David Vázquez Maldonado, integrante del colectivo Círculo de Amparo, describe el poder transformador de la realidad que tiene amparo a través de aquel que llevaron a cabo contra la tauromaquia en Puebla.
El 27 de febrero de 2024 se dictó la primera sentencia de amparo contra las corridas de toros en México. Una sentencia que se da en un momento histórico donde nos cuestionamos sobre la importancia de la Constitución y los derechos humanos.
Un año y medio antes, el 13 de agosto de 2022 se fundó en la Facultad de Derecho de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el colectivo Círculo de Amparo, asociación universitaria dedicada a estudiar y litigar el juicio de amparo a favor de causas sociales, y que a la postre fuera el representante legal de la causa animalista.
Esta asociación perteneciente a la Universidad pública ha litigado amparos para conseguir cirugías urgentes, tratamientos médicos, el acceso de familias al derecho al agua, el amparo contra la omisión legislativa en materia de movilidad en Puebla, así como el primer precedente judicial en América Latina para suspender el uso de fuegos pirotécnicos en los festejos de un municipio.
El 13 de agosto surgió Círculo de Amparo, el mismo día que se dictara en 1849 la primera sentencia de amparo en México, por el único juzgado de distrito de San Luis Potosí y de la mano del juez suplente Pedro Sámano, una sentencia que ampararía al insurgente Manuel Verastegui, quien fuera acusado de la rebelión de Sierra Gorda luego de la pérdida de más de la mitad del territorio nacional en manos de Estados Unidos.
De vuelta a la primera sentencia de amparo contra las corridas de toros, un día un grupo de protectoras animalistas del pueblo mágico de Zacatlán, Puebla, así como miembros del Movimiento Animalista de Puebla, nos llevaron una carpeta donde se podía observar más de 10 años de lucha sin éxito en contra de la tauromaquia. Reuniones con autoridades, oficios gubernamentales, convenios, foros, acuerdos, pláticas, firma de agendas animalistas y un sinfín de fotos y documentos que hablaban de una lucha sin resultados.
Unas semanas después, gracias a nuestro juicio constitucional, se suspendió la primera corrida de toros en la historia de Puebla, dentro de la Feria de la Manzana en Zacatlán.
Luego vino la suspensión en el municipio de San Martín Texmelucan, donde los organizadores mudaron su plaza de toros portátil al vecino estado de Tlaxcala, célebre por su tradición taurina, y donde pudieron llevar a cabo el evento taurino con el cobijo del gobierno municipal.
Después llegó la suspensión en Teziutlán, el municipio más taurino de Puebla, incluso por encima de la capital, y donde se cuenta con la primera plaza de toros techada de América Latina, la plaza de toros “El Pinal”. Aquí el debate llegó al Tribunal Colegiado, quien por unanimidad determinó suspender el evento taurino.
También se logró suspender la corrida de toros en el municipio de Ixtacamaxtitlán, quienes festejan en octubre al santo patrono Francisco de Asís, quien en vida defendía a los animales, pero a quien paradójicamente festejan con una corrida de toros. En este municipio cerraron la presidencia municipal por una semana para no recibir la notificación de la suspensión, por ello la corrida pudo llevarse a cabo.
Así las cosas y mientras los litigios seguían su curso, la suspensión del amparo tramitado en la Ciudad de México llegaba a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 6 de diciembre, fecha fatídica para los animalistas, la Corte resolvió revocar la suspensión y así se pudo abrir nuevamente la plaza de toros más grande del mundo.
Pero no todo estaba dicho, pues lo que la Suprema Corte resolvió fue una medida cautelar, no el fondo del asunto, por lo que aún hacia falta una sentencia de fondo. La batalla en la Corte trabó la lucha antitaurina en la Ciudad de México, por lo que la atención se concentró en Puebla, donde un amparo ya se encontraba en sentencia desde el mes de septiembre de 2023.
Y fue justo el 27 de febrero de 2024, cuando la Juez Cuarta de Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativa y del Trabajo y de Juicios Federales, concedió el primer amparo contra las corridas de toros y declaró inconstitucional el artículo 19 de la Ley de Bienestar Animal para el Estado de Puebla, el cual permite la fiesta brava en el Estado.
Esta sentencia nos hace reflexionar que el juicio de amparo es importante porque protege la Constitución, y de que la Constitución es importante porque limita el poder y reconoce los derechos humanos, como el medio ambiente sano en sus vertientes de bienestar animal y de cultura de paz entre las especies.
Nos muestra que los valores y principios constitucionales pueden transformar la realidad, pero para que esto ocurra, debemos transitar de una Constitución de papel a una de carne y hueso, es decir, pasar de las palabras que nombran derechos a los hechos que los reconocen.
Porque los derechos son conquistas históricas, decisiones que las diferentes generaciones sostenemos como fundamentales, ficciones creadas para proteger la dignidad humana y el valor inherente de la naturaleza. Sin embargo, no nacimos con ellos, pues no han existido siempre, ya que son resultado del paso del tiempo, de luchas y de acuerdos; tienen edad, como decía Norberto Bobbio.
Esta sentencia en favor del derecho humano al medio ambiente sano, representa un importante paso para el Estado Mexicano, ya que aborda de manera directa el Derecho al Futuro, que implica hacer acciones en favor de las próximas generaciones; así como la inconstitucionalidad de las corridas de toros por representar violencia, maltrato, sufrimiento y muerte sin que exista alguna causa que lo justifique; y de cómo la libertad humana no puede estar por encima del bienestar animal.
Este amparo representa un acto de protesta social, una muestra de la inconformidad de las personas frente al poder público, frente a la simulación gubernamental.
La sentencia es un homenaje al constitucionalismo transformador, una muestra del tránsito de los derechos hablados a los derechos vividos. Es un homenaje a los activistas que han luchado en México y en América Latina a favor del bienestar animal; pero sobre todo es un homenaje a los animales por el valor que tienen en sí mismos.