El Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México inició sus funciones el 17 de julio de 1971 (como Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal), con el objetivo de resolver las controversias entre las personas físicas y morales con las autoridades de la capital del país. Al cumplirse 50 años de su creación, el magistrado presidente de esta institución aborda diversos temas que van desde la dinámica que se ha implementado para seguir operando en tiempos de pandemia hasta el impacto que, en lo personal, ha tenido su formación y su historia familiar en las labores que hoy ejerce.
Antes de hablar del servidor público y del magistrado presidente del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, ¿quién es Jesús Anlén Alemán?
Jesús Anlén Alemán – Soy hijo de madre y padre abogados. Mi madre se dedicó al ámbito penal y mi padre al estudio de la teoría general del Estado y a cuestiones constitucionales.
Aunque podría decirse que llevo en la sangre la abogacía, en realidad yo quería estudiar ingeniería en sistemas o matemáticas aplicadas, debido a que cursé dos carreras técnicas: una como programador analista y otra como programador de computadoras. Realmente creo que esa tendencia casi natural fue la que me orilló a decidirme, de último momento, prácticamente al llegar a la caja de la escuela para pagar el trámite de admisión, a optar por el derecho.
Su padre ha sido funcionario durante décadas y entiendo que hoy labora en el Tribunal Superior Agrario. Sin embargo, también tiene una destacada trayectoria como académico y ha sido profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México. ¿Qué experiencia tiene de él como mentor, tanto en lo relacionado con la función pública como en temas académicos?
Jesús Anlén Alemán – En efecto, mi padre, Jesús Anlén López, ha sido maestro de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México por más de 50 años. Su trayectoria profesional como funcionario público también es extensa y amplia; hoy día se desempeña como titular del órgano interno de control en el Tribunal Superior Agrario. Lo anterior, sin duda, ha proyectado en mí importantes aspectos, como el cariño a la academia y al estudio y, de manera relevante, el respeto a las instituciones. Estos valores y estos principios fundamentales de ética y compromiso, estoy seguro, me han convertido en un profesional serio y en una persona consciente de mi entorno.
¿Cuál fue la influencia materna en usted, en concreto de esa vocación por hacer justicia?
Jesús Anlén Alemán – Si de algo estoy seguro es de que mi madre, Regina Alemán Solís, es mi mejor ejemplo. Su impecable trayectoria en el área de procuración de justicia es muy destacable, ya que a lo largo de la misma fue ascendiendo diversos escalafones; inició su carrera profesional como oficial mecanógrafo, después como ministerio público; más adelante se desempeñó como directora de Amparos y también como directora del Instituto de Formación Profesional, entre otros cargos. Así, por ese apego que tiene por el derecho, ella fue un factor que impulsó mi pasión por el mundo jurídico, mostrándome, en particular, que sólo con esfuerzo y empeño se puede aspirar a crecer profesionalmente.
¿Cómo logró compaginar sus intereses por la programación y los sistemas con el derecho?
Jesús Anlén Alemán – Considero que mi formación y mi interés por los sistemas me han servido muchísimo. Y agradezco haber tenido esa formación. Me ha permitido desarrollarme e implementar diversas estrategias a lo largo de mi trayectoria profesional; ha sido un gran complemento en mi vida.
Por ejemplo, aquí en el tribunal, justamente en el contexto de la pandemia, hemos recurrido a los medios digitales para continuar con nuestras labores y seguir brindando servicios: creamos un chat, abrimos líneas telefónicas, usamos videoconferencias, entre otros, para seguir brindando atención directa.
También creamos un sistema de prerregistro en línea para la recepción de demandas y promociones de manera digital. Recibimos todos los escritos y todos los documentos en versión electrónica, de modo que al otorgar citas y recibir a la gente ya sólo es necesario firmar los documentos originales, pero los acuerdos, las sentencias, etcétera, ya están elaborados.
Igualmente, hemos implementado un sistema de guardia digital presencial. Al no poder recibir físicamente a la gente, utilizamos medios electrónicos para seguirla atendiendo de forma ininterrumpida.
