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Luis Raúl González: ¡Cómo no te voy a querer!

Platicamos con Luis Raúl González, presidente del Club Universidad Nacional, acerca de Pumas, derechos humanos y haber crecido con el futbol.


¿Quién es Luis Raúl González y quién es en relación con Pumas? 

Luis Raúl González – Un ser humano con ideales y aspiraciones que en la vida siempre se ha trazado retos y metas. Hoy me considero un profesional en el sentido de que he desarrollado mi carrera profesional en el derecho, vinculado a tareas de la profesión —que es polifacética—, a tareas de administración, a tareas de activismo humanitario, a tareas que tienen siempre en el eje de la atención a la persona. Creo que todas las actividades en las que me he desempeñado me caracterizan de esa manera: como una persona preocupada por los problemas de su país y de sus instituciones educativas, como la Universidad Nacional Autónoma de México, que es un emblema, y, desde luego, por todo lo que tenga que ver con los derechos humanos y con el desarrollo y bienestar de las personas.

¿Cómo llegó un defensor de derechos humanos al cargo al que usted ocupa en la actualidad?

Luis Raúl González – Quien se haga cargo de la magnífica representación del club Pumas, cuya esencia está en la juventud, en potenciar el deporte para los mexicanos, sobre todo para los jóvenes, en una institución emblemática como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), debe ser un universitario.

Yo diría que quien está al frente de ese club es un universitario cuya formación inició cuando incursionó en el bachillerato y después tuvo la oportunidad, en la Facultad de Derecho, de ser becario de la institución y mantuvo siempre una gran cercanía con el equipo. Además, también tuvo la suerte de desempeñar varias tareas en el seno de la UNAM.

Asimismo, tuvo la fortuna de ser tomado en cuenta por el rector de la UNAM. Su servidor es, más allá de una persona fiel a su profesión, un universitario que ha crecido en esta institución educativa y en su equipo de futbol. En 1988 me desempeñé como secretario general administrativo de la Universidad e integrante de la junta directiva del Club Pumas. Entonces, el presidente del equipo era Gilberto Borja. Claro, como cualquier institución, la UNAM es dinámica y va evolucionando; hoy tiene retos importantes, como proyectar el futbol mexicano y ser un buen ejemplo para las juventudes.

Me llama mucho la atención su trayectoria profesional como abogado, particularmente ahora que llega al equipo de futbol. ¿Cómo va a ayudar su trayectoria profesional con visión humanística al desarrollo de Pumas? 

Luis Raúl González – El deporte es, en sí mismo, una actividad humanística que busca explorar y potenciar el desarrollo de las personas. Los efectos que tiene potenciar el futbol repercuten en el derecho a la recreación familiar. En este sentido, el espectáculo del futbol se convierte en espacio de convivencia y en parte del tejido social que necesita estar fortalecido. El deporte es un derecho humano, como lo establece el artículo cuarto constitucional.

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¿Cuál ha sido su experiencia en este cargo?

Luis Raúl González – ¿Por qué, de repente, un abogado con una trayectoria como la mía se involucra en el mundo del futbol? Si se analiza mi trayectoria profesional, de casi 45 años de servicio público, la mayoría de mis esfuerzos los he consagrado a la UNAM, donde la identidad como universitario se produce por medio de ciertos símbolos —el escudo, el emblema que caracteriza al Club Pumas, la garra felina, la consigna “Cómo no te voy a querer”—. En la Universidad tengo una larga trayectoria de servicio que no se reduce a aspectos meramente técnicos, sino que implica una profunda interacción con la sociedad en general; la profesión del jurista es polifacética.

Mi experiencia profesional comenzó como administrador (de los recursos humanos, de los equipos varonil y femenil, de las subramas del deporte), pues parte de la profesión del abogado es su capacidad de incursionar en distintas tareas multidisciplinares. Dígame dónde no hay reglas, las cuales generan precisamente personas conocedoras del derecho. 

¿Cuáles son los retos para Pumas en 2024? 

