Uno de los autores más polémicos de nuestro tiempo es Michel Houellebecq —cuyo nombre real es Michel Tomas—, tanto por las temáticas que aborda como por su narrativa directa, que muchas veces raya en lo insensible y lo cruel. Retomando las ideas que el novelista presenta en su obra Sumisión, el autor de este texto aprovecha el contexto electoral que vivimos en México para advertir el peligro que entrañan, en la política, las posiciones extremistas.
Plataforma, Las partículas elementales y La posibilidad de una isla son algunas de las obras emblemáticas de Houellebecq, en las cuales narra —a grandes rasgos— la vida de sujetos de mediana edad, solitarios, con una vida sexual frustrada y a los cuales les espera un desenlace trágico. En Sumisión recoge estos elementos —cliché de autor, podríamos decir— pero involucra uno que lo hace un libro diferente a los otros: la democracia.
La obra se sitúa en un futuro ya no tan lejano —año 2022— en el que Houellebecq nos presenta una Francia en el marco de un proceso electoral. Hasta aquí, nada nuevo —más de lo mismo—, pero pronto el autor añade un tema que resulta atrayente: las intenciones de voto son lideradas por el candidato de un partido islamista llamado Mohammed Ben Abbes. Su contrincante es la conservadora Marie Le Pen del Frente Nacional, hoy Agrupación Nacional. El desenlace: la victoria de Ben Abbes.
Es importante destacar que a partir de esta victoria electoral, Francia comienza a vivir un proceso de cambio radical que abarca los campos de la política, lo social y, por supuesto, lo jurídico. Observamos que figuras jurídicas “tradicionalmente occidentales” comienzan a desaparecer para dar paso a otras; por ejemplo, el matrimonio monogámico deja de ser la regla para convertirse en la excepción. Incluso se habla de la pérdida de la calidad de ciudadanía de los que no son musulmanes, los cuales pasan a ser dhimmis, es decir, ciudadanos de segunda clase.
No obstante lo anterior, el asunto más importante que deseo destacar de esta obra es la clara oposición entre dos proyectos de democracia que implican el partido islamista —denominado Hermandad Musulmana— y el nacionalista Frente Nacional, que en buena medida recoge la visión de las posiciones democráticas que encontramos hoy en día en Europa y Estados Unidos, principalmente.
A partir del desarrollo de esta idea, Houellebecq lanza una crítica a las posiciones conservadoras, pero atizando estereotipos y temores que tienen ciertos países con respecto a la población migrante, la cual, en algún momento, podrá ser mayoría y “transformar” los principios que sustentan a aquellos países y que implican un riesgo para determinados grupos.
Hace apenas medio año nuestra mirada se fijaba en las elecciones de Estados Unidos, donde el republicano Donald Trump, férreo opositor de la migración, perdía una batalla en las urnas frente a Joe Biden, quien proponía reformas y políticas migratorias más amables. La polarización fue evidente y tuvo consecuencias que se extendieron hasta enero con la toma del Capitolio. Al final no pasó nada, pero todo cambió en el país de las barras y las estrellas.
Las posiciones extremistas son peligrosas, pero en política pueden ser aniquiladoras. Houellebecq reflexiona sobre este tópico y nos muestra que la indiferencia respecto de los asuntos políticos puede tener un gran costo, lo cual se refleja en los últimos dos párrafos del libro que me permito transcribir:
“Un poco como le había ocurrido unos años antes a mi padre, se me ofrecía una nueva oportunidad; y sería la oportunidad de una segunda vida, sin mucha relación con la precedente.
”No extrañaría nada”.
La visión de Houellebecq, que en ocasiones roza lo políticamente incorrecto, merece ser analizada, porque refleja, en buena medida, fenómenos que se presentan en la vida política, aunque pocas personas se atrevan a evidenciarlos públicamente.
A manera de colofón quiero mencionar que Sumisión está acompañada por una historia terrible que, posiblemente, impactó en la obra literaria: en el contexto de su publicación se suscitaron los violentos hechos del ataque terrorista a la publicación Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015 y que son retratados por Philippe Lançon en su obra El colgajo. Pero esa es otra historia.