En su trayectoria destaca su paso por la Procuraduría Fiscal capitalina. ¿Qué enseñanzas le dejó esa etapa?
Jesús Anlén Alemán – Fue una etapa decisiva en mi vida. Entrar al mundo del derecho fiscal representó un cambio de gran trascendencia. Llegué a la procuraduría en 1999, como secretario particular, luego fui subprocurador de Legislación y Consulta durante más de nueve años y con el cambio de gobierno pasé al área de fiscalización, como subtesorero de Fiscalización. Justo antes de este último cargo cursé una especialidad en impuestos, con la intención de tener una mejor preparación en la materia.
La gran enseñanza que recibí de esta etapa, para lo que fueron de gran ayuda esos estudios, fue poder hablar el mismo idioma de los contadores y los auditores que tenía a mi cargo —¡más de 5,000!—, ya que los abogados interpretamos las leyes fiscales de una manera distinta.
Por otro lado, como abogado fiscalista significó ocupar una posición privilegiada que me permitió hacer grandes cosas y emprender cambios. Hablábamos hace un momento de las creaciones informáticas. En la procuraduría implementamos el proyecto Cero Papel, con el cual echamos a andar un sistema informático completamente digital.
Realizamos muchas acciones que hoy siguen vigentes y puedo presumir que no tuvimos problemas en materia de constitucionalidad en relación con ningún impuesto, además de que dejamos funcionando eficientemente las arcas de la Ciudad de México.
Hablemos ahora del Tribunal de Justicia Administrativa. ¿Qué hace este órgano?
Jesús Anlén Alemán – Nuestro principal objetivo es dirimir controversias entre los ciudadanos y el gobierno de la Ciudad de México (incluidas las alcaldías). Somos un tribunal de legalidad: revisamos los actos que emiten todos los organismos de la administración pública local para determinar si los procedimientos administrativos en ejecución, los procedimientos de verificación, las clausuras, los permisos y otros actos, fueron emitidos conforme a derecho, si los apoyos que entrega la autoridad han sido bien otorgados, etcétera.
¿Qué grandes momentos destacan en los 50 años de actividades del tribunal?
Jesús Anlén Alemán – El Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal surgió mediante una ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de marzo de 1971 y comenzó sus funciones el 17 de julio de ese año. Fue el primero en su género a nivel de las entidades federativas, por lo que sirvió de base para legislar y crear tribunales en el resto de los estados del país.
Durante sus primeros años sólo tuvo competencia administrativa, pero a finales de 1979 se le otorgó la competencia para conocer de asuntos en materia fiscal local y progresivamente se han ido ampliando sus competencias.
En 1986 se modificó la integración del tribunal. Desde entonces cuenta con una Sala Superior y el juicio dejó de ser de una sola instancia cuando se instauró el recurso de revisión en contra de las resoluciones dictadas por las salas ordinarias.
En 2009 se conservó la competencia, pero se modificó su integración, con una Sala Superior y cinco salas ordinarias; se creó la junta de gobierno con el propósito de que se encargara de las cuestiones de orden administrativo, y se dotó al tribunal con una contraloría interna.
En 2017 el tribunal cambió su denominación a Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México. En consecuencia, se abrogó la Ley Orgánica del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal y se crearon dos leyes nuevas en su lugar: la Ley Orgánica del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México y la Ley de Justicia Administrativa de la Ciudad de México.
Se creó una sección especializada en materia de responsabilidades administrativas en el seno de la Sala Superior. Asimismo, las salas ordinarias se dividieron en cinco salas jurisdiccionales.
Para los juicios de importancia, se incorporó un capítulo relativo a la facultad de atracción del pleno jurisdiccional y de la sección especializada de la Sala Superior, la cual puede ejercerse a petición del consejero jurídico o del procurador fiscal de la Ciudad de México. En una apretada síntesis éstos son los hitos más relevantes que ha vivido nuestro tribunal.
