Emilio González de Castilla: Educación para el ejercicio del Derecho

Recién iniciado su encargo como rector de la Escuela Libre de Derecho, una de las instituciones de más prestigio en la formación de abogados en México, el maestro Emilio González de Castilla del Valle nos comparte los planes y los retos a los que se enfrentará, así como su visión sobre el Derecho, la educación jurídica y el papel de los abogados en la construcción de un Estado Democrático de Derecho.


Emilio González de Castilla del Valle es abogado por la Escuela Libre de Derecho, donde recientemente acaba de ser designado rector y en la que además imparte la materia de Obligaciones desde hace décadas. Posee un posgrado por la Universidad de Harvard y se ha desempeñado como abogado postulante en el área de litigio privado en el despacho González de Castilla & Ávila Abogados, donde ha impulsado y ejercido los métodos alternativos de solución de controversias, especialmente en el área de arbitraje comercial, nacional e internacional. Asimismo, es integrante de la Comisión de Arbitraje de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México.


Planes para la Rectoría

Emilio González de Castilla – En lo personal, debo señalar que es una gran satisfacción, pero también una gran responsabilidad, el hecho de que, después de 41 años de impartir cátedra en mi alma mater, mis compañeros profesores me hayan elegido y apoyado para alcanzar la Rectoría de la Escuela Libre de Derecho (ELD).

He seguido siempre la tradición de la escuela, donde sus profesores han sabido combinar exitosamente la doble función de dar clase y dedicarse al ejercicio profesional del Derecho; es una manera acertada de compaginar la praxis con la teoría. Lo sé por esa experiencia personal que he vivido a lo largo de mi vida profesional y académica. Afortunadamente, una de las características principales de la comunidad de profesores de la ELD es que hemos podido concretar y hacer efectiva esa combinación, obteniendo buenos resultados, consistentes en la calidad de nuestros egresados, reconocimiento que la sociedad nos ha otorgado a lo largo de la historia de la institución.

Hay muchos retos que afrontar en la nueva Rectoría, por supuesto. Pero, en esencia, lo más importante es que debemos continuar con nuestro propósito de brindar una educación de excelencia, así como fomentar la formación integral de los futuros abogados. Me refiero no solamente al conocimiento de la técnica jurídica sino también al desarrollo de otros elementos que lo complementan a uno como ser humano, como el ejercicio ético de la profesión. No basta tener conocimientos jurídicos, sino que hay que ponerlos en práctica de manera ética. Esto viene a completar la visión de la enseñanza técnica y por eso continuaremos esforzándonos para ofrecer esa educación integral, con una visión humanista, incluso en la vida personal y en las actividades que nos complementan, como el deporte, la correcta alimentación, las distracciones.

Ese es el reto de las universidades y, por supuesto, de la ELD hoy en día. Eso es precisamente lo que yo deseo aportar en la Rectoría, pues mi intención es que la Libre siga esa senda de formación integral, global, completa, ética y técnica para que nuestras abogadas y nuestros abogados se proyecten como seres humanos que ejercen una profesión digna con seriedad y que trasciendan en el país y en la lucha por el Estado de Derecho al que aspiramos.

Panorama sobre la educación jurídica en México

Emilio González de Castilla – Acaba de publicarse un informe que elaboró un organismo internacional según el cual en los últimos tres o cuatro años ha bajado nuestra calificación en cuanto a la independencia de la educación que afecta su calidad. Esto es preocupante porque la interferencia de factores ajenos a la educación, como pueden ser las orientaciones ideológicas y la carencia de recursos, entre otros, reduce su capacidad formadora, y eso es algo muy serio y preocupante. El esfuerzo que debemos hacer en la ELD consiste en revertir esa tendencia y, como ha sido nuestra nota distintiva durante más de un siglo, luchar por la independencia de la educación, con libertad de cátedra, de manera apolítica y arreligiosa. No podemos hacer caso omiso de la realidad ni de esta calificación que ha ido perdiéndose de manera progresiva.

