Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo

Desde 2002 se conmemora cada 10 de noviembre el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, tras el compromiso firmado en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia que se celebró en Budapest en 1999, en el que se pretende incluir a la vida científica como una herramienta poderosa para la construcción de la paz internacional, mediante la adopción, la inclusión y la implementación de las nuevas tecnologías con el fin de alcanzar un futuro sostenible aplicando la ciencia a favor de las sociedades. Empero, ¿realmente existe una voluntad política de la comunidad internacional para afrontar los desafíos sociales, económicos y ambientales para lograr una transición a economías verdes, como lo dicta el compromiso adquirido por varios países en la Agenda 2030? ¿Cómo impulsar la paz en medio de diversas crisis humanitarias y conflictos regionales que implican un retroceso en los derechos humanos y ante un evidente cambio climático?

En julio de 2021 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó el informe “La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente” en el que expresa su preocupación por la falta de colaboración entre las partes en la distribución y la difusión de información sobre avances y progresos científico-tecnológicos, pues esos descubrimientos pueden ser un parteaguas en la toma de decisiones gubernamentales en beneficio de millones de personas con el propósito de que éstas puedan regir su destino. Sin embargo, los Estados prefieren reservarse ese derecho. Por lo anterior, ¿cómo combatir la desigualdad social, si la dificultad de crear mejoras al sistema actual surge de la desconfianza que existe entre los países, por lo cual eluden una estrategia transversal? Ante el recelo, ¿se puede ganar la batalla?

Al mundo le restan siete años para tomar acciones a largo plazo y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¡El uso positivo y responsable de la ciencia debe ocurrir ahora! La ciencia debe dotar al presente y a las futuras generaciones de esperanza con la implementación de la inteligencia artificial y robótica en la industria médica, en la agricultura y en la optimización de procesos en la manufactura y en la logística. O bien ayudar a contrarrestar las acciones que se contraponen al derecho internacional; por ejemplo, el uso desmedido de la fuerza en las guerras, que menoscaba el desarrollo de sociedades inteligentes, digitales, ecológicas y humanas; así como dotar de seguridad alimentaria a millones de habitantes del planeta

El multilateralismo está en riesgo desde hace varios años por la falta de voluntades en el conjunto internacional. La ausencia de un liderazgo global impide el debido cumplimiento de acuerdos para generar un cambio global. ¡El tiempo para tomar acciones es ahora, porque, si seguimos aplazando las soluciones de los grandes problemas del mundo, la desgracia nos alcanzará a todos por igual! Es imprescindible que los gobiernos involucren activamente a sus ciudadanos para salvaguardar el ecosistema. Recrear una vinculación entre la humanidad y la naturaleza es una forma tangible de evitar el colapso mundial y alcanzar la tan deseada prosperidad universal. En la agenda internacional 2024, la tecnología de la paz debe formar parte de los principios básicos para implementar el saber científico.

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