¿No le parece que el tribunal es juez y parte? ¿Qué garantía tienen los ciudadanos de que las resoluciones que emite efectivamente velan por sus intereses y no por los del gobierno?
Jesús Anlén Alemán – Responderé esta pregunta citando las acciones concretas que estamos realizando en materia de transparencia. En el marco de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que señala que todas las sentencias que emitan los tribunales mexicanos, sin distinción de materia o de ámbito competencial, son públicas y deben ser puestas a disposición de cualquier persona interesada, nosotros ya estamos cumpliendo con esta disposición. Las más de 6,000 sentencias y resoluciones dictadas por este organismo durante la pandemia ya están disponibles en nuestro sistema electrónico; son versiones públicas que la ciudadanía puede revisar en cualquier momento. De modo que precisamente esa publicidad y esa transparencia de nuestras resoluciones es la mejor garantía que puede ofrecerse a la ciudadanía de la imparcialidad de este tribunal.
Con la reforma constitucional de 2015 que creó el Sistema Nacional Anticorrupción, y con la publicación en 2017 de la ley local de justicia administrativa y de la ley orgánica del propio tribunal, éste cambió de nombre. ¿Qué implicaciones tuvo el tránsito a Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México?
Jesús Anlén Alemán – En materia anticorrupción, seguimos revisandola ley en materia de responsabilidades y calificamos las faltas graves de los servidores públicos. La ley establece una prescripción de siete años, por lo que resguardaremos la información durante ese tiempo con el objetivo de determinar si un servidor público cometió alguna irregularidad. Pero ahora también calificamos las faltas de los particulares: empresas y personas físicas que cometan un acto de corrupción.
Durante su presidencia, ¿qué programas han sido prioritarios?
Jesús Anlén Alemán – Hemos mejorado el acercamiento a la ciudadanía con una plataforma de citas por internet, para facilitar el acceso ordenado a la oficialía de partes y a las áreas del tribunal. Las citas por vía electrónica permiten que cuando nuestros usuarios acuden, los expedientes estén preparados para que se pueda entregar la información que los ciudadanos y los abogados solicitan.
Implementamos un boletín electrónico en nuestra página de internet, donde puede revisarse el listado de todos los juicios. Tenemos un sistema de consulta de jurisprudencias más accesible para que los justiciables y los servidores públicos de este organismo puedan revisar todo lo referente a este tema.
Hemos desarrollado el expediente electrónico, que no es otra cosa sino tener digitalizados todos los documentos, desde el momento en que llega una demanda, de modo que las magistradas y los magistrados pueden realizar las consultas necesarias desde su computadora.
Finalmente, hemos trabajado de forma conjunta con la Tesorería de la Ciudad de México en el tema de las consignaciones, que hoy en día se pueden hacer en la página de esa institución y en nuestra página, e inclusive se pueden recibir a través de la firma electrónica certificada del Poder Judicial de la Federación.
¿Y cuáles son los temas pendientes?
Jesús Anlén Alemán – La justicia administrativa hoy tiene grandes retos: desde cuestiones tecnológicas, como el juicio en línea, hasta contar con una normatividad que nos facilite la operación. Sobre este último tema, me permito comentar que durante la pandemia no detuvimos nuestro trabajo; no obstante, al reincorporarnos a las oficinas nos encontramos con el problema de que había más de 2,000 notificaciones pendientes de asuntos resueltos durante la contingencia sanitaria. Como no tenemos una legislación que nos permita hacer notificaciones electrónicas —lo cual es uno de nuestros pendientes—, desarrollamos un sistema de búsqueda que permite identificar las resoluciones, generar una cita, ingresar al tribunal y, en cuestión de minutos, firmar la cédula de notificación. Son tres pasos muy sencillos que nos permitieron que en menos de un mes y medio subsanáramos nuestro rezago.
¿Ustedes ofrecen algún apoyo jurídico a sectores de la población vulnerables?