Luis Raúl González – El primer reto es fortalecer su carácter competitivo. El segundo, en el deporte competitivo, es escalar posiciones y ganar competencias sanas que demuestren que la vía del deporte tiene sus efectos y sus logros, y dar satisfacción a una afición que apoya al equipo, pues tiene la “pasión puma”. Lo que buscamos para 2024 es tener dos magníficos torneos, primero el de clausura y después el de apertura, en los que logremos nuestros objetivos. Es muy importante, por un lado, ser competitivos y responder a la afición, a los seguidores del Club Pumas, a sus expectativas, y, por otro lado, hacer que este club sea un ejemplo de lo que debe ser el deporte y, particularmente, el futbol en México.

¿Qué importancia tiene que la UNAM siga propiciando la participación deportiva en el entorno nacional?

Luis Raúl González – La UNAM tiene fines bien conocidos: docencia, investigación y extensión cultural. La formación de sus estudiantes es integral. La expresión cultural también es la expresión deportiva. El Club Pumas tiene el prestigio y la responsabilidad de representar a la UNAM: una institución de valores. El club busca, a través del futbol, que la formación de los jóvenes, y de las personas en general, sirva para fortalecer esos valores, que tanta falta hacen en el país. 

Anécdotas de futbol…

Luis Raúl González – El mote que me puso mi suegra, la mamá de quien era mi novia entonces, era vago greñudo. “¿Cómo vas a andar con ese vago greñudo?”, le decía a su hija. Yo ocupaba la vagancia para jugar futbol a todas horas en la calle, en todos los pueblos de Texcoco. Conozco todos los pueblos de ese municipio. Mi pasión siempre ha sido el futbol, que me ayudó a alejarme de los amigos que tomaron caminos equivocados, embarcados en las adicciones o reunidos en las esquinas para “chelear”. 

Mi hermano estuvo en el Club Atlante, en reservas. Le pagaban por jugar en los pueblos, y si anotaba un gol, le pagaban más. Yo no era tan bueno como él, pero no me le despegaba y entonces, por verme siempre a su lado, me metían a jugar. En esa época la Preparatoria 2 no tenía espacios deportivos suficientes. Por eso fui un año a natación hasta Ciudad Universitaria. Los dos años siguiente jugué futbol en la Ciudad Deportiva; pudimos haber sido campeones, pero no fuimos porque fallamos un penalti. Cuando inicié la licenciatura tuve una beca. ¡Vaya que hizo la diferencia tener algo en el estómago y poder estudiar en lugar de estar pensando qué iba a comer! Caminaba kilómetro y medio, imagínense, de la unidad del issste a la carretera; luego tomaba un camión y después otro, el de estudiantes. En principio no acepté la beca. Jorge Carpizo McGregor me preguntó la razón de uqe la hubiera rechazado. Le comenté que había ido a informarme cómo sería el examen para presentarlo y que el dinero no me alcanzaba porque tenía aportar económicamente a mi casa tras el fallecimiento de mi padre.

Entonces me pagaron el doble de beca. Iba con los becarios de once de la mañana a tres de la tarde. Las islas las conozco como la palma de mi mano. Ahí noviava y jugaba futbol. Según yo era el mejor dominador de pelota. Llegué a hacer 240 “dominadas” sin que se me cayera el balón; luego uno de mis amigos me superó. El puma Claudio Suárez era mi vecino; más chico que yo, vivía en la esquina. Sus hermanos jugaban mejor que él. Nada más que no tuvieron la oportunidad que tuvo Claudio. El Polonchas, que jugaba con mis hermanos, era un crack. Pero no tuvo la oportunidad de demostrarlo. Suárez sí la tuvo y la aprovechó. Por eso acá damos prioridad a las visorías, las cuales tienen el objetivo de descubrir buenos jugadores.

¿Qué significa el futbol para usted?

Luis Raúl González – Es parte de mi vida. El futbol fortaleció mis nociones sobre el futuro y me motivó a ser alguien profesionalmente. Yo me la pasaba en el deporte. Me metí a escondidas a la Universidad de Chapingo para usar sus campos. El deporte propició que no me distrajera en las carencias que padecí. Una ocasión, ante 4,000 chavos de primera generación y sus papás, en la explanada de la Facultad de Derecho, les dije que los temas importantes de la vida eran la felicidad y la superación de problemas. Mientras las personas se empeñen, lo peor que les puede pasar es que no alcancen su objetivo; pero nunca les va a permitir arrepentirse, por no haberlo intentado.

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