El desarrollo sustentable es un tema que nos aqueja desde finales del siglo XX. ¿Cómo podemos construir un planeta habitable para las futuras generaciones? Alejandra Estrada Campos nos comparte sus perspectivas.
Los mercados de capital están viviendo una revolución pues cada vez están más involucrados en proyectos de desarrollo sostenible. El mecanismo que está haciendo posible lo anterior se basa en los llamados “bonos verdes”, un tipo de deuda clasificada como inversión socialmente responsable que se destina a la financiación de proyectos en diversas áreas, como energías renovables, eficiencia energética, transporte limpio y gestión responsable de los residuos para mitigar principalmente los problemas derivados del cambio climático y el calentamiento global. Estos bonos tienen la ventaja de apoyar iniciativas ambientales y constituyen una oportunidad para los inversionistas de obtener rentabilidad financiera.
Las entidades públicas y privadas que emiten esos títulos deben ajustarse a las normas que exigen los estándares internacionales de sustentabilidad. En primer lugar, la totalidad de los recursos debe aplicarse al financiamiento de proyectos verdes claramente detallados; en segundo lugar, el emisor está obligado a informar sobre la toma de decisiones en relación con los proyectos que efectivamente generen beneficios, y en tercer lugar, debe realizarse un reporte anual sobre el uso y la aplicación de los recursos con sus respectivos resultados. Antes de la llegada de los bonos verdes se prestaba poca atención al uso de los recursos, la mayoría de los cuales eran destinados a objetivos generales con poca supervisión.
Ahora cada vez son más los participantes del mercado que han mostrado interés en este tipo de inversiones basadas en la sustentabilidad, puesto que representan una opción competitiva con un estándar de medición más claro y orientado a propiciar un impacto positivo sobre el medio ambiente sin renunciar a la rentabilidad.
Estas emisiones han mostrado cómo los mercados pueden influir en la conciencia social, y ésta en los mercados, y en un ganar-ganar han abierto la posibilidad de hacer frente a los desafíos que plantean problemas que interesan a todos. Precisamente el poder que tienen los mercados de capital, y el compromiso de los inversionistas que generan certeza jurídica, llevarán al éxito a este tipo de financiamiento para el desarrollo.
Alejandra Estrada Campos
Escuela Libre de Derecho
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