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Katia Itzel García: arbitraje y justicias en el futbol

Katia Itzel García

Katia Itzel García | Foto: David F. Uriegas ©

Platicamos con Katia Itzel García, sobre su experiencia como árbitra de futbol, sobre los Juegos Olímpicos 2024, donde se ha convertido en la primera árbitra mexicana en dirigir un partido en ese evento, y sobre los vínculos entre la Ciencia Política y el Derecho con el futbol.


¿Cómo te iniciaste en el mundo del arbitraje?

Katia Itzel García – Empecé a jugar futbol desde los 11 años, en una escuela que se llamaba Andrea Soccer —antes había muy pocas escuelas de futbol femenil—. Estuve ahí tres años. Después ingresé a la Preparatoria 6 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde formé parte del representativo de la media superior.

Posteriormente ingresé a la UNAM, donde estudié la licenciatura en ciencias políticas y administración pública. Ahí también fui parte del representativo de la universidad. Ese bagaje me hizo enamorarme del futbol y decidir no dejarlo.

Cuando terminé la universidad, en 2015, no había futbol profesional en México, sino hasta 2017. Entonces me pregunté qué debía hacer para seguir en lo que a mí tanto me gusta: el futbol. Entonces investigué las posibilidades que tenía: una era ser entrenadora, pero eso no me permitía vivir el futbol como yo quería: en la cancha; otra era ser árbitra. La verdad nunca le había puesto atención a esa figura y aunque jugué muchos años, no había sido mi foco de atención hasta ese momento en el que quería descubrir cómo sería posible seguir con mi pasión. Me dio luz y esperanza para continuar. Investigué quiénes eran árbitras en México y descubrí una lista de varios nombres de quienes busqué información en las redes sociales. A algunas les pregunté cómo podía hacer para ingresar al arbitraje, pero sólo una me respondió: Verónica Brito. Ella me ayudó y me dio mucha información acerca de cómo ingresar a la Escuela Nacional de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol. Cuando entré allí tuve la oportunidad de entrevistarme con Verónica, quien me ayudó muchísimo para escalar. Mi paso por esta escuela duró un año, durante el cual tuve que presentar pruebas físicas para ingresar al ámbito profesional. Así fue como inició esta pasión por el arbitraje que, obviamente, viene acompañada por mi pasión por el futbol.

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She Believes Cup, torneos eliminatorios de la Concacaf, Copa Mundial Femenil India 2022 y Copa Mundial Femenil Australia-Nueva Zelanda 2023. Ahora estarás en los Juegos Olímpicos de París. Con todo ese bagaje, ¿cuál es tu expectativa?

Katia Itzel García – El arbitraje mexicano siempre ha sido punta de lanza en el mundo. Tenemos referentes muy importantes desde hace muchos años, árbitras y árbitros. Y para mí es un gran honor y un gran orgullo ser una de las que represente a México en esos Juegos Olímpicos. Sé que representar a nuestro país significa algo muy serio, pues el prestigio de quienes han estado ahí, tanto árbitras como árbitros, es gigante. Y estoy muy confiada de que yo y mi equipo —porque voy con dos compañeras, Sandra Ramírez y Karen Díaz, y un compañero en el VAR, Guillermo Pacheco—, vamos a representar a México con mucha dignidad en esos Juegos Olímpicos.

Estoy muy contenta. Tengo una gran ilusión en ese torneo, pues van a estar los mejores árbitros de todo el mundo. Es un torneo en el que, en particular en el futbol femenil, están los mejores equipos. Son muy pocos, que para llegar ahí tuvieron que eliminar a otros muchos. Es como llegar a un Mundial, pero en la fase de octavos de final o de cuartos de final. El nivel profesional es de primera. Nos estamos preparando muchísimo para llegar con todo.

¿Qué se siente portar el gafete de la FIFA como árbitra central?

Katia Itzel García – Es algo indescriptible. Cuando una ingresa, lo primero que se propone es ser internacional. Ahí yo puse la mira. Y cuando llegó la oportunidad, no lo creía. Me sentía muy orgullosa. Tener ese gafete representa mucha responsabilidad, pues no solamente se trata de portarlo, sino de reflexionar qué se hará con ese gafete. Fui una de las afortunadas que pudo tenerlo. Trabajé para eso, lo que ahora significa que tengo que trabajar el doble para portar con responsabilidad ese gafete, no sólo por mí, sino también por quienes me han apoyado y me han ayudado a crecer como árbitra.

He tratado de dar todo en cada momento de los entrenamientos. La preparación del árbitro es complicada; muchos ni se la imaginan. Tenemos que entrenar en cancha todos los días, física y técnicamente. Debemos aprender las reglas de juego, pero no sólo conocerlas porque un libro —a un abogado, para serlo, no le basta con saber la ley— se tiene que interpretar.  

Lo más complicado es interpretar la regla de juego y para eso tiene que haber una preparación. Hay que ver una gran cantidad de partidos. Como dije, es una preparación que muchas personas ni siquiera imaginan. Y, aunado a ello están la alimentación, el descanso, y el estudio de idiomas, porque al relacionarnos con compañeros y futbolistas de otras partes del mundo, una tiene que poder comunicarse. Es una preparación muy intensa. Y portar ese gafete es una responsabilidad que implica luchar por ser mejor cada día. Eso es lo más bonito de haber conseguido ese gafete.

Tú tienes formación en ciencias políticas y en administración pública y estás estudiando derecho. ¿Cómo concibes tu trabajo como árbitra desde esos espacios?

