Avril Ayala: Ius para dummies

Ius para dummies es una cuenta en Instagram dedicada a la socialización del derecho. Avril Ayala, creadora de este proyecto digital, está convencida de que para que las personas puedan exigir sus derechos, primero tienen que saber qué derechos tienen, así que se ha dado a la tarea de impulsar la educación jurídica desde los medios digitales, de una forma coloquial y accesible.


¿Quién es Avril Ayala?

Soy estudiante de derecho del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Santa Fe (sexto semestre). Fui presidenta del Comité de Participación Estudiantil y gestioné las elecciones estudiantiles durante un año. Allí impulsé una reforma en materia de género para garantizar que las elecciones fueran un lugar seguro para todas. Porque esto fue en el contexto en que Salgado Macedonio iba a ser gobernador y se me ocurrió, junto con una compañera, hacer algo al respecto. Pero también soy fundadora de Ius para dummies, que es a lo que me dedico la mayor parte de mi tiempo libre.

Háblanos de tu proyecto, ¿qué es Ius para dummies?

Es una cuenta en Instagram dedicada a la socialización del derecho. Estoy convencida de que para que las personas puedan exigir sus derechos, primero tienen que saber qué derechos tienen. Si no sabes que tienes algo, no hay manera de que vayas y lo exijas. Y todo nació en 2019. Yo tengo trastorno por déficit de atención e hiperactividad y estudiaba derecho en otra universidad y se me dificultaba muchísimo. Fue un proceso muy difícil salirme de esa escuela, después de lo cual entré al Tec. Entonces estaba en tronco común con muchas ciencias sociales, pero nada de derecho. Estaba desesperada, porque genuinamente me gusta mucho el derecho. Dije: “¿Qué voy a hacer? ¡Se me va a olvidar lo que ya estudié!” Así que decidí elaborar algunas infografías para subirlas a Instagram. Pero la idea era que eso fuera sólo para mí, no para que creciera. No obstante creció y con el tiempo entendí que la misión de Ius para dummies era hacer que las personas que no son abogadas o que no están estudiando derecho pudieran entender conceptos que escuchamos todos los días. Porque el derecho está en la vida de todos, todo el tiempo. No hay manera de evitarlo. Se me hizo muy importante hacerlo chistoso, accesible y, sobre todo, digerible. Los libros a veces son muy complejos y si no tienes un conocimiento previo leer a Mario de la Cueva puede ser pesadísimo. Si tienes una infografía, puedes ir accediendo a los libros con más facilidad.

Genuinamente me sorprende el proyecto y, sobre todo, me parece interesante en términos educativos. ¿Crees que la educación del derecho no está pensada para las personas neurodivergentes?

No, definitivamente no. La educación del derecho es muy tradicional y muy formal. Como es así, como es muy antigua, no existen estas adaptaciones del derecho para las personas que somos neurodivergentes. Yo padezco trastorno por déficit de atención e hiperactiviad y, afortunadamente, estoy medicada, pero ésa no es la realidad para la mayoría. Es carísimo. El derecho debe irse adaptando para que todos puedan hacerlo sin ningún problema.

Entonces, ¿cuál sería el objetivo de Ius para dummies?

Que todas las personas tengan una cultura jurídica. Yo sé que puede sonar muy inocente, pero a mí me gustaría que en un futuro todas las personas pudieran ir a denunciar sin necesidad de recurrir a un abogado. Y no es que no quiera trabajar. Es que me gustaría que con ese poquito conocimiento jurídico las personas puedan ser más independientes y conscientes de lo que sucede en el país. Es muy importante que, como sociedad, nos eduquemos. La finalidad de Ius para dummies es ésa: educar a las personas sobre el derecho, acerca de lo que está pasando en el país y, sí, mostrar el lado bonito del derecho, pero también todas las flaquezas que tiene. Muchas veces el derecho no tiene conciencia de clase ni perspectiva de género. Si es posible, me gustaría llevar Ius para dummies a las universidades. ¡Me encantaría ser maestra!

Hablas de derecho dummy & nerd-friendly. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que percibiste y te orilló a crear un proyecto como éste y darle continuidad?

Desde que estaba en la preparatoria la gente me decía: “Eres muy ñoña”. ¡Y me encanta! Soy una ñoña destrampada, incluso para mis amigos que también estudian derecho. Porque me la paso viendo las sesiones del Pleno o leyendo los últimos artículos. Si puedo comunicar todo esto y, además, hacer reír a la gente con un chiste ñoño, ¡yo feliz! Es dummy para quienes no son abogados y tal vez le tienen miedo a ese monstruo súper complejo que es el derecho. Y nerd-friendly porque es para esas personas que dicen: “Ay, tengo antojo de algo jurídico ahorita” (entre risas).

