abogacía ® es un medio comprometido con la consolidación de un espacio democrático para la difusión y la divulgación de ideas y opiniones. ¡Suscríbete!

Más allá de las fronteras: salud y seguridad en la era de la migración en México

La migración en México es un fenómeno multifacético que refleja desafíos y oportunidades significativas. A lo largo de la historia, diversos factores han motivado a las personas a moverse dentro y a través del país, buscando mejores condiciones de vida o escapando de situaciones adversas. Actualmente, el nuestro no sólo es un país de origen para muchos migrantes, sino también uno de tránsito y destino para otros, especialmente de Centroamérica. Este escenario requiere una mirada comprensiva y humanitaria que asegure el respeto y la dignidad de cada individuo en su jornada. Al respecto, escriben María Guadalupe Córdova Espinoza y Pedro Santiago Sánchez.


Contexto y situación actual de la migración en México

La migración ha sido una parte fundamental de la historia de México, influida por diversos factores económicos, sociales y políticos. Durante la era prehispánica, los movimientos de personas entre civilizaciones indígenas eran comunes, principalmente para el comercio y la guerra. La llegada de los españoles en el siglo XVI cambió drásticamente estos flujos con la introducción de europeos y esclavos africanos. En el siglo XIX, la Independencia de México y sucesos como la Guerra de Reforma y la Revolución mexicana provocaron importantes desplazamientos internos. Además, durante el Porfiriato se promovió la inmigración europea para el desarrollo económico.

En el siglo XX, el Programa Bracero (1942-1964) permitió a millones de mexicanos trabajar temporalmente en Estados Unidos, estableciendo una tradición de migración laboral hacia el norte. En las últimas décadas, México ha pasado de ser un país de emigrantes a uno de tránsito y destino para migrantes, especialmente de Centroamérica, debido a la violencia y la pobreza de la región.

En 2023 alrededor de 11.5 millones de mexicanos vivían en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, lo que representa más de 97 por ciento de los emigrantes mexicanos. Las remesas enviadas por estos migrantes alcanzaron un récord de 63.7 mil millones de dólares en 2023 y se calcula que llegarán a 67.9 mil millones en 2024. Estas remesas son vitales para la economía mexicana, ya que muchas familias dependen de ellas para su sustento.

Ese mismo año, nuestro país registró cerca de 44 millones de entradas regulares, un aumento de 132 por ciento desde 2020. La migración irregular también alcanzó niveles sin precedentes, con una diversidad de perfiles que incluyen mujeres, niños y personas con discapacidades. Este incremento ha propiciado reuniones de alto nivel entre México y Estados Unidos para buscar soluciones migratorias legales.

Los migrantes que transitan por México son principalmente centroamericanos de Honduras, El Salvador y Guatemala, pero también de Venezuela y Cuba. Muchas familias, incluyendo mujeres y niños, huyen de la violencia y la pobreza extrema de sus lugares de origen. En 2023, un número significativo de mujeres embarazadas y niños no acompañados transitaron por el territorio mexicano.

La pandemia de Covid-19 exacerbó las vulnerabilidades de los migrantes. Las restricciones de movilidad y el cierre de fronteras dejaron varados a muchos, sin acceso a servicios básicos ni protección adecuada. La crisis sanitaria evidenció la necesidad de implementar políticas migratorias inclusivas y humanitarias.

Podría interesarte: «El rechazo a los refugiados»

El impacto de la migración en la salud pública

Los migrantes en México enfrentan numerosos desafíos para acceder a servicios de salud. Las barreras incluyen la falta de documentación para su atención, el desconocimiento del sistema de salud, así como el miedo a ser deportados. Estas dificultades se ven agravadas por las diferencias culturales y lingüísticas que complican la comunicación entre los migrantes y los proveedores de salud. Además, limitan el acceso a atención médica adecuada, dejando a muchos sin el tratamiento necesario e incrementando el riesgo de complicaciones de salud no sólo para ellos sino para las comunidades en las que se encuentren.

La población migrante está especialmente expuesta a diversas enfermedades debido a las difíciles condiciones de viaje y a las circunstancias adversas que enfrentan durante su tránsito. Entre las enfermedades prevalentes se encuentran las infecciones respiratorias, las afecciones gastrointestinales y los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Además, muchos migrantes padecen enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, las cuales se descontrolan debido a la falta de acceso a medicamentos y a un seguimiento médico adecuado.

Las enfermedades transmisibles, como las de vías respiratorias, incluyendo la tuberculosis y las infecciosas como el virus de inmunodeficiencia humana, también son comunes entre los migrantes. Estas enfermedades se propagan fácilmente en los campamentos y los refugios, donde las personas viven en condiciones de hacinamiento y tienen acceso limitado a medidas de prevención y tratamiento.

Para abordar estos desafíos, México ha implementado diversas políticas y programas destinados a mejorar el acceso a servicios de salud para los migrantes. La Ley de Migración, en su artículo 27, garantiza el acceso a servicios de salud sin importar el estatus migratorio de las personas y conforme a las disposiciones jurídicas aplicables. Además, como medida adicional, se han establecido clínicas móviles y puntos de atención médica en rutas migratorias estratégicas para ofrecer servicios básicos y emergentes.

