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El boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno

Los Juegos Olímpicos de Invierno, en su edición XXIV, se están llevando a cabo en Beijing, China, del 4 al 20 de febrero de 2022, pese a ciertas limitaciones por causa de la pandemia de Covid-19, como la asistencia de pocos espectadores a los eventos —sólo de la China occidental—. Sin embargo, más allá de la justa deportiva, la autora nos invita a voltear la mirada a los grandes problemas políticos y en materia de derechos humanos que involucran al gigante asiático.


Los Juegos Olímpicos enaltecen y dignifican al ser humano porque el deporte es la antesala del desarrollo armónico del ser humano en la sociedad. Durante la gesta olímpica, los valores universales rinden frutos pues conjuntan la benevolencia y el respeto entre los pueblos, que nos dan la esperanza de lograr la tan deseada paz mundial.

Sin embargo, la situación que se vive en China se contrapone a los ideales olímpicos por los múltiples problemas internos que vive el país y que deberían estar en el debate internacional: la represión contra los musulmanes uigures y contra los manifestantes de Hong Kong por la Ley de Extradición; la desestimación de las políticas hacia el Tíbet y Taiwán, y la disputa por el control del Mar de la China Meridional con Taiwán, Brunéi, Vietnam, Malasia y las Filipinas, por mencionar algunos.

Represión contra los musulmanes uigures

Acontece en la región autónoma Uigur de Xinjiang, al noroeste de China, que colinda con Rusia, Mongolia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Pakistán, Afganistán y el Tíbet.

La problemática inició en 2014 pero se agravó en 2017. Desde entonces, se calcula que un millón de personas han sido detenidas de manera ilegal por la sospecha de que formaban parte de un movimiento separatista promovido por el grupo terrorista Al Qaeda y trasladados a “centros educativos y de formación profesional” —como los llama el gobierno local—, cuya finalidad es promover el adoctrinamiento de la cultura china con propaganda política sobre el actual presidente Xi Jinping.

En estos campos, hombres, mujeres e incluso niños de 14 años de edad son sometidos a humillaciones y violaciones masivas en público por parte de policías y han sufrido todo tipo de tortura física y mental. Según Qelbinur Sedik, superviviente y profesora del idioma chino en los centros educativos, se implementan cuatro tipos de tortura física por medio de descargas eléctricas: “la silla, el guante, el casco y la violación anal con un palo”.

Del mismo modo, el gobierno ha implementado una estrategia masiva para reducir los niveles de natalidad en la comunidad: separar a hombres y mujeres en edad fértil. Por un lado, las mujeres son controladas con métodos anticonceptivos para inhibir un embarazo a costa de su decisión. Mientras tanto, los hombres son mantenidos en internamientos. Así se logra que la tasa de natalidad sea casi nula. Los niños privados de sus padres son enviados a orfanatos donde son criados con base en la cultura y la historia china, aunado a que el ímpetu gubernamental propugna por erradicar la identidad, la cultura y la vida doméstica, lo que altera la historia y la arquitectura y destruye los sitios sagrados.

Miles de personas han desaparecido, otras han muerto y algunos cientos han recuperado su libertad y dado testimonio del genocidio, exiliados en otros países y luchando día a día por hacer justicia a su pueblo y detener la barbarie que se ha perpetrado en contra de una minoría a la que el mundo le ha dado la espalda.

Manifestaciones en Hong Kong

En 2019 las tensiones entre Hong Kong y China se incrementaron como consecuencia de la Ley de Extradición impuesta por el gobierno de Xi Jinping, la cual va en contra de la libertad de expresión y de la política democrática y capitalista. El enojo de la población se debió a la vulneración del Estatuto de Ley Básica de Hong Kong, pactado en 1997, con fecha de vencimiento en 2047, que cuenta con tres principios fundamentales:

1. “Un país, dos sistemas”, política impuesta por el gobierno de China a Hong Kong, a finales del siglo XX, que se funda en el principio de lograr la reunificación de China, también impuesta en Taiwán.