¿Cuáles son los temas que abordas? ¿Cómo los eliges?

A veces le pregunto a mi comunidad en Instagram y ellos proponen los temas. Pero a veces extraigo temas de series como The Office, que es mi serie favorita. La he visto tantas veces y me sigue dando risa. Y de pronto pienso: “¡Eso es! ¡Michael Scott es un gran empleador!” Entonces se me ocurre hacer un post sobre las obligaciones del patrón con imágenes de Michael Scott. Es más sencillo recordar eso que la Ley Federal del Trabajo que dice cuáles son las obligaciones. Todo el mundo trabaja y eso llama mucho la atención. También me fascina hablar de derechos humanos, porque creo que es lo más importante. La gente debe saber que los derechos humanos no son un tema de debate o de moda: son algo que existe, que se exige y que nadie tiene por qué escatimarlos. Y luego relaciono el tema con películas o series que me gustan mucho. Porque así es más fácil recordarlo. Y si puedo usar a Mushu —el dragón de Mulán— para explicar lo que dijo García Máynez, pues es más fácil. También es porque así funciona mi cerebro. Estoy acostumbrada a ver derecho en todas partes.

Tienes un proyecto que inició en 2019 (por lo menos en Instagram) y que claramente, a nivel visual y de fondo, ha evolucionado mucho al grado de que puede ser considerado “irreverente”, “disruptivo” o “poco serio” frente al perfil tradicionalista de la abogacía. ¿Qué opinas al respecto?

Considero que el derecho tiene que cambiar sus formas. No puede ser el mismo derecho de hace 50 años. No podemos seguir enclaustrados en ese estereotipo. Es importante que vayamos rompiendo con esta formalidad que, a veces, es absurda y que impide que la gente tenga acceso a la justicia.

Que el derecho sea tan técnico dificulta que la gente ejerza su derecho a la justicia. Creo que la sociedad ha evolucionado muchísimo y el derecho se ha quedado estático.

Que me digan “irreverente” me gusta mucho porque yo quiero romper con esa idea de que el derecho tiene que ser de cierta forma, cuando puede ser de otra manera. El derecho también puede ser divertido; también te puedes reír con él. El abogado no tiene que ser una persona con cara de bulldog que todo el tiempo está de malas y gritando. No. El derecho también puede ser sensible, como Elle Woods en Legally Blonde. Ella es como mi modelo a seguir. Así como ella rompió con el estereotipo del estudiante de Harvard, me gusta pensar que yo estoy haciendo algo similar en mi país, en chiquito.

Cuando uno ingresa a tu cuenta de Instagram se ve bombardeado por una estética visual cargada de colores súper saturados, de memes y de personajes como Walter Mercado. Desde un punto de vista “tradicionalista”, el proyecto podría ser tildado de “poco serio” o “informal”. ¿Qué tan en serio lo tomas?

¡Me lo tomo muy en serio! O sea, me quemo las pestañas para elaborar una publicación en la que quizá aparece más la cara de Kim Kardashian que texto jurídico. Pero sí me lo tomo en serio porque me da muchísimo miedo compartir información que no es correcta. Hay gente que me dice que usa mis publicaciones como referencia en la escuela. Y eso resulta aterrador. No quiero que reprueben a nadie por mi culpa. Sí soy muy profesional, pero soy muy informal también. Si lo hago más serio, a la gente no le va a interesar. Las portadas de los libros de Porrúa no llaman la atención, hasta que los abres y los lees. Mejor que la portada y el contenido estén bonitos y que te lleves algo a casa.

Ahora que estuve en el Centro Carbonell —porque di una plática sobre Ius para dummies— muchos abogados estuvieron genuinamente ofendidos porque pensaban que les estaba diciendo tontos, dummies, que el derecho no puede ser así, que el derecho no necesita tecnicismos. Pero no. Ya no podemos estudiar derecho como hace 30 años. Hoy es más seguro que la gente abra Instagram a que abra un libro. Así somos ahora. Por eso los diseños de mis publicaciones son así. Es verdad, hay temas como el feminicidio que merecen menos juego visual, porque son temas serios, pero me gusta abordarlos de manera sencilla para que sean digeribles. Además, visibilizar las violencias es importante, y más en el derecho.