Katia Itzel García – Lo bonito del arbitraje es que permite que cualquier persona que quiera llegar a ese espacio lo pueda lograr. He visto muchas similitudes entre el derecho y la política con el arbitraje. En la política todo el tiempo se toman decisiones; en el arbitraje también: cada minuto, cada segundo analizamos muchos elementos, como el tipo de equipos que juegan y el lugar donde se llevan a cabo los partidos. Es una cuestión muy compleja a la que a veces no se le da su justa dimensión. Pero con la preparación adecuada una se da cuenta que es mejor un árbitro que conoce y estudia a sus equipos y que sabe qué el partido está en sus manos. Y esto es un poco lo que hace un abogado: tiene que estudiar los casos de ambas partes, saber con qué elementos cuenta y cómo va a utilizarlos en el caso concreto. Igual que el abogado, el árbitro debe conocer las reglas del juego e interpretarlas y tratar de hacer lo justo: aplicar esas leyes en beneficio del juego y del futbol.

Si lo analizamos con una analogía, tiene mucho que ver lo que yo hago con lo que yo estudié, porque tanto la política y el derecho como el deporte y el futbol están en todas las aristas de nuestra vida.

En esta revista siempre hemos explorado la diversidad de concepciones en torno de la justicia. ¿El arbitraje hace justicia?

Katia Itzel García – Es imposible separar el derecho y la justicia sin analizar lo que ocurre en la sociedad. Cada sociedad posee diferentes circunstancias; también el futbol. No es lo mismo el futbol femenino que el futbol masculino. Y no quiero decir que uno sea mejor que el otro; simplemente son diferentes; lo mismo pasa con los equipos: no es lo mismo el equipo A que el equipo B. Se tiene que analizar todo el contexto.

En este sentido, yo pienso que se hacen múltiples justicias. Las reglas del juego son totalmente interpretables y eso permite que el árbitro pueda usar el conocimiento que va desarrollando a través de su experiencia para aplicar un concepto en un determinado momento, y otro en el partido siguiente. La interpretación cambia de acuerdo con los contextos, con los equipos y con los momentos del partido. No es lo mismo aplicar la regla de juego 12, una zancadilla, en el área penal que en medio campo a los 90 minutos de juego. La aplicación de la justicia en el terreno de juego es temporal.

La verdad es que esta reflexión no la hago muy a menudo, porque podría caer en la monotonía, pero ya que analizo la situación desde una perspectiva más filosófica sobre la justicia en el campo, es súper interesante.

Tú fuiste la primera mujer en 20 años en arbitrar un juego entre Pachuca y Querétaro. Mujeres y arbitraje ¿Te gustaría compartir alguna reflexión sobre este tema?

Katia Itzel García – La verdad ese fue un momento de mi vida lleno de muchas emociones. Después de 20 años, como bien lo dices, no había habido una silbante mujer. La primera que logró arbitrar un partido de primera división fue Vicky Tovar ya hace 20 años. Con su ejemplo, hizo posible que muchas de nosotras pudiéramos soñar con ocupar el lugar que ella ocupó. 

No sólo ella sido árbitra. Ha habido otras figuras como Quetzalli Alvarado y Lucila Venegas, una gran amiga mía que hizo muchísimo representando al arbitraje mexicano en la FIFA, en torneos internacionales, en mundiales, en Juegos Olímpicos.

Es triste cuando una voltea atrás y ve que ellas también tenían ese sueño y no lograron conquistarlo por circunstancias específicas. Cuando yo lo logré, inmediatamente después de mí, a la semana siguiente, otra compañera logró el debut, y pudimos tener otro partido más. Esto da cuenta de que el mundo está cambiando, no sólo en México: el mundo tiene una dinámica muy diferente que es esperanzadora. Entre más se abre el mundo, entre más multicultural y multifacético es hay mayores oportunidades no sólo para nosotras, sino para muchos, en muchos terrenos, no sólo del futbol, no sólo del deporte, sino de las ciencias, de las artes, de la cultura. Eso es muy importante. Si en un terreno vamos ganando, podemos contagiar a todos los demás.

Estoy entusiasmada y esperanzada de que en el futuro no sólo se hable de que en 20 años no había habido una mujer en este terreno, sino de que en los años subsecuentes las mujeres sigan demostrando que no es un tema de género, sino de capacidad, lo cual debe destacarse, y que no importa si se es mujer o si se es hombre, sino que el arbitraje se hace por gusto, por perseguir un sueño, y que si se trabaja y se tienen las cualidades para hacerlo, que haya oportunidades para desempeñarse y lograr cumplir ese sueño.

¿A dónde quieres llegar como árbitra?

Katia Itzel García – Cuando yo inicié mi carrera me hicieron esa pregunta: quería ir a un Mundial, a los Juegos Olímpicos, al máximo circuito de México. Llevo pocos años, una corta carrera hasta ahora, pero lo he logrado. De repente volteo y me pregunto: ¿qué más quiero si ya he logrado lo que tanto deseaba? Yo estoy muy agradecida y contenta con lo que tengo, pero lo bonito del arbitraje es que siempre nos lleva a desear superarnos más y más; una encuentra un reto y va por él y por los que le siguen. 

En este momento, mi primer foco son los Juegos Olímpicos. Quiero representar de la mejor forma a México en ese gran evento. Después veré la forma de seguir consolidándome como árbitra en México, no sólo en la liga femenina sino también ganando espacio en la liga varonil; no sólo para mí sino para que las que vienen detrás de mí también encuentren abierto ese espacio.

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