Las organizaciones no gubernamentales y las agencias internacionales también desempeñan un papel esencial en este tema. Por ejemplo, la Cruz Roja Mexicana y Médicos Sin Fronteras brindan atención médica y apoyo psicológico en albergues y puntos de tránsito. Estos esfuerzos son esenciales para garantizar que los migrantes reciban la atención que necesitan y para prevenir brotes de enfermedades que podrían afectar tanto a la población migrante como a las comunidades en las que residen temporalmente.

Seguridad y migración

Las zonas fronterizas de México, como Tijuana, Ciudad Juárez y Tamaulipas, han sufrido un aumento significativo de la criminalidad y la violencia. Este fenómeno se debe en parte a la presión migratoria y a la presencia de redes de tráfico de personas que operan en estas áreas. Los migrantes, en su intento por cruzar hacia Estados Unidos, a menudo se encuentran atrapados en conflictos territoriales con grupos del crimen organizado. Esto no sólo pone en peligro sus vidas, sino que también los hace vulnerables a la explotación y al abuso.

Los migrantes que atraviesan México en busca de un futuro mejor enfrentan peligros significativos, especialmente por parte del crimen organizado. Estos grupos delictivos explotan la vulnerabilidad de los migrantes mediante secuestros, extorsiones y tráfico de personas. Muchos migrantes son forzados a trabajar para los cárteles o son vendidos en redes de trata de personas. La falta de documentación y la necesidad de permanecer ocultos incrementan su riesgo, ya que a menudo no buscan ayuda por temor a ser deportados. Esta situación crea un ciclo de explotación y abuso que es extremadamente difícil de romper.

El crimen organizado ha desarrollado una infraestructura muy compleja para explotar a los migrantes, cobrando tarifas exorbitantes por el cruce fronterizo y sometiéndolos a condiciones inhumanas. Además, los migrantes a menudo son víctimas de violencia física y sexual. Las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a la trata de personas y a otros tipos de explotación. La precariedad de su situación los hace susceptibles a caer en manos de estos grupos delictivos, los cuales se aprovechan de su desesperación y su falta de recursos.

Para enfrentar estos desafíos, el gobierno mexicano ha implementado diversas medidas de seguridad y protección para los migrantes. Una de las estrategias clave ha sido la creación de la Guardia Nacional que se encarga de vigilar las rutas migratorias y proteger a los migrantes de los peligros asociados con el crimen organizado. Esta fuerza de seguridad ha sido desplegada en zonas fronterizas y en rutas conocidas de migración para ofrecer una mayor protección a los migrantes.

Además, se han establecido programas de apoyo en colaboración con organizaciones internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones y la Cruz Roja Mexicana para proporcionar asistencia humanitaria, asesoría legal y atención médica a los migrantes. Estas organizaciones juegan un papel esencial en la protección de los migrantes, brindando refugio seguro y servicios esenciales en puntos estratégicos a lo largo de las rutas migratorias.

El gobierno también ha mejorado la infraestructura de los albergues y los centros de detención para asegurar que los migrantes reciban un trato digno y acceso a servicios básicos. Estas instalaciones ofrecen no sólo alojamiento sino también alimentos, atención médica y apoyo psicológico, indispensable para los migrantes que han padecido experiencias traumáticas. Además, se han implementado campañas de sensibilización y de capacitación para las fuerzas de seguridad, con el objetivo de garantizar que los derechos humanos de los migrantes sean respetados en todo momento.

Las medidas de seguridad también incluyen la coordinación con las autoridades estadounidenses para gestionar de manera más efectiva los flujos migratorios y combatir conjuntamente a las organizaciones criminales transnacionales. A través de acuerdos bilaterales, ambos países trabajan para mejorar la seguridad en la frontera y crear procedimientos más eficientes para el manejo de migrantes.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los desafíos persisten. La magnitud del problema y la complejidad de las redes delictivas enfrentan obstáculos significativos. A menudo, los recursos disponibles no son suficientes para atender todas las necesidades de los migrantes. Además, la falta de coordinación entre diferentes niveles de gobierno y la corrupción en algunas áreas han dificultado la implementación efectiva de estas políticas.

Es esencial continuar trabajando en políticas inclusivas y humanitarias que aborden tanto la seguridad como los derechos humanos de los migrantes. La colaboración entre gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil es fundamental para crear un entorno más seguro y justo para quienes buscan una vida mejor lejos de sus países de origen.

Podría interesarte: «Detención migratoria en México»

Análisis FODA de la migración en México

La migración en México presenta una serie de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que es urgente analizar para comprender plenamente su impacto en el país y para desarrollar estrategias efectivas de gestión.

FortalezasOportunidades
Capacidades y recursos disponibles para atender a los migrantes. Existencia de instituciones y programas dedicados a la protección y la asistencia de los migrantes. Marco legal robusto proporcionado por la Ley de Migración. Colaboración con organizaciones internacionales y locales. Creación de la Guardia Nacional para vigilar rutas migratorias y proteger a los migrantes. Campañas de sensibilización y capacitación para las fuerzas de seguridad.Beneficios potenciales de una gestión efectiva de la migración. Contribución de los migrantes a la economía a través de trabajo y remesas. Cobertura de demanda de mