esto a través del estudio de los diferentes significados de los arquetipos utilizados en los arcanos mayores del Tarot de Marsella.

Con lo que trataremos de recuperar la memoria de la historia sobre estos arquetipos que como hemos señalado, son imágenes con significados trascendentes para la historia, y que se convirtieron en inspiración e incluso en bases para los diversos temas más allá de los conocimientos científicos y matemáticos, sino su interacción con los conocimientos filosóficos que llevó a religiosos como Giordano Bruno a escribir libros filosóficos como el “Arte de la Memoria”, en el cual trata de reproducir en la mente las reglas de ordenación de la naturaleza y a su vez las reglas sobre las cuales se debe basar el universo y el estudio de la mnemotecnia. El mismo Frances Yates7 estudios del arte de la memoria señala “la más elevada potencia del ser humano para aprehender el mundo ininteligible es a través de la captación de imágenes significativas», lo que nos lleva a comprender lo importante que es la imagen para la memoria, para la creación y para el conocimiento.

Así, consideramos que mediante el conocimiento de estos arquetipos y el estudio de cómo se conectan a nuestra psique, como los traduce sus características y cómo lleva a los diferentes seres humanos que han existido en diversas culturas, sistemas jurídicos, políticos y religiosos (inconsciente colectivo), se puede inmediatamente entender su significado, sus implicaciones, las cualidades y defectos que vienen contenidos en ellos y como este conocimiento nos afecta al actuar en las diferentes circunstancias que se nos presentan y poder identificar una ruptura, una falla, una hendidura en la línea directa de los hechos y del tiempo y que se puede romper con decisiones acertadas y cambiarse por parte de conocimiento del arquetipo, buscando la mejor forma de actuar y el camino que nos lleve al autoconocimiento y al desarrollo de nuestra propia sabiduría.

Así estudiando cada uno de los arquetipos del tarot de Marsella tenemos:

I. El primer arquetipo simbolizado en el primer arcano mayor del tarot de Marsella es el “Loco” (Le Mat), este simboliza al individuo que carece de conciencia de sí mismo como persona, es decir, que se encuentra en una fase de inmadurez, es el inicio del viaje, es el caos para iniciar el orden. Es el impulso inconsciente que nos impulsa a iniciar la búsqueda.

II. El segundo arquetipo es el “Mago” (Le Bateleur) simboliza a la persona que recurre a sus conocimientos, destreza, artimañas encantos y recursos mágicos para armonizar lo nuevo con lo viejo, lo pacífico con lo guerrero, lo material con lo espiritual, es decir lucha por mantener un equilibrio ante cualquier evento, conflicto, problema o enfrentamiento y trata de resolver los distintos problemas que pueden presentarse en una determinada situación. Con él se inicia el proceso de la “individualización” del viaje que ya estamos emprendiendo al autoconocimiento. La palabra magia está ligada a la imaginación que es necesaria para la creación, tanto artística como científica, la imaginación fue lo que llevó al hombre a todas sus creaciones, es la magia creadora.

III. El tercer arquetipo es la “Papisa” (La Papesse), la sacerdotisa, la maga, la hechicera, la adivina, la mujer sabia8, es un arquetipo que nos señala prudencia, discreción, inteligencia, conocimiento interior, sabiduría, estudio, cultura, cordura, sentido común, equilibrio entre dos tendencias, altos ideales, vivencias interiores, conocimiento firme y sereno, inclinaciones místicas, búsqueda de lo conveniente y mesurado.

IV. El cuarto arquetipo es la “Emperatriz” (L´Emperatrice). Este arquetipo simboliza la autocracia femenina, el matriarcado, la maternidad, la responsabilidad social y familiar de la mujer, su creatividad y realizaciones, su sentido protector. Representa el esplendor propio y material, la fortuna o fama a través de realizaciones personales y profesionales, las iniciativas, la responsabilidad profesional y familiar, las fuertes ambiciones, el poder, la riqueza, la influencia social. Señala proyectos elevados fertilidad o fecundidad, visión concreta de los hechos o problemas, fuerza de decisión, capacidad para los negocios y para solucionar problemas.