2. Libertades civiles de los ciudadanos de Hong Kong.

3. Autonomía.

Por eso los ciudadanos convocaron a manifestaciones masivas para reclamar las libertades logradas por el gobierno local, así como por miedo a recaer en una represión ideológica bajo el Partido Comunista, lo que produciría como consecuencia una nulidad independentista.

El 30 de junio de 2020 la Asamblea Popular Nacional de China avaló por unanimidad la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, según la cual cualquier persona, sin importar su nacionalidad, puede ser acusada de cargos contra la seguridad nacional, contraponiendo estatutos y pactos internacionales, con lo que se vulneran los derechos humanos por la ambigüedad de los mismos, al reprimir a los medios de comunicación y a la sociedad civil y al recurrir al uso excesivo de la fuerza policial con operaciones de vigilancia secreta sin control judicial.

Un ejemplo de lo anterior es el bloqueo de la red social Twitter en China, donde el Partido Comunista se ha propuesto limitar la libertad de prensa o de protesta para tener mayor oportunidad y espacio de promover su propaganda política.

En abril de 2021, 10 activistas —entre ellos varios ex legisladores— fueron encarcelados, sentenciados y enjuiciados a pasar hasta 18 meses en prisión por haber ejercido pacíficamente su derecho a la libertad de expresión y de reunión.

Políticas hacia el Tíbet y Taiwán 

La política contra el separatismo en el Tíbet viene desde 1950, cuando la Revolución Cultural de Mao Zedong incurrió en abusos, en destrucción de monasterios y en la firma de un acuerdo forzado por parte del actual Dalai Lama. Hasta la fecha, el gobierno comunista no respeta la libre autodeterminación de su pueblo. Por su parte, el Dalai Lama aboga por encontrar puntos de acuerdos entre el Tíbet y el gobierno chino para lograr una sana convivencia y obtener al menos una autonomía sustancial respetando la diversidad cultural.

“El Acuerdo de los 17 puntos —Tratado de Liberación Pacífica del Tíbet— es inválido porque fue forzado sobre un gobierno desamparado que no quería firmarlo”.

Tenzin Gyatso, Dalai Lama


Mientras tanto, el conflicto con Taiwán data de la China Imperial, cuando aquél fue cedido a Japón tras perder la primera guerra sinojaponesa en 1895. Después de la Segunda Guerra Mundial, la isla de Formosa volvió a formar parte de China. No obstante, en 1949, con el fin de la segunda guerra civil, China quedó dividida entre nacionalistas y comunistas. Los nacionalistas migraron a Taiwán y lograron establecer la República de China en Taipéi, capital de Taiwán, razón por la cual Taiwán fue reconocido como representante de China y ocupó un lugar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta 1971. Lo anterior, gracias al apoyo de Estados Unidos por dos razones: su ubicación geográfica y su oposición al sistema comunista.

Taiwán ha aspirado a “una sola China” con el establecimiento de una democratización de las instituciones. El poderío chino ha propiciado que en los últimos años muchos países aspiren a mantener relaciones diplomáticas con la República Popular China, quebrantando el reconocimiento internacional hacia la isla y propiciando que hoy en día sea vista como una provincia rebelde.

Mar Meridional

China reclama soberanía en el también llamado Mar del Sur de China por su gran diversidad de materias primas, petróleo y gas, aunado a la importancia del transporte marítimo y de las rutas comerciales que tienen un alto impacto económico en la región. Para eso China ha construido islas artificiales para sus navíos, con lo cual ha logrado un control casi absoluto de ese espacio, vulnerando la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar por quitarle soberanía y quebrantar la zona económica exclusiva y generar una disputa multilateral con graves repercusiones mundiales.

Conclusión

Los acontecimientos antes mencionados dan fundamento a un boicot a las próximas Olimpiadas, porque testifican la vulnerabilidad de los derechos humanos en el país anfitrión. China no sólo transgrede los Estatutos de Viena, el derecho internacional humanitario o el Convenio para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1948. También menoscaba los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas y, en específico, la Resolución 96 de 1946, la cual declara que el genocidio es un delito de derecho internacional, pues fragmenta los derechos de un Estado multiétnico, atentando contra la paz, la convencia de los pueblos y la vida misma, al reprimir en múltiples ocasiones a los ciudadanos que aspiran a ejercer sus derechos fundamentales.