Jesús Anlén Alemán – Tenemos una Secretaría General de Atención Ciudadana que nos permite acercarnos a la ciudadanía, brindar apoyos jurídicos y atender a las personas que no tienen recursos. Nosotros promocionamos todo el juicio, desde su demanda hasta la apelación, y también los acompañamos en el proceso.
Cuando me incorporé al tribunal, descubrí que al llegar a la secretaría antes citada lo primero que la gente buscaba era demandar; sin embargo, hoy ofrecemos, en primer lugar, asesoría, para que el ciudadano no se paralice por falta de información o comunicación. Procuramos dar facilidades y mejorar la comunicación con la administración pública para solucionar los problemas en una instancia previa al juicio. Los resultados de la Secretaría General de Atención Ciudadana son muy buenos, por lo cual su labor nos permite establecer una relación muy cercana con la ciudadanía.
¿Cuáles son algunos de los asuntos más importantes que se están resolviendo en el tribunal?
Jesús Anlén Alemán – Todo asunto que llega al tribunal es importante, en virtud de que detrás de cada caso hay una persona que viene a reclamar, por ejemplo, que no tiene agua, lo que en ese momento es el asunto más importante de su vida.
Por otro lado, hay asuntos en los que hemos tenido que implementar los derechos humanos, juzgar con perspectiva de género, resolver cuestiones relacionadas con menores de edad… Todos son trascendentales, ya que afectan directamente la esfera jurídica de un ser humano.
Ha habido casos, por ejemplo, relacionados con el cambio de nombre, o con el cambio de sexo de un menor que lo solicita. Y cuando ya se ganó un juicio, a veces el Registro Civil les niega el cambio… Hasta los notarios nos consultan acerca de estos temas que se hallan en una frontera muy delgada entre el derecho civil y el derecho administrativo. Por eso reiteró que cualquier asunto es importante.
En una urbe tan grande como la Ciudad de México, ¿cuántos asuntos resuelve el Tribunal de Justicia Administrativa?
Jesús Anlén Alemán – Teníamos un promedio de 20,000 asuntos, pero esa cifra ha variado debido a la pandemia, ya que obviamente los actos disminuyeron al paralizarse la actividad de muchos sectores.
Señor presidente, después de todo lo que nos ha explicado, ¿hacia dónde debe transitar la justicia en materia administrativa en la Ciudad de México?
Jesús Anlén Alemán – Se ha avanzado mucho en la equidad de género y gracias a la intervención de la jefa de Gobierno, que propuso seis candidatas a ocupar el cargo de magistradas, hoy el tribunal tiene un mayor equilibrio.
También tenemos que seguir avanzando para garantizar la autonomía presupuestaria del tribunal.
Finalmente, como lo comentaba, necesitamos contar con la normativa que nos permita agilizar nuestras operaciones, por ejemplo, en el asunto de las notificaciones electrónicas.
Servicio de Auxilio Jurídico Gratuito
La Secretaría General de Atención Ciudadana brinda el Servicio de Auxilio Jurídico a las personas que consideran víctimas de actos de autoridad ordenados y/o ejecutados por la administración pública de la Ciudad de México.
En una primera etapa el auxilio jurídico constituye una opinión jurídica especializada que se brinda vía remota y/o presencial, misma que debe ser clara y debe abordar la naturaleza y las particularidades del asunto planteado y, en caso de resultar procedente, se turna para su atención en la etapa de defensa.
La segunda etapa comprende la elaboración de demanda y seguimiento de los juicios y los procedimientos hasta su total culminación, en las materias de competencia de este tribunal.
Instituto de Especialización en Justicia Administrativa
El Instituto de Especialización en Justicia Administrativa forma parte del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México. Su actividad fundamental consiste en diseñar e implementar acciones y políticas de capacitación y profesionalización para el personal de tribunal y para el público en general. Su actual directora es la ministra en retiro Margarita Beatriz Luna Ramos.
Entre otros programas, imparte los siguientes:
• Seminario de argumentación jurídica.
• Maestría en justicia administrativa.
• Maestría en sistema anticorrupción.
• Maestría en derechos humanos.
• Maestría en derecho de amparo.