Siendo galardonado con diferentes reconocimientos y con el cual platicamos sobre las amplias gestiones que tuvo que hacer en uno de los casos más complicados de pena de muerte para la liberación de 3 mexicanos sentenciados a la horca en Malasia con uno de los sultanes más ricos de Asia “Ibrahim Ismail Ibni Sultan Mahmud Iskandar Al-Haj” sultán de Johor Bahru, su experiencia en el tema de pena de muerte como Cónsul de México en San Francisco, donde está San Quintín uno de los lugares con más mexicanos sentenciados a pena de muerte, además nos compartió su visión sobre el servicio exterior mexicano, su perspectiva sobre los retos que enfrenta México, su posición en el panorama internacional y en general de su vasto conocimiento en la diplomacia.
Carlos Isauro Félix Corona es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene una especialización en Diplomacia en el Instituto Matías Romero, es diplomático de carrera con más de 40 años de servicio, ascendido al rango de Embajador en mayo de 2009. Ha sido Cónsul General de México en San Francisco, California, Embajador extraordinario y plenipotenciario en Malasia. Actualmente se desempeña con el mismo cargo ante la República de Serbia, concurrente con las repúblicas de Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia del Norte. Además de haber desarrollado experiencia en distintos cargos en lugares como la ex República Federativa Socialista de Yugoslavia, República de Corea, y variedad de ciudades en Estados Unidos y dentro de México.
¿Por qué decidió incursionar en el mundo de la diplomacia mexicana?
Carlos Isauro Félix – Considero que era una buena oportunidad para representar a nuestro país y no era una profesión que antes no era tan comúnmente ejercida, es una carrera que no tenía tantos estudiantes enfocados en este sentido y además de ser acorde con la experiencia que fui obteniendo y la cual quería ejercer.
¿Cómo fueron sus inicios en esta carrera diplomática?
Carlos Isauro Félix –Esta tiene su inició en 1982, donde ejecutivamente yo ingreso al servicio exterior mexicano por concurso público. Es una carrera larga, es importante señalar que no solo es una vocación profesional si no también es un estilo de vida. Es importante que los estudiantes mexicanos que estén interesados en esta carrera se den cuenta que es todo un estilo de vida, con retos como vivir en contextos distintos, ser abierto a idiomas diferentes, complicados muy diferentes al español pero también con cuestiones más cotidianas como la comida, clima (el cual a veces estando en México no lo valoramos, el cual es fantástico en la mayoría del país), cultura, prácticas sociales como por ejemplo países musulmanes ya que en México no tenemos un gran conocimiento de cómo es esa cultura y cuando llega uno ahí, demanda ciertos elementos de adaptación que es necesario tener. Hay personas muy arraigadas a su ambiente, a su familia, amigos, pero esto implica muchas veces desarraigarse, aunque si es necesario también para los diplomáticos mantenerse informados de qué pasa en México. Lo cual implica que uno se mantenga cerca de la realidad mexicana.
Respecto del concurso que mencionaba, ¿nos podría platicar un poco más sobre este proceso y sobre la preparación que necesito?
Carlos Isauro Félix – En realidad pienso que el concurso para el servicio exterior mexicano se ha ido organizando muy bien. Es uno tal vez de los pocos servicios civiles que tenemos perfectamente normados por una ley, regulados por un reglamento de la misma. Cuando se lanzan las convocatorias para el servicio exterior mexicano, junto con el Instituto Matías Romero, establecen las bases conforme a la ley y su reglamento, ahi mismo se pone una bibliografía básica, una serie de elementos para todos los interesados y para que estudien para lo que va a ser esta examinación. Entonces esto implica que no se puede tener una preparación para este examen de la noche a la mañana, hay que actualizarse en todo lo que es política internacional, en política exterior de México, en todas las coyunturas que se viven en las distintas regiones del mundo, hay que entender cómo funcionan los andamiajes cuando hay situaciones extraordinarias a nivel internacional, entre otras cosas.
¿Cómo definiría usted el cargo de embajador? ¿Qué es un embajador?
Carlos Isauro Félix – El cargo de embajador es una enorme responsabilidad, pues implica ser el representante del Estado Mexicano ante otro Estado o ante otro organismo multilateral, en principio todo se encuentra regulado por la Ley del Servicio Exterior mexicano. Es una responsabilidad, pero a la vez es gran honor ser un embajador de México, para aquellos que hemos dedicado nuestra vida al servicio exterior, es la cima de toda una serie de esfuerzos realizados durante años. Yo en mi caso tengo más de 40 años ininterrumpidos de estar en el servicio exterior mexicano, esto implica muchos retos, verbigracia un embajador es quien fomenta la relación de amistad, de confianza, de cooperación entre los países donde se encuentra, pero también es defender los intereses de México, defender en el mismo nivel los derechos de todos mexicanos que se encuentren en el país o circunscripción que corresponda. Es una mezcla de responsabilidad de honor, servicio y representación digna a México.
Mencionaba que es parte crucial tener una relación amistosa entre países, pero también a la vez proteger los derechos del ciudadano mexicano. ¿Cómo se logra mediar qué no haya un conflicto de intereses entre países?
Carlos Isauro Félix – Sin duda es una muy buena pregunta, ya qué hay que decir que una relación de amistad implica tener visiones distintas, significa tener respeto. En el caso de México desde mi óptica casi no se aprecia pero es un país de los más valorados en el mundo, no tiene enemigos, por el contrario tiene un gran capital de amistad con las distintas naciones donde se tiene presencia, desafortunadamente en nuestro país no se visualiza esto, en un escenario complicado internacional, de confrontación, de tensión, México no tiene ni un solo enemigo. En ese sentido cuando hay alguna defensa de los derechos humanos de los mexicanos en otro país, como lo fue en mi experiencia en el caso particular donde traté el tema de 3 mexicanos sentenciados a pena de muerte, en un país asiático musulmán como lo es Malasia. Donde nuestras visiones sobre el tema de pena de muerte son diametralmente diferentes y sin embargo esto implica una labor diplomática de utilizar todas las herramientas disponibles, todas nuestras capacidades diplomáticas al máximo para preservar la integridad de los intereses de los mexicanos.
¿Cómo está el ámbito de protección del ciudadano mexicano que necesita apoyo de su embajada?
Carlos Isauro Félix – En primer lugar, el gobierno de México tiene de las políticas de protección más avanzadas del mundo. No creo que haya ningún otro gobierno del mundo que tenga un sistema de protección, vocación, capacidad y de los resultados en la defensa de los nacionales como el de nuestro país fuera de territorio mexicano. Esto implica también una serie de programas, recursos tanto humanos como financieros. Muchas embajadas como en mi caso hemos desarrollado mecanismos para estar en comunicación con los mexicanos de nuestra circunscripción por medio de medios electrónicos para atender de inmediato cualquier contingencia que se pueda presentar.
¿Cómo nos define usted la política exterior de México?
Carlos Isauro Félix – Bueno la política exterior de México es una política que responde al interés de nuestro país, al bienestar de la sociedad mexicana, promueve como precisamente nosotros interactuamos con el resto de la comunidad internacional. Ya que si lo vemos históricamente como México ha sido un líder exitoso en promover causas internacionales en determinados momentos. Por ejemplo, en temas como el desarme con la implementación de la primera zona libre de armas nucleares en el mundo, en el conocido “Tratado de Tlatelolco”. Donde siempre nuestro país ha sido un líder respetado en la comunidad internacional. Actuando para que la paz y la cooperación internacional prevalezcan sobre cualquier tipo de conflicto.
Mencionaba nuestra política exterior como ejemplo. ¿Cuáles definiría como los puntos más fuertes de esta?