V. el quinto arquetipo es el “Emperador” (L´Empereur). El emperador representa el arquetipo del guerrero que hay dentro de cada uno, ya que, en cierto sentido, nuestra vida es una misma historia de luchas para liberarnos de las limitaciones que otros intentan imponernos, esta lucha tiene derrotas, pero también triunfos lo que nos trae conocimiento. El emperador es quien trae la guerra y es, al mismo tiempo, quien establece una paz duradera, basada en el orden, en la verdadera justicia.

VI. El sexto arquetipo es el “Papa” (Le Pape), – Su arquetipo dominante pertenece al hombre que profundiza en las riquezas del inconsciente y sabe transmitirlas, el “hierofante”, “el sumo sacerdote”, el cual es inquieto tanto física como espiritualmente, su cualidad es ser un “hombre sabio”, que enseña e inicia a otros en el conocimiento, bendice a quienes enseña, ya que sabe que lo más sagrado es el conocimiento. 

VII. El séptimo arquetipo son los “Enamorados” (L´Amoreux). El arquetipo del enamorado se ve llamado a grandes visiones y a grandes conflictos, lo cual es la esencia de la vida, y es un requisito previo necesario para todo crecimiento tanto de conocimiento como espiritual.

VIII. El octavo arquetipo es el “Carro” (Le Chariot).  El arquetipo del carro tiene que ver con la concentración y la dirección de nuestra energía y esfuerzos hacia un objetivo en particular. En el transcurso de los tiempos tanto modernos como antiguos, el medio mas rápido y efectivo para trasladar a personas de un lugar a otro incluso a los soldados de una posición a otra, lo constituyo primero los carros tirados por caballos y luego los motores, que incluso como sabemos se miden en caballos de fuerza, de forma que el carro representa la capacidad de transportarnos y de defendernos a nosotros mismos y de responder a las amenazas, en forma expedita.

IX.  El noveno arquetipo de la “justicia” (La Justice) no necesita presentación para nosotros como juristas, o por lo menos no debería, desde su creación como concepto e imagen se ha estudiado por todas las culturas desde Grecia, Roma, el renacimiento, la modernidad, y actualmente vuelve a ser estudiada por juristas, políticos, teólogos, filósofos y hasta activistas que en pie de lucha la invocan a la menor provocación. Sin embargo, pocos hablan de la imagen que la representa todos la reconocemos e incluso la usamos en documentos, logotipos, símbolos y hasta publicidades. El ser humano cree tener a la justicia muy bien definida, y la utiliza tal cual se usaría un producto desechable, una vez esgrimida cual espada en batalla y logrado un objetivo personal, se vuelve a guardar y no se invoca mas en nuestra vida diaria, se deja en el cajón hasta que sea “necesitada” otra vez, es el arquetipo invocado, pero no aplicado, siempre se queda en la teoría y difícilmente llega a la práctica.

X. El décimo arquetipo es el “Ermitaño” (L´Hermite). Este arquetipo esta fundamentado en el dios griego del tiempo, “Cronos” con su aspecto dual, el cual es tan real y fundamental como la explicación que puede tener el aspecto del tiempo en nuestras vidas; incluso tras la posterior adición del Saturno romano, que originariamente no era ambivalente sino claramente bueno, este arquetipo continúa siendo bipolar en su mismo núcleo. Saturno, es a la vez una imagen arquetípica del anciano sabio, del sapiente solitario, con todas sus virtudes morales e intelectuales, y del viejo Rey.

XI. El decimo primer arquetipo es la “Rueda de la fortuna” (La Roue de fortune). Este estado de pasividad y reflexión con el que nos conectaba con el arquetipo del “ermitaño” y cuyo objetivo era la búsqueda de la propia sabiduría, no podía durar para siempre, el movimiento perpetuo nos llama de nuevo.