El 18 de octubre de 2021 fue encendida la llama olímpica en Grecia, previamente a los Juegos Olímpicos de Invierno. Ahí fueron detenidos varios activistas por denunciar el genocidio demográfico ejercido por el gobierno hacia las minorías, pues legitimó los abusos al premiarlo con un evento internacional contrario al espíritu olímpico. Derivado de lo anterior, el posicionamiento del Comité Olímpico Internacional se basa en no emitir ningún tipo de declaración porque “los Juegos Modernos deben ser respetados como terreno políticamente neutral”, segúnel presidente del COI, Thomas Bach.

No obstante, todo ha cambiado desde la desaparición de la tenista Peng Shuai a principios de noviembre, tras denunciar a Zhang Gaoli, un antiguo miembro del Comité Permanente del Partido Comunista, por agresión sexual, en la red Weibo. Medios locales con audiencias extranjeras han difundido en Twitter algunas fotografías de la deportista en buen estado de salud en un intento de disipar la preocupación y el interés por la tenista. Por su parte, la Asociación de Tenis Femenino, tenistas reconocidos como Roger Federer, Novak Djokovic y Serena Williams, la oficina de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han exigido al gobierno chino pruebas verificables sobre el paradero de Peng, pues objetan la legitimidad y la veracidad de sus fotografías, ya que el perfil de la tenista en esa red ha sido borrado.

Ante el nulo interés de la sociedad internacional por salvaguardar los derechos humanos de las minorías, activistas internacionales han denominado a estos Juegos Olímpicos como los “Juegos de Genocidio”, pues la opresión y el abuso de poder constituyen el día a día de millones de personas. ¿Ése debe ser el proceder de uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? ¿Qué otro hecho debe manifestarse para que los medios internacionales le den cobertura al extremismo gubernamental sobre el pueblo? ¿Será que el liderazgo de China está en riesgo y ese país quiere despojar a otras naciones de los recursos naturales del Mar Meridional?

En estos días los ojos del mundo estarán sobre China. La prensa internacional decidirá y juzgará si será por las Olimpiadas o por las atrocidades cometidas por el gobierno chino.

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Bibliografía:
• Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (2021), “Hong Kong: encarcelar a figuras de la oposición por protestas viola el derecho internacional”. Disponible en https://www.amnesty.org/es/latest/news/2021/04/hong-kong-jailing-of-opposition-figures-over-protests-is-violation-of-international-law-2/.
• ——— (s. f.), “El crimen de genocidio”. Disponible en https://www.refworld.org/docid/3b00f09753.html.
• Amnistía Internacional (2020), “La ley de seguridad nacional de Hong Kong”. Disponible en https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/07/hong-kong-national-security-law-10-things-you-need-to-know/.
• Hill, Matthew et al. (2021), “Their Goal is to Destroy Everyone”. Disponible en https://www.bbc.com/news/world-asia-china-55794071.
• Kreß, Claus (2006), “The Crime of Genocide under International Law”. Disponible en https://www.legal-tools.org/doc/8799cd/pdf/.
• López, María Victoria (2009), “El estatuto jurídico-político de Hong Kong en la República Popular de China”. Disponible en https://revistas.um.es/analesderecho/article/view/118071/111611.
• New Lines Institute (2021), “The Uyghur Genocide: An Examination of China’s Breaches of the 1948 Genocide Convention”. Disponible en https://newlinesinstitute.org/wp-content/uploads/Chinas-Breaches-of-the-GC3-2.pdf.
• Wright, Rebecca et al. (2021), “Chinese Detective in Exile Reveals Extent of Torture Against Uyghurs”. Disponible en https://edition.cnn.com/2021/10/04/china/xinjiang-detective-torture-intl-hnk-dst/index.html?fbclid=IwAR27_Fo8UhpEC_YLrOSGtZNvNafAocDzn5_TjrKMyaGJWfH9Kf0mMwfUyd0.

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