Carlos Isauro Félix – Si se quisiera hacer evaluación patente está muy claro el tema de la atención de los mexicanos en exterior, como ejemplo el ser el único país que tiene alrededor de 50 consulados en Estados Unidos, demostrando un compromiso. Por otro lado en el ámbito multilateral, siendo miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, siendo elegido por qué precisamente se reconoce el liderazgo internacional para aportar, contribuir, reducir, promover soluciones a conflictos, que es parte del prestigio que tenemos en la imagen de nuestro país. Dando resultados siempre.
Recordando su notable trayectoria diplomática y su labor como Cónsul General de San Francisco. ¿Cuáles fueron los principales retos y cómo los fue abordado?
Carlos Isauro Félix – Dando algunos pasos atrás de esto, fui director de protección y asuntos consulares en la cancillería. Anteriormente existían dos direcciones que ahora son separadas como lo es Asuntos y Protección Consulares, que es una sola. Y en aquella época nos dimos cuenta que dada la magnitud de los retos que teníamos para atender, solamente lo podíamos hacer mediante la creación de programas específicos en ciertas áreas para atender estas necesidades y donde nosotros desarrollamos todas las plataformas actuales de producción de documentos a través de tecnologías, ya que anteriormente era de manera mecánica. Comenzando con esta innovación, también creando programas de asistencia jurídica para los mexicanos en el exterior particularmente en Estados Unidos. Ya que como sabemos es fundamental contar con un recurso judicial, donde no solo hay problemas migratorios, sino también de carácter civil, administrativo y penal. Toda esta complejidad de temas fue tomando forma mediante la sistematización.
Como sabemos, han habido muchos casos de pena de capital en San Quintín que se destaca por ser una prisión con gran número de mexicanos condenados a pena de muerte.
¿Qué dificultades presentaba esto en su gestión como Cónsul y qué acercamiento se tiene con las familias?
Carlos Isauro Félix – Este tipo de casos son muy delicados, tienen muchas aristas en su tratamiento. Implica en primer lugar una asesoría jurídica especializada. Por ejemplo, retomando en el caso de Estados Unidos, hay abogados especializados en pena de muerte, al final del día México no tiene una representación jurídica, es decir los cónsules no representan en juicio a los acusados por ningún tipo de crimen, tienen que ser abogados locales. Por lo cual se creó un programa de asistencia de pena de muerte con especialistas, que en primer lugar se busca prevenir que algún mexicano que tenga algún cargo pueda ser sujeto a pena muerte. Nos hemos dado cuenta cómo lo fue en el famoso caso Avena, que nuestro país lo llevó a la Corte Internacional de Justicia, donde se sentenció a pena de muerte a un mexicano donde le hicieron firmar muchos documentos de los cuales ni siquiera entendía que estaba firmando y sin que supiera ni fuera notificado el consulado en su momento, por lo cual no tuvo la asistencia consular debida y la Corte de Justicia posteriormente le dio el fallo al gobierno de México y pidió al gobierno Estadounidense que se revisaran todos los casos de pena de muerte donde no había habido una intervención consular. Hay que resaltar que todos los casos son diferentes, no son similares por cuál cada uno tiene una particularidad y por lo cual se analizan para buscar un elemento que evite el tema de la ejecución. Por otro lado, se está en contacto con las familias mexicanas para mantenerlos al tanto de las gestiones que se realizan para cada uno de los acusados, se mantiene relación con los abogados y también con organizaciones que están en contra de la pena de muerte.
¿Qué visión ha demostrado en el ámbito internacional el gobierno de México respecto a la pena de muerte?
Carlos Isauro Félix – Retomando uno de estos temas como lo es la pena de muerte. Tema fundamental para la política exterior mexicana. México no reconoce la pena de muerte, por el contrario, en nuestra Constitución está garantizado el derecho a la vida y claramente se ve el deber de preservar la vida de los mexicanos.
Máximo derecho humano y por ello la Secretaría de Relaciones Exteriores se concentra muchísimo en específicamente atender este tipo de casos. Es muy importante señalar que en este tema el gobierno de México no condona, no felicita y ni está de acuerdo con acciones criminales que algún nacional se vea involucrado. Me parece que a veces hay una confusión ahí, donde no se defienden a criminales, ni causas que son ilícitas. Lo que si se defiende es el principio a la preservación de la vida.
