En su texto “¿De quién son los ‘derechos del hombre’?” (Letras Libres, 2013) —inscrito en un espacio de autocrítica liberal—, Estefania Vela Barba recuerda a John Stuart Mill: “Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano” y se encuentra ante una realidad que lo desborda, una realidad en la que las vidas de hombres y mujeres están restringidas por normas (jurídicas y sociales) infundadas, y en la que los derechos del hombre son, efectivamente, de éste y no de la mujer. “Buena parte de las normas jurídicas que sostenían el trato diferenciado han sido derogadas en las últimas décadas. Sin embargo, los estudios empíricos muestran que muchas de las relaciones que normaban prácticamente están intactas. Las mujeres pueden ya ser votadas, pero son pocas las que ocupan cargos de elección popular. Las mujeres pueden ya ser servidoras públicas, pero son pocas las que se encuentran en los altos mandos de poder…” (Vela Barba, p. 34).
Las voces y las plumas que se han sumado al diálogo en esta edición de abogacía® nos remiten al cuestionamiento de Estefanía Vela: ¿de quién son los “derechos del hombre”? A 10 años de su publicación, las respuestas no difieren. Los derechos que están consagrados en las declaraciones, tratados y ordenamientos jurídicos no han sido normados en la cotidianidad de las relaciones: violencia misógina, feminicidios, desigualdad económica y laboral (entre otras) constituyen elementos que marcan una clarísima diferencia de derechos y libertades entre la una y el otro, contrariando la afirmación de Stuart Mill. ¿Dónde están?, se cuestiona María Solange Estrada ante la falta de representación de las mujeres en los espacios de toma de decisión. María Fernanda Gómez presenta la violencia vicaria como la expresión más cruel contra el género. Karina Carbajal Muñoz y María José Hernández Vargas hablan sobre el feminicidio en México. Mariana Yamile Cruz analiza la reparación al proyecto de vida a la luz del discurso de género. Alma Beltrán y Puga analiza críticamente el trabajo de cuidado de las mujeres y el impacto que tiene en la economía nacional. Para cambiar el presente y moldear un futuro diferente, Alejandra Garnica y Rafael Quintana Miranda se han asomado a la historia para rescatar historias inspiradoras de mujeres que han cambiado su statu quo para modificar las prácticas sociales y culturales normadas por el entorno patriarcal.
Las protagonistas de esta edición especial, que nos acompañan con una potente voz, son: Margarita Luna Ramos, ministra en retiro y miembro del consejo editorial de esta publicación, quien nos comparte los avances que hubo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de género en su búsqueda por una igualdad sustancial; María Solange Maqueo, directora de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, experta en protección de datos personales, y Gabriela de la Mora, vocal de la junta directiva de la Escuela Libre de Derecho y miembro de la Unidad de Atención de Quejas por Posibles Conductas contra la Dignidad de las Personas, Discriminación del Alumnado y Violencia hacia las Mujeres.
En el primer número de su tercer año, abogacía®, “La voz y la pluma de los juristas” lanza esta edición especial para seguir fomentando la crítica y la reflexión en un esfuerzo por construir un Estado de Derecho en el que los derechos sean de todas las personas, más allá de cualquier identidad (sin dejar de tomar en consideración el impacto diferenciado que éstas tienen en la vida de las personas y los posibles obstáculos que eso representa en la consolidación de una igualdad sustancial).
Aprovechamos la coyuntura para platicar también con Víctor Oléa Peláez, nuevo presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, quien rindió protesta el 23 de febrero pasado y a quien deseamos mucho éxito en su gestión, y con Víctor E. Corzo, el primer candidato mexicano a ocupar la secretaría general de la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado.
Sean bienvenidos a este nuevo año que empieza y del que queremos que sigan formando parte. Súmense a la discusión, a la crítica y a la reflexión a la que las autoras nos invitan con sus potentes plumas.