XII. El decimosegundo arquetipo es la “Fuerza” (La Force). El arquetipo de la fuerza siempre ha sido común en religiones, culturas y mitologías, desde Hércules9, pasando por Sansón, e incluso los superhéroes en la cultura pop. La dama de la fuerza se compromete a cuidar al león y este a ser su más leal defensor, no lo mata como Hércules, lo domina, tal cual el hombre domina sus apetitos. Esto implica que cuando somos capaces de integrar nuestros instintos, en lugar de negarlos descubrimos esas potencialidades dormidas y los ponemos a nuestro servicio. Así, podemos utilizar la fuerza del león cuando la necesitemos, tal cual nuestros instintos están a nuestra disposición, no es poco común que nuestro cuerpo actué instintivamente como por ejemplo nuestro instinto de supervivencia, tan es así que nuestra química está preparada con encimas, hormonas y neurotransmisores que contraen los vasos sanguíneos, dilata las vías aéreas y aumenta la frecuencia cardiaca, lo cual aumenta la fuerza y la agilidad de nuestro cuerpo.

XIII. El decimotercer arquetipo es el “Colgado “(Le Pendu). Este arquetipo con el que nos encontramos es el del sacrificio10, el cual ha estado ligado a diversas culturas, religiones11, y filosofías desde siempre. Tratada en cada cultura desde la pagana hasta las más complejas sociedades de la modernidad, subyace la idea que el sacrificio, de una forma u otra, es esencial para el progreso, no hay resultados sin sacrificio.

XIV. El decimocuarto arquetipo es la “muerte” (arcano sin nombre). Este arquetipo también se le ha relacionado con la muerte, el trabajo de la muerte es cortar de raíz y limpiar las condiciones existentes para que puedan surgir unas nuevas, aquello que se ha agotado, que ha cumplido su ciclo, haciendo lugar para las influencias y situaciones nuevas que nos traerá el futuro, y que deberá de terminar en la trascendencia.

XV. El decimoquinto arquetipo es la “Templanza” (Temperance). Este arquetipo también ha sido bastante estudiado por culturas religiones y filosofías, la templanza es una virtud cardinal que consiste en la moderación en la atracción de los placeres, y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados, además recomienda el actuar y el hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes.

XVI. El decimosexto arquetipo es “Diablo” (Le Diable). Este, es otro arquetipo ampliamente estudiado por diversas culturas, religiones y filosofías, tanto es así, que muchas veces es la misma encarnación del mal o la némesis de todos aquellos que tratan de hacer el bien. No obstante, tanto el estudio del bien como el estudio del mal son demasiado profundos y no se pueden tomar a la ligera, ni crear juicios preventivos sobre ambos conceptos, por lo que tendremos que meternos al estudio de los misterios del bien y los secretos del mal12.

XVII. El decimoséptimo arquetipo es la “Torre” (La Maison Dieu). Este arquetipo al igual que el anterior, genera reacciones adversas, y ello es así porque durante siglos el significado principal asociado a ella ha sido esencialmente el de la destrucción13. También, es llamado como la “Mansión de Dios”, este nombre nos invoca a que el enfrentamiento con la divinidad no puede darse en igualdad, la mansión de Dios es el cielo la morada del hombre es la tierra, el puente no se puede construir materialmente tiene que ser espiritualmente.

XVIII. El decimoctavo arquetipo es la “estrella” (L´Etoile). Este arquetipo, la estrella, nos da la representación de la paz, la serenidad y la tranquilidad, después de pasar por arcanos que nos hacen probar la realidad de la vida, el diablo y la torre, se nos muestra la paz que vamos a alcanzar una vez que hayamos pasado por todas las pruebas que la vida nos ponga delante, siempre y cuando lo hayamos hecho sin atajos, y por las razones correctas.

XIX. El decimonoveno arquetipo es la “Luna” (La Lune). De este arquetipo, podemos decir lo mismo que de los anteriores, ha sido estudiado y además venerado por culturas, religiones y filosofías, simboliza el tiempo que transcurre, el tiempo vivo del que es la medida por sus fases sucesivas y regulares. Para algunos astrólogos y filósofos, la luna es instrumento de medida universal, de la medida de las olas y las mareas, por lo que tiene simbolismo que lo vincula con las aguas, la lluvia, la fecundidad de las mujeres, la de los animales, la vegetación, el destino del hombre después de la muerte y las ceremonias de iniciación y de rituales mágicos.