En el caso de los hermanos Villarreal que fueron arrestados el 4 de marzo de 2018, son sentenciados a la pena de muerte la cual después se ratificó. A usted como embajador de Malasia, ¿en qué parte del proceso le tocó hacer alguna gestión sobre este caso?
Carlos Isauro Félix – Yo llego como embajador de Malasia en 2017, en el momento que este caso de los hermanos mexicanos provenientes del estado de Sinaloa, están en la fase final de apelación ante la Corte Superior, digamos que es la Suprema Corte de Malasia. Hay que entender que en el caso de este país hay pena capital para los casos de narcotráfico, es automática. Es decir, no hay opción para el juez, ya que en cuanto hay un cargo y se comprueba este, es directamente pena de muerte. Como lo mencionaba cuando llego, ya estaban en la última fase del proceso judicial, en donde estos 3 connacionales presentan una apelación, la Corte Federal vuelve a emitir un fallo condenatorio en el mismo sentido. No se encontraron elementos de acuerdo con el panel de 5 jueces para revertir la decisión de una Corte de primera instancia. En mi llegada a Malasia, la primera semana empiezo a visitar a estos 3 mexicanos cada mes en la cárcel durante todo ese tiempo que transcurrieron detenidos, como una acción consular. Fue un tema bastante complicado por qué implicó gestiones consulares, diplomáticas de alto nivel, como comentábamos antes, la visión que tiene Malasia y la que tiene México sobre la pena de muerte son muy distintas, entonces en suma ha sido el caso más complicado de tema de pena de muerte para los mexicanos a nivel internacional en los últimos tiempos recientes. Afortunadamente logramos que primero se les diera conmutación de pena de muerte por cadena perpetua y finalmente conseguimos que se les otorgara el perdón total para repatriarlos a México en mayo del 2019 regresando sanos y salvos con sus familias.
¿Cómo se consiguió rechazar la decisión el Gobierno mexicano de la pena de muerte sin dañar las relaciones bilaterales?
Carlos Isauro Félix – Efectivamente había una complicación en la relación bilateral a nivel político por que como este es un tema prioritario en nuestra política exterior y Malasia lo entendió de una manera muy clara, de acuerdo con su legislación, con su proceso judicial que también nosotros estuvimos viendo la evolución y que respetamos. De alguna manera estás dos visiones fueron encontradas, tuvo que realizarse una gestión diplomática muy complicada y de alto nivel, donde la Secretaría de Relaciones Exteriores me encargó a mí específicamente instrumentarla. Primero diseñando una estrategia de acercamiento, donde en el caso específico de estos mexicanos de acuerdo con la Constitución de Malasia la única manera en la que ellos podían evitar la pena de muerte sería a través de la conmutación de la pena por el gobernante del estado en donde se cometido el delito. Malasia es un país de 13 estados, 9 de ellos tienen un sultán que es una especie de rey. En nuestro caso le correspondía de acuerdo a la constitución que pudiera ser otorgado el perdón por el sultán en específico del estado de Johor, estado colindante con la frontera con Singapur. El sultán de Johor es un personaje muy importante de la realeza de Malasia, es una persona muy poderosa, considerada entre las más ricas del Sudeste asiático. Como sultán su deber es velar por la religión musulmana y hay que recordar que en la religión musulmana está contemplada la pena de muerte, por lo cual fue un reto muy grande traspasar todo este tipo de circunstancias para llegar nosotros al objetivo central de convencer al sultán de que otorgará la conmutación y luego para que dejara salir a estos mexicanos de Malasia. Esto llevó una serie de acercamientos que tuve con el sultán, de pláticas que sostuvimos sobre estas dos visiones diferentes, explicándole nuestra visión e insistiéndole respetuosamente en la importancia de la amistad entre México y Malasia. Si bien la visión en tema de derechos humanos en la gran mayoría de los países asiáticos es distinta a la occidental, porque al final en la occidental se puede interpretar como derechos individuales y en una de corte asiática los derechos individuales no están por encima de la colectividad. Un factor central en estas negociaciones fue el recurrir al tema de la enorme amistad entre nuestros países, el recurrir al aspecto humanitario y expusimos las razones por las cuales sería un acto de enorme generosidad por parte del sultán evitar mayores sufrimientos a estos 3 mexicanos y a sus familias. Todo esto requirió una serie de contactos exclusivamente míos con el sultán, fue de manera directa donde no habló con ningún otro miembro del gobierno mexicano. Desde luego la Cancillería me dio todo el apoyo y la confianza para llevar acaba este diálogo, ya que era la única manera mediante un solo interlocutor de evitar interpretaciones erróneas. Ya que por ejemplo con muy buena intención muchos actores en México pudieron exigir o pedirle al sultán lo mismo, pero esto pudo haber sido una distorsión de los elementos centrales que nosotros queríamos plantearle.
