Empieza el año y, mientras trazo la ruta editorial 2024 en un cuaderno de piel que encontré en una librería de viejo sobre Donceles, recuerdo los versos de Sandra Lorenzano: “Detendría la luz./Si pudiera./Detendría la luz en ese instante en que el sol dora apenas las copas de los árboles./¿Entiendes lo que digo?/Poco después del amanecer, detendría la luz./Saldría, entonces, a la calle/a celebrar para siempre el nacimiento del día” (Círculo de Poesía, 2023, p. 40). El cambio de año, ¿puede asemejarse al amanecer? Revivir con tinta una libreta, sí; pero, ¿puede, acaso, la transición de un mes a otro, traer novedades, frenar inercias, ser la luz que quisiéramos detener?
Cambiar la cifra, reiniciar el conteo, esperar los ritos una vez más, sin duda, es siempre un buen pretexto para acercarnos críticamente al pasado reciente y, a partir de ello, pensar constructivamente el futuro. Este proceso trasciende al paso del tiempo y genera, por sí, una transformación que parece, en principio, un poco difusa: pensar el futuro como algo nuevo —distinto al esperado—, plantear cambios en nuestras prácticas, trazar nuevas rutas de acción, comer doce uvas y escribir una lista de propósitos para el año nuevo, son las condiciones necesarias para que haya un nuevo amanecer.
Es ahí, en ese ejercicio, donde empieza nuestro 2024: en el replanteamiento crítico de esta publicación. Más allá de la divulgación jurídica, ¿cuál es la función social de una revista como ésta?, ¿puede un medio de esta naturaleza incidir en su entorno?, ¿a qué mecanismos debe apelar en dado caso? En el contexto de una democracia inacabada, de una comunidad dividida y sin cultura política democrática ni de justicia, de un Estado que tiene que consolidarse como social y de derecho, y en el que las instituciones tienen que trascender a la política, un medio que divulga temas jurídicos desempeña un papel de suma importancia: es una garantía para la libertad de expresión y para el acceso a la información; sirve como medio para promocionar los derechos de las personas; contribuye en la construcción de la memoria; incita la participación en el debate informado, fundado, crítico, reflexivo y propositivo; promueve los valores y las prácticas democráticas y, por ende, la democracia, y fortalece la cultura de la justicia.
La reflexión detonada por la renovación del calendario generó un nuevo amanecer en abogacía, por lo que iniciamos este año con alianzas estratégicas con instituciones del sector público y del sector privado que nos permitirán, con una perspectiva humanista y de derechos, alcanzar a más personas en diversas geografías, por diversos medios y con nuevas estrategias tendientes a incitar la cohesión de la comunidad, fortalecer la participación en el diálogo y acceder a una mayor cantidad de textos de frontera e información sobre los temas más relevantes del mundo jurídico hoy. De igual forma, robustecimos nuestros vínculos con la comunidad de la abogacía mexicana para generar espacios prácticos para la cotidianeidad de la ciudadanía.
Para celebrar este amanecer, nuestra primera edición de 2024 es una invitación a pensar en este año a partir de los retos que tendremos que afrontar: desde los tribunales de cuentas y el uso de la inteligencia artificial en el proceso electoral, hasta el problema de la alimentación en los centros penitenciarios y los desafíos del Estado moderno para garantizar el bien común. Nos acompaña en la portada la doctora Socorro Flores Liera, jueza de la Corte Penal Internacional, a quien agradecemos que se haya sumado a nuestras páginas.
Si pudiera, aquí detendría la luz. ¡Feliz (y pacífico) 2024!