Todo esto exige cierto nivel de responsabilidad. Eres influyente. Tan sólo en Instagram tienes una comunidad de más de 13 mil seguidores y, al ver el perfil del proyecto, es muy clara la adopción de la cultura del meme. En este sentido, ¿qué impacto has tenido en tu comunidad?

La recepción ha sido buena. El 70 u 80 por ciento de mis seguidores son mujeres y la mayoría son estudiantes o recién egresadas. Siempre he tenido una validación de lo que estoy diciendo gracias su respaldo. Y el hecho de que el Centro Carbonell me haya solicitado una colaboración, ¡no podía creerlo! No daba crédito. He tenido mucha aprobación, pero también ha habido gente que me dice: “No estás titulada” o “Eres una coyota” (por este comentario me enojé muchísimo). Pero yo estudio lo que digo y sé la responsabilidad que tengo y qué es lo que la gente espera de mí.

Se nota mucho tu esfuerzo y cómo has “digievolucionado”, como sueles decir en tus publicaciones. Y me encanta el carácter lúdico que incorporas con base en la adopción de la cultura del meme. En ese sentido, ¿qué importancia tiene el juego en el estudio del derecho?

Es muy importante. Hemos crecido con una visión adultocentrista del mundo en el que las caricaturas las atribuimos a los niños y por eso las despreciamos. Pero yo creo que el juego y las caricaturas también enseñan mucho. Se nos olvida aprender como niños o niñas. Es importante no ignorar al niño que llevamos dentro. Yo tengo 22 años de edad y compro Legos y tengo un Baby Yoda. Y no creo que eso me reste profesionalismo. Jugar es muy importante y es una manera de aplicar la teoría a la vida real.

Avril Ayala | Foto: David F. Uriegas

¿Te imaginaste llegar hasta aquí? ¿A dónde va Ius para dummies?

Nunca me imaginé llegar hasta aquí; no pensé que fuera a crecer tanto. Cuando me invitan a dar conferencias pienso que jamás en mi vida imaginé que haría algo así. Igual un día me gustaría escribir un libro de Ius para dummies y poner todo para que sea accesible. Que no sea un libro clásico como los de Porrúa. Me gustaría dar clases con este método. Me gustaría llegar a la Suprema Corte y me encantaría que Ius para dummies se expandiera. Yo lo voy a llevar conmigo a donde sea.

Hablando de la Suprema Corte, es muy notoria la figura de Ruth Bader Ginsburg en tus publicaciones como un personaje recurrente. ¿Por qué?

Ruth Bader Ginsburg es una de mis más grandes inspiraciones. Sí admiro a muchas abogadas y abogados, como al ministro Zaldívar. Pero ella, siendo ya grande, haciendo lo que estaba haciendo, luchando, aun desde antes de llegar a la Corte, todo eso que hizo en la década de 1970, logró que muchas abogadas pudieran aspirar a cargos públicos. Hace poco entrevisté a alguien que escribió un libro sobre Ruth Bader Ginsuburg y me dijo que a ella le habría gustado mucho lo que estoy haciendo. ¡Eso me pareció mágico! Pero ella dejó un legado enorme y es importante que las niñas y las disidencias sexuales que quieran ser abogadas y juezas tengan un referente trascendente. No puedes aspirar a ser algo que no puedes ver. Creo que ella, con toda la visibilización que tuvo, ayudó mucho a que tantas cosas fueran posibles.

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Eres mujer, estudiante de derecho, neurodivergente, disruptiva, irreverente… Frente al mundo y la cultura heteropatriarcal —con todo respeto— eres “de lo peor”, en ese sentido de rebeldía y de otredad. Desde esa trinchera, ¿qué es lo que mujeres como tú debieran estar haciendo en el mundo del derecho?

Nuestro papel como mujeres es exigir los lugares que nos corresponden. Hay una deuda histórica grandísima con nosotras. Se nos ha invisibilizado muchísimo. Hay un espacio muy importante que debemos exigir. Nuestra voz y la perspectiva que le damos al derecho son muy distintas a las de un hombre que tiene garantizados esos espacios por el mero hecho de ser hombre. Las mujeres no.

Si en Ius para dummies puedo ofrecer un lugar seguro para que las mujeres se acerquen y me cuenten su experiencia para construir un mundo con más justicia social, lo voy a hacer.

La finalidad de Ius para dummies es educar a las personas sobre el derecho y acerca de lo que está pasando en el país.

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