Las tecnologías financieras (fintech) han encontrado un buen piso en el territorio nacional, donde la legislación le ha posibilitado seguridad y crecimiento, colocando a México como uno de los países líderes de la región en la materia. Alejandro Ávila Valladares nos comparte sus comentarios.
Las empresas Fintech, así como el ordenamiento que las rige: Ley para regular las Instituciones de Tecnología Financiera, mejor conocida como “Ley Fintech”, son temas en boga; es así, pues la mayoría de nosotros tenemos aplicaciones descargadas en nuestros smartphones relacionadas con este tipo de servicios.
Descomponiendo la palabra “Fintech”, desprendemos que se trata de la unión de dos vocablos del idioma inglés: finance y technology. Dicho esto, podríamos definir este término como el sector en el cual las empresas emplean tecnología para automatizar los servicios financieros, haciéndolos más eficientes y sencillos.
Ahora bien, hasta antes de marzo de 2018, no existía en México una regulación específica sobre este sector. Posteriormente, en la citada fecha, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la “Ley Fintech”, estableciendo un marco legal que dota de seguridad jurídica a esta industria.
Se trata de una ley cuyo objeto es regular los servicios financieros que prestan las instituciones de tecnología financiera (ITF), cuyo cumplimiento es supervisado por la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) y el Banco de México (BANXICO).
Regula varios temas relacionados con las Fintech, como lo son: a) las instituciones de financiamiento colectivo (crowdfundings), cuya función consiste en poner en contacto por medios digitales a inversionistas con solicitantes de recursos a efecto de realizar operaciones de deuda, capital o copropiedad; b) instituciones de fondos de pago electrónico (wallets), que sirven para utilizar dinero digital, usualmente por medio de aplicaciones; c) criptomonedas o activos virtuales; d) modelos novedosos (regulatory sandbox), es decir, esquemas que implican el uso de medios tecnológicos innovadores, distintos a los establecidos en ley, en los que se autoriza una excepción temporal a la aplicación del marco legal; y e) interfaces de programación de aplicaciones (API), que permiten la comunicación e interacción entre diversos tipos de aplicaciones o softwares.
Dicho lo anterior, cabe señalar que la reglamentación del sector Fintech en nuestro país, ha detonado en un crecimiento para el mismo, pues plasma las “reglas del juego”, incrementando la confianza del usuario en estas tecnologías. Además, una de las razones por las que México se considera como una “mina de oro” para el mercado de las ITF es que en nuestro país predomina aún el uso de dinero en efectivo, aunado a que el porcentaje de población bancarizada es bajo (alrededor del 49% de la población adulta, según datos del INEGI); por lo cual es factible que el sector no bancarizado opte por incursionarse en servicios Fintech.
Debido a estas condiciones favorables, México es actualmente el segundo lugar en América Latina, con mayor volumen de operaciones en este mercado, solamente por debajo de Brasil. Para el futuro, el mercado Fintech mexicano sigue siendo prometedor, pues la CNBV estrenó el 2023 publicando los oficios de autorización de Monific (institución de financiamiento colectivo) y Mozper (institución de fondos de pago electrónico), para operar como ITF en términos de la “Ley Fintech”.