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Notas:
  1. Del latín “archety̆pum”, y este del griego.”ἀρχέτυπον”, “archétypon”. Modelo original y primario en un arte u otra cosa. Punto de partida de una tradición textual. Representación que se considera modelo de cualquier manifestación de la realidad. Imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forman parte del inconsciente colectivo. Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad humanos. Sallie Nichols lo define como “Temas universales, innatos, heredados y emocionalmente cargados que son vestigios de pautas instintivas de significado de la psique humana que influyen en nuestra psicología. Los arquetipos parecen ser interculturales y perdurar a lo largo del tiempo, y se expresan en el arte, la literatura, los mitos y el sueño del individuo.”[]
  2. Los Arcanos mayores del Tarot de Marsella se numeran del 0 al XXI, en números romanos, no obstante, no constituye un error usar el número IX romano como VIIII, es una cuestión de simbología que trataremos más adelante, lo mismo pasa con el IV romano que se plasma en el arcano como IIII.[]
  3. Arcanos mayores las 21 cartas numeradas y una sin mineral que forman parte del tarot de Marsella y sirven de mapa para señalar el camino que conduce a la autorrealización. El término “Arcano” procede de la palabra que significa “caja o Cofre” y de una antigua raíz que significa “contener, guardar, secreto”. Sallie Nichos, Jung y el Tarot un Viaje Arquetípico, Página 530, editorial Kairos, Barcelona (1994).[]
  4. El nombre arcano puede interpretarse como secreto o cosa oculta, misteriosa y muy difícil de conocer.[]
  5. Muchos hablan que la “Papisa” está basada en Hildergarda de Bingen (1098-1179),  que fue una de las personalidades más influyentes, de la baja edad media y algunas ramas de la iglesia la han reconocida como santa el papa Benedicto XVI le otorga el título de “doctora de la iglesia”, era estudiosa de la filosofía, de la medicina, de los idiomas, de la escritura de la música y muchos dicen que profetizaba eventos, que le dieron el apodo de la “sibila del Rin”. Otros estudiosos del tarot hablan de que este arcano está basado en Manfreida Visconti, condenada a la hoguera en 1300 pro encabezar un grupo que proponía que se nombraran papisas y que fue una de las dirigentes de las Giglieminas, mujeres que trataban de dignificar el papel de las mujeres en la Iglesia, así como su derecho al conocimiento y pertenecer a la jerarquía eclesiástica.[]
  6. Los signos dan solo una idea en particular ejemplo una señal de alto, no da opción a ninguna otra el símbolo que es la representación perceptible de una idea y la idea tienen una esencia y características que la hacen diferente a otras. Figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto normalmente de carácter espiritual se expresa por medio de una realidad o concepto diferente, entre los que se establece una relación de correspondencia, de modo que al nombrar el concepto simbólico se sugiere o se evoca el concepto real.[]
  7. “Giordano Bruno y la tradición hermética: el arte de la memoria”, Frances Yates, Página 129, editorial Siruela, España (2005).[]
  8. “La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas (Prov. 9,1).[]
  9. Dentro de los 12 trabajos de Hércules se encontraba el matar al león de Nemea, el cual aquí se ve representado en el arcano de la fuerza. La lucha con animales y seres mitológicos es de influencia oriental mucho antes de la literatura griega.[]
  10. El sacrificio es un esfuerzo, pena, acción o trabajo que una persona se impone a sí misma por conseguir o merecer algo o para beneficiar a alguien.[]
  11. “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”, (Mt 8,20).[]
  12. Los neoplatonistas no creían en la existencia independiente del mal. Lo comparaban con la oscuridad, que no existe en sí misma sino sólo como la ausencia de luz. Así, también, el mal es simplemente la ausencia del bien. Las cosas son buenas en tanto existan. Son malas solamente en tanto son imperfectas, carentes de algún bien que deberían tener y entre más lejos estén del 1.[]
  13. “Todo el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado” (Lc. 14,11).[]
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