Arturo de Córdova, abogado de los pobres


En 1961 Mauricio de la Serna dirigió Pecado de juventud, basada en Atentado al pudor, obra de teatro de Carlos Prieto. Adaptada al cine por Josefina Vicens, la pieza de Prieto, un pleito de abogados, se transformó en la quijotesca gesta del licenciado Gumersindo Durán, interpretado por Arturo de Córdova, en el microcosmos de la vecindad, el barrio y sus pintorescos personajes.

El licenciado defiende las causas nobles, a los desamparados, a quienes les faltan brazos y “palancas” para darle alcance a la ley y a la justicia: los organilleros a los que les aumentan la renta de su instrumento, la empleada doméstica acosada, los pícaros ladronzuelos que hurtan para comer, la anciana que va a ser lanzada de su modesta habitación.

En la película, Durán se dirigió una mañana a sacar de la cárcel a su amigo el Marimbas y se encontró con Esquivel, viejo compañero de la Facultad. “Sí, soy pobre”, dijo Durán a Esquivel, quien presumía de su pujante situación económica. “Yo también defiendo a los rateros, nada más que los míos roban poco”, afirmó Gumersindo, en la irónica conversación con su viejo compañero, defensor de “peces gordos”.

La obra de teatro de Prieto, según el punto de vista de Armando de Maria y Campos, “inventa un duelo entre dos abogados, los dos pícaros, a propósito de la violación de una sirvienta por el hijo adolescente de un banquero poco honorable. Con este argumento de gacetilla policiaca arma tres actos que le sirven para tratar de revelarle al público los procedimientos que siguen dos licenciados para… salirse con la suya. Los personajes dicen cosas que parecen tremendas, se desnudan moralmente, y vemos que desnudos son despreciables”.

La versión de Josefina Vicens para la película de Mauricio de la Serna, al contrario, emparenta a Gumersindo Durán con José Menéndez, el Hombre del Corbatón, célebre abogado sin título nacido en España y que en los años veinte del siglo xx en México se dedicó con vehemencia a defender a los pobres.

Sobre este legendario personaje, querido por todos, Carlos Monsiváis escribió: “En los cafés de Bolívar departen los exiliados españoles y el Hombre de Corbatón, defensores sin paga de los pobres encarcelados, el tipo de bohemio despedido del coro de La Traviata”.

Arturo de Córdova, en su papel del licenciado Gumersindo Durán, viste de negro y usa un corbatón parecido al de Menéndez. A diferencia de éste, el licenciado Durán de la película, mexicano afecto a comer cacahuates, sí estudió leyes y fue, además, alumno destacado.

Pecado de juventud se estrenó en 1962 y reunió, junto a Arturo de Córdova, a Ana Bertha Lepe como Rafaela, la empleada doméstica que sufre el abuso, a Carlos López Moctezuma y Emperatriz Carvajal como los padres de Pilar (Marta Elena Cervantes) y Luis (Alonso de Córdova, hijo de Arturo), el joven abusador de Rafaela, y a un numeroso elenco que desfila por la vecindad, las calles o los juzgados. Cine moralizante, con sus excesos y sus defectos, Pecado de juventud recuerda al viejo abogado sin título, el Hombre del Corbatón, y coloca en el centro a uno de los actores emblemáticos de nuestro cine: Arturo de Córdova, con su viejo portafolios de abogado.

Newsletter

Recibe contenidos e información adicional en tu bandeja de entrada.

Patricia Olamendi: Nosotras tenemos otros datos

El Derecho es un instrumento de transformación. Patricia Olamendi Torres lo ha utilizado para proteger y garantizar los derechos humanos a muchas mujeres que...