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En búsqueda de la equidad de género en el deporte profesional mexicano

En búsqueda de la equidad de género en el deporte profesional mexicano

Santiago Barroso Torres analiza la intención de distintos órganos de gobierno de igualar las condiciones salariales entre hombres y mujeres en el deporte profesional en México, con base en la iniciativa con proyecto de decreto aprobada en el Senado de la República por las comisiones del Trabajo y Previsión Social, para la Igualdad de Género, y de Estudios Legislativos Segunda, el pasado 15 de noviembre de 2023, la cual propone reformar y adicionar diversas disposiciones a la Ley Federal del Trabajo, a la Ley General de Cultura Física y Deporte y a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en Materia de Paridad y Equidad en el Deporte.


A manera de contexto, conviene comenzar el presente artículo atendiendo a los orígenes del deporte femenino en nuestro país, así como a su evolución a lo largo de los años, con el objetivo de comprender cuál es su situación actual y qué se pretende modificar con la iniciativa con proyecto de decreto (iniciativa).1

Como es sabido, las comunidades prehispánicas de México eran grandes entusiastas de la actividad física, al grado de que le atribuían un sentido religioso y cosmogónico. Originalmente, en esas actividades las mujeres participaban de manera activa junto con los hombres, y algunas de ellas eran practicadas única y exclusivamente por las mujeres, sin que existiera juicio o prejuicio acerca de esa situación.2

No obstante, después de la conquista de América la gran mayoría de los deportes autóctonos y tradicionales dejó de practicarse para dar cabida a las nuevas creencias y a las novedosas prácticas impuestas por los conquistadores. Poco a poco las mujeres fueron forzadas a asumir determinados roles de género que no les permitieron seguir desenvolviéndose en la práctica del deporte.

En la Edad Media surgieron nuevos conceptos como el amor, la caballerosidad y la osadía para los hombres, lo cual propició que la mujer pasara de asumir un rol protagonista a convertirse en un objeto de conquista de los hombres, lo que las obligaría a adoptar un papel de personas delicadas, pasivasy sumisas.

No fue sino hasta el siglo XIX cuando la participación de la mujer en el deporte comenzó a tener mayor relevancia, aun cuando prevalecía una serie de prejuicios y mitos alrededor de dicha participación. 

Lo anterior generó que en la segunda década del siglo XX el Estado creara iniciativas y políticas a favor de la mujer en el deporte y en la educación física. La transformación comenzó en 1917 con una campaña deportiva asociada a la educación militar, y en 1923, con la creación de la Escuela de Educación Física y la Dirección General de Educación Física, dependientes de la Secretaría Educación Pública (SEP).

No obstante, a pesar de que en 1923 nació el Comité Olímpico Mexicano, y de que en 1924 México acudió por primera vez a los Juegos Olímpicos, eso no permitió que las mujeres mexicanas tuvieran presencia en aquella justa deportiva. 

No fue sino hasta los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Ángeles cuando las primeras mexicanas compitieron,3 y sólo fue hasta la justa en México, en 1968, cuando una mujer ganó una medalla olímpica.4

En ese sentido, y pese a todo, las deportistas profesionales mexicanas se han superado considerablemente en los últimos años y han mejorado de manera significativa en competencias internacionales. En los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, el 20 por ciento de la delegación mexicana eran mujeres; en Sidney, en el año 2000, representaban 34.6 por ciento, y en Atenas, en 2004, el 45.6 por ciento. Estas dos últimas cifras son significativas, ya que en Sidney la única medalla de oro la consiguió una mujer, Soraya Jiménez, la primera deportista nacional en obtener ese triunfo y la primera en subirse al podio después de 32 años, desde México 1968. En Atenas, Ana Gabriela Guevara, Belem Guerrero e Iridia Salazar hicieron historia en sus respectivas disciplinas, por ser las primeras en su género en obtener una medalla.5

En los últimos años se han creado diferentes organismos que tienen el objetivo de integrar a la mujer en el deporte. Sin embargo, en la actualidad todavía queda mucho trabajo por hacer en este terreno; muestra de lo cual son los datos y las métricas de la iniciativa de ley en torno del deporte femenino profesional en México:

i) Según el Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), 40 por ciento de la población mayor de 18 años reconoció ser activa físicamente; sin embargo, 47 por ciento de los hombres se consideraron activos, mientras que 33 por ciento de las mujeres aseguraron que realizaban alguna actividad física.

ii) En la liga mexicana de futbol profesional, un jugador profesional percibe mensualmente cerca de 600,000 pesos, mientras que una jugadora gana aproximadamente 2,000 pesos al mes, lo que denota una brecha salarial de más de 200 veces entre ambos géneros.

iii) En las 50 asociaciones (federaciones) que integran el Comité Olímpico Mexicano solamente siete mujeres ocupan cargos directivos.

iv) Según el Instituto Nacional de las Mujeres, en 2016 se denunciaron alrededor de 30,000 casos de presuntos delitos sexuales en el deporte de alto rendimiento en México.

v) De acuerdo con el proyecto Somos, durante 2022, de las más de 9,500 notas deportivas publicadas en diferentes medios escritos únicamente 7 por ciento fueron dedicadas a las mujeres. 