La Escuela Libre de Derecho ante ese panorama

Emilio González de Castilla – Precisamente la trayectoria de la eld nos ha señalado el camino. Somos una institución sui generis, por nuestro origen, por la forma en que nos desempeñamos durante 110 años, y que con éxitos y fracasos hemos forjado indeleblemente la certeza de que nuestro compromiso es con la excelencia, porque siempre hemos educado a las distintas generaciones con esos altos criterios de conocimiento y responsabilidad. Y el tiempo actual no será la excepción: estamos conscientes de la nueva sociedad, de los nuevos retos y de las nuevas amenazas; por supuesto, redoblaremos nuestros esfuerzos para seguir enseñando el Derecho y educando a las nuevas abogadas y abogados de manera integral, para que estén en aptitud de participar en su actividad profesional con el objetivo de detener y revertir el deterioro y construir un efectivo Estado de Derecho, lo que incluye una justicia distributiva.

Este es el reto trascendental que enfrenta cualquier institución educativa y ese es el compromiso de la ELD. Siempre he dicho que el abogado es el eslabón entre el marco jurídico y la sociedad. Si se rompe ese eslabón no tendríamos un Estado de Derecho fuerte. Por eso, para mí está claro que lo que debemos hacer es formar profesionales que sean un eslabón sólido entre el marco jurídico y la sociedad.

La falta de calidad y el funcionamiento deficiente del sistema de justicia orillan a las personas a hacerse justicia por propia mano. Y ese es el deterioro más grave que podemos enfrentar como sociedad.

Emilio González de Castilla

La Escuela Libre de Derecho frente a la realidad social de la formación de sus estudiantes

Emilio González de Castilla – Éste es un tema muy importante. Por eso, lo primero que enseñamos a la juventud estudiosa en nuestras aulas es la diferencia que existe entre la ley y el Derecho. No toda ley es justa. Cuando hay una ley injusta existen métodos para combatirla. Debemos estar conscientes de que en ocasiones se emiten leyes que no necesariamente son un fiel reflejo del Derecho, sino que tienden a proteger intereses particulares, políticos, económicos o de cualquier otra naturaleza. Es un deber de los abogados, y también de los estudiantes, tener claridad de lo que es el Derecho, porque desde ahí podremos oponernos y atacar las leyes ilegales e ilegítimas. Ese es el compromiso: fortalecer los esfuerzos para que, andando el tiempo, logremos vivir en un mejor estadio como país.

Por ejemplo, en relación con lo que está sucediendo sobre la reforma electoral y el Instituto Nacional Electoral, que es el árbitro de las elecciones, forjado después de décadas de esfuerzos para lograr su autonomía y garantizar una estructura que tiende a defender la democracia, lo que debemos hacer es evaluar si la reforma es una ley que puede terminar siendo injusta. Si se logra llevar a cabo este análisis, en este o en cualquier otro tema jurídico que aqueje a la sociedad, los nuevos abogados que participen en el terreno práctico estarán luchando para que vivamos en un Estado de Derecho real y auténtico.

En la ELD no somos activistas políticos ni podemos serlo; somos, como lo mencioné antes, independientes del poder público y ajenos a cualquier fin político y a cualquier credo religioso, pero eso no impide que alumnos y maestros nos enfoquemos en el análisis técnico jurídico de los diversos temas de vanguardia y que se emitan opiniones de los participantes en el foro de debates; que se organicen foros en los que se ventilen ideas y en los que finalmente se llegue a conclusiones con el ánimo de que en México se disfrute un Estado que brinde seguridad, salud, educación y oportunidades de desarrollo personal.

Retos en el seno de la Escuela Libre de Derecho

Emilio González de Castilla – Estamos viviendo un cambio social, a nivel mundial, de referentes, de valores y de estructuras. Hay una lucha legítima de muchos sectores sociales que han sido discriminados, de grupos que rompen con conceptos tradicionales y jurídicos, como el matrimonio, el aborto, las drogas. Esto se puede ver claramente en todas las universidades del país. A estos cambios sociales y culturales hay que darles cauce. Tenemos que recoger las exigencias, entenderlas y canalizarlas pues el esquema prohibicionista ha fracasado.

En la ELD lo hemos hecho: se escucha, se atiende y se plantean nuevas estructuras y nuevos lineamientos. Tenemos, por ejemplo, contamos con una Unidad de Atención a Quejas, para que sean escuchadas formalmente las peticiones y las inquietudes estudiantiles, con la finalidad de atenderlas. Por supuesto, se trata de una unidad de quejas paralela al aspecto penal o civil que pueda derivar de los casos concretos; es decir, actuamos en un ámbito interno y ético.

Debemos escuchar lo que la sociedad está exigiendo, lo que los estudiantes requieren. Cuando hay reclamos legítimos se deben atender. La ELD está inmersa en este proceso de cambio. La nueva junta directiva y yo, como rector, orientaremos los esfuerzos para atender adecuadamente esos reclamos legítimos.

La Escuela Libre de Derecho ante el panorama político actual

Emilio González de Castilla – Ya lo comentábamos antes. Frente al panorama político actual, como una primera respuesta, lo que hacemos es un análisis técnico. Organizamos foros en los que se emiten opiniones, por ejemplo. En un segundo momento, ante un determinado contexto político, podríamos recurrir a las instancias judiciales para presentar opciones a la sociedad en favor del Derecho y de la justicia, aunque para conseguir esto último hay que someter la propuesta a nuestra máxima autoridad, esto es, la Junta General de Profesores, para que, con pleno conocimiento de causa y en el marco de sus estatutos, determine si podemos emprender o no un acto que trascienda al ámbito académico. Esto no se haría como activismo político, sino como enseñanza y promoción del Estado de Derecho.

El Derecho en México

Emilio González de Castilla – Como un contraste, al Derecho lo entendemos como lo contrario y opuesto a una ley que puede ser injusta; pero de nada sirve este entendimiento si no comprendemos que hay un órgano encargado de aplicar la norma cuando se transgrede. El Estado de Derecho depende de la fortaleza que tengan los mecanismos de impartición de justicia para hacer valer las normas jurídicas.

Lo que yo veo en México es que se agrava una situación que ya venía evolucionando y que, con motivo de la pandemia, después de dos años en los que las actividades jurisdiccionales estuvieron literalmente paralizadas, nos encontramos con una acumulación de cientos de miles de asuntos que se les presentaron, en un breve periodo, a los órganos de impartición de justicia, que vivieron la emergencia sanitaria limitados en estructura y tiempo —porque únicamente permitían ingresar a un reducido porcentaje de funcionarios, empleados y postulantes—. Los órganos jurisdiccionales han hecho esfuerzos sobrehumanos para sacar el cúmulo de trabajo adelante y resolver los muchos pendientes que tienen, pero la estructura de nuestro procedimiento, la carencia de desarrollo tecnológico, la limitación de personal y un gran tsunami de asuntos, impiden que se tenga capacidad de respuesta.

El resultado final es que no contamos con un sistema que haga valer la norma jurídica. Ese es un problema gravísimo que está enfrentando todo el mundo, pero en particular nuestro país. Lo que debemos hacer los profesionistas del Derecho, las universidades y el gobierno es reflexionar acerca de cómo podemos mejorar ese sistema, para que nos permita, de manera razonablemente rápida, ofrecer una solución a ese rezago pasado y a esa incapacidad actual.

El Estado de Derecho depende de la fortaleza que tengan los mecanismos de impartición de justicia para hacer valer las normas.

Emilio González de Castilla

Lo terrible es que la falta de calidad y el funcionamiento deficiente del sistema de justicia orillan a las personas a hacerse justicia por propia mano. Y ese es el deterioro más grave que podemos enfrentar como sociedad. Ante este escenario, nos corresponde hacer un gran esfuerzo por desarrollar un sistema que otorgue y garantice la seguridad jurídica, única vía para asegurar un verdadero Estado de Derecho. Eso implica inversiones, tecnología y mejora de procedimientos, así como prescindir de los expedientes físicos, entre otras cosas. Es el reto que tenemos como país.

Llamado para un 2023 esperanzador

Emilio González de Castilla – Hago un llamado al abogado postulante para que no olvide que es el eslabón entre la sociedad y el marco jurídico y que tenga presente que, en la medida en que desempeñe su labor con una visión integral y ética, va a fortalecer ese Estado de Derecho de manera significativa. En esa medida se logrará también una justicia distributiva.

A las nuevas generaciones de estudiantes, que por su juventud tienen una visión particular de la vida y que estuvieron dos años estudiando a distancia, acostumbradas a la tecnología que aparentemente soluciona muchos problemas, las convoco a recuperar la capacidad de concentración, de estudio, de esfuerzo y de lectura. Éste es el gran desafío al que se enfrentan las instituciones de enseñanza después de la pandemia por Covid-19, desafío que la ELD está afrontando para continuar con la educación de calidad para formar las abogadas y los abogados que el país necesita y reclama con urgencia.

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