En el caso de estos 3 mexicanos se menciona que no tenían conocimiento del idioma malayo y tampoco del idioma inglés. ¿Cómo se les apoya a los ciudadanos mexicanos que se encuentran en otro país bajo circunstancias culturales distintas y desconocen el idioma?
Carlos Isauro Félix – Este es un caso extraordinario y muy particular. El encargado de asuntos consulares y yo visitamos a estos mexicanos con el fin de saber su condición en una cárcel de un país asiático-musulmán, donde inclusive la comida era diferente para ellos. Nuestra obligación era que estuvieran en buenas condiciones de salud, pero sobre todo a mí en lo particular, me interesaba que estuvieran en una situación anímica importante, que no perdieran la esperanza, no dejarse abatir por las circunstancias. Pues imaginémonos estar en una cárcel donde todo es completamente distinto, evidentemente sus circunstancias eran difíciles, esto ya era una cuestión de humanidad. Gracias a que nosotros siempre estuvimos con ellos, recibíamos cartas de sus familias, se las llevamos, ellos también escribían, procurábamos que tuvieran llamada de larga distancia con sus familias, en fin, buscamos darles todo el apoyo que por razones humanitarias y de derechos humanos el gobierno mexicano les facilitó.
Respecto del mencionado perdón que otorgó el sultán, ¿cómo se llevó a cabo el proceso de otorgamiento de este?
Carlos Isauro Félix – Bueno esa es una pregunta muy interesante, fue bastante largo y complicado jurídicamente, ya que cuando se acaban las instancias ante la Corte Superior de Malasia, se acaban todos los recursos jurídicos, diríamos que es una especie de cosa juzgada. Entonces el proceso para el otorgamiento del perdón ya no es proceso judicial, eso depende de la voluntad del sultán. No hay un proceso específico ya que al no ser jurídico no hay normas. Por lo regular este tipo de procesos lo que se hace es una petición al sultán de los condenados de pena de muerte solicitando el indulto. Lo que nosotros hicimos fue hacer un escrito muy cuidadoso por medio de un abogado súper especializado a nombre de estos 3 mexicanos, en idioma malayo y en un idioma muy especial porque para dirigirse a la realeza pues es otro tipo de estilo. Ya que se hizo la solicitud pues al no haber normas, los sultanes lo revisan cuando ellos consideran pertinente hacerlo. Técnicamente hay una especie de consejo del perdón que está compuesta de 5 miembros, el principal es el sultán, el segundo es el gobernador del estado, otro un representante del fiscal general y las últimas dos personas son representantes nombrados por el sultán. Lo que hace este comité, es que cuando el sultán quiere revisar los casos, ellos se lo presentan y su función de ellos es emitir una opinión, pero al final del día la opinión importante y la que determina es la del sultán. No hay ningún otro tipo de interferencia que pueda contradecir, ni inducir lo que puede decidir el sultán. Si lo quisiéramos codificar podríamos hacer un símil con proceso administrativo, pero sin reglas, sin tiempos, por lo regular cada una de las peticiones se tardan de 12 a 15 años para revisarse, pero en el caso de nosotros fue extremadamente rápido, gracias gestiones realizadas para captar la atención del sultán con respecto al caso, lo cual nos ahorró como mínimo unos 10 años de espera. Obviamente hubieron circunstancias muy complicadas de índole política, donde el fiscal general de Malasia estaba en contra que se diera el perdón a los mexicanos y de alguna manera intentaba inducir o poner en el ánimo del sultán que no sería una decisión adecuada, lo cual nos contaminaba a nosotros la gestión que estábamos realizando. Motivo por el cual yo también tuve que estar hablando con el fiscal general, con el ministro de justicia de Malasia solicitándoles de alguna manera que se abstuvieran de influir en el sultán y que no fueran elemento de presión. Fueron negociaciones difíciles, de hecho, yo estuve 7 años en Malasia y la razón fue que se decidió dejarme hasta que tuviéramos el resultado de esta gestión. Me tomó el acercamiento y la constante comunicación con el sultán alrededor de 2 años y 7 meses. La comunicación siempre fue en idioma inglés, el cual lo habla perfecto, ya que el sultán es una persona muy educada en instituciones extranjeras en Gran Bretaña, haciendo cursos especializados en Georgia. Aunque insisto que la petición de los 3 hermanos fue en idioma malayo.
¿Cómo les llega la respuesta de que el perdón ha sido otorgado?
Carlos Isauro Félix – Técnicamente lo que sucede es que hay una especie de tradición, que insisto no hay reglas en esto, pero en el cumpleaños del sultán, se ha dado históricamente que el sultán ha perdonado a ciertas personas como parte de las celebraciones de su cumpleaños y este caso cuando se da la primera decisión del sultán, el me llama para infórmame que ha tomado la decisión, ya meditada darles el indulto a los mexicanos y cambiarla por cadena perpetua a máximo 35 años. Cabe recordar que los mexicanos ya llevaban 11 años presos en Malasia, si bien ya habríamos salvado la vida de estos, la decisión aún seguía siendo bastante complicada ya que no se consideraba los 11 años que ya llevaban en la cárcel para el conteo. Tomando en cuenta que como principio de la política de protección de los mexicanos es buscar el máximo beneficio, yo estimé que si seguía haciendo gestión con el sultán de alguna forma se podía conseguir que les otorgara el perdón total. Me pidió el sultán que se lo pusiera por escrito el tema del perdón absoluto, al cual lo vi muchas veces, platiqué muchas ocasiones, el cual yo definiría como una persona muy humana, quien a pesar de ser alguien con enorme poder político y económico al final del día mostró su generosidad que tiene y un día de igual manera me llamó para indicarme que había accedido a mi planteamiento para que fuera repatriados a México. Lo cual fue un sueño y algo muy emotivo para estos mexicanos, ya que se les regresó la dignidad humana que tenían, estaban ellos en una circunstancia terrible sin ninguna esperanza de vida.
Desde su experiencia, ¿qué retos aún ve en la diplomacia mexicana?
Carlos Isauro Félix – Retos siempre hay muchos y siempre los ha habido. La política exterior mexicana siempre ha sido dinámica, ha enfrentado contextos históricos grandes, ejemplos como el tema de todos los refugiados que México siempre ha recibido ante conflictos de distintos países de partes de Europa y América del Sur. Quizás tenemos que hacer una autocrítica en el sentido que debemos tener mayor preparación de los cuadros del servicio exterior mexicano, se requieren mayores apoyos para una política exterior para que esté a la altura de los retos actuales, en donde el mundo es cada vez más complejo. Los retos vendrán de distintas categorías, pero lo importante es estar preparados para ellos desde una vocación de servicio para servir a México. Confío en que el país lo hará con éxito como lo ha venido haciendo desde hace muchos años.