Por lo anterior, la iniciativa considera que actualmente existe la necesidad de dotar de mayores instrumentos jurídicos, acciones afirmativas y políticas de paridad, al marco normativo del deporte profesional en México.

Ahora bien, entre los principales cambios que propone la iniciativa se encuentran, de manera enunciativa, los siguientes:

i) Regular las relaciones laborales entre las personas deportistas profesionales y sus patrones, incorporando el principio de paridad de género en todo lo relacionado con: a) la igualdad de acceso a la práctica deportiva; b) la paridad en los puestos de carácter técnico y directivo; c) el combate a la violencia de género, y d) la equidad salarial en los equipos nacionales, de las ramas varonil y femenil, a través del establecimiento de un salario base equivalente.

ii) Establecer que las federaciones, las entidades y las asociaciones reconocidas por la Ley General de Cultura Física y Deporte equilibren la presencia de hombres y mujeres en sus órganos directivos.

iii) Exigir la coordinación entre la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y los organismos y las instituciones públicas y privadas que integran el Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte para garantizar y mejorar las condiciones laborales de las personas deportistas. 

iv) Incluir el componente deportivo en la política nacional en materia de igualdad entre mujeres y hombres. 

v) Fomentar, en la política en materia de igualdad de género, un componente de equidad salarial en el deporte.

vi) Establecer que los empleadores de deportistas proporcionen seguridad social a las deportistas profesionales, incluidas las aportaciones al Fondo Nacional de la Vivienda.

Las reacciones a esta iniciativa no se han hecho esperar.

En primera instancia, antes de la aprobación de la iniciativa, la Liga MX Femenil, a través de su presidenta, remitió una carta al Senado de la República señalando que su propuesta no resultaba viable para el futuro de la liga, pues acabaría con el sueño de jugar futbol de millones de mujeres en México. Lo anterior, ya que la iniciativa implicaba serios riesgos tanto para la viabilidad financiera de la Liga MX Femenil, que podría ver comprometida su continuidad, como para la posibilidad de albergar el Mundial de Futbol de 2026 en México.

Posteriormente, una vez conocida la aprobación de la iniciativa, la Federación Mexicana de Fútbol Asociación, junto con la Liga MX y la Liga MX Femenil, mediante comunicado oficial, solicitaron al Senado de la República ser incluidos en el debate público y ser escuchados —junto a otras federaciones deportivas—, a efecto de poder diseñar en conjunto una ruta de acciones congruente que permitan la viabilidad de la equidad salarial para las mujeres atletas y para el deporte nacional. Lo anterior propició que el 21 de noviembre de 2023 los representantes de las ligas femeniles profesionales más relevantes —la Liga MX Femenil y la recién creada Liga Mexicana de Softbol, entre otras— acudieran para discutir la iniciativa y expusieran sus dudas y sus inquietudes sobre la iniciativa presentada por los legisladores.

Por otro lado, diversas figuras públicas y distintos dirigentes deportivos, principalmente del futbol mexicano,6 ratificaron lo que había manifestado la Liga MX Femenil, en el sentido de que un aumento salarial para que las mujeres ganen lo mismo que los hombres podría llevar a la Liga MX Femenil a desaparecer.

Finalmente, el gremio de las deportistas señaló que, en caso de que la Liga MX Femenil desapareciera, no sería por la iniciativa, sino por la falta de voluntad de los actores del deporte para acatarla.

En conclusión, si bien es cierto que la incitativa fue aceptada por las comisiones del Senado de la República el 15 de noviembre de 2023, a efecto de establecer un salario base con el objetivo de promover la paridad salarial y la no discriminación de las mujeres, en la reunión del 21 de noviembre de ese mismo año se acordó organizar mesas de trabajo para buscar acuerdos en beneficio de las deportistas profesionales, no obstante que el camino para lograr esas reformas a los cuerpos normativos está lejos de concretarse. Lo anterior, ya que ahora es el turno de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos la encargada de establecer dicho salario mínimo y mejorar los ingresos y las prestaciones de las mujeres que se dedican al deporte en nuestro país.

Lo anterior, mediante la creación de una comisión integrada por representantes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte, que fije el referido salario base en un plazo que no debe exceder 180 días a partir de la publicación de la iniciativa. Todo lo anterior, en el entendido de que esa iniciativa apenas fue aprobada en comisiones del Senado de la República y falta que se vote en el pleno de ese órgano legislativo y se turne a la Cámara de Diputados.

Notas:
  1. Al respecto, conviene mencionar que, conforme a lo dispuesto en el artículo 84 de la Ley General de Cultura Física y Deporte, “se entiende por deporte profesional aquél en el que el deportista se sujeta a una relación de trabajo, obteniendo una remuneración económica por su práctica”.[]
  2. Algunos ejemplos de lo anterior son la Carrera de Arihueta y el Juego de la Mancuerna (Nakiburi).[]
  3. Ellas fueron la lanzadora de jabalina María Uribe Jasso y la esgrimista Eugenia Escudero.[]
  4. Ella fue la esgrimista María del Pilar Roldán, quien obtuvo la medalla de plata en la disciplina de florete.[]
  5. Patricia Espinosa Torres y Nelson Vargas Basáñez, Mujer y deporte: una visión de género, Instituto Nacional de las Mujeres, México, p. 29.[]
  6. El futbol entendido como el deporte más popular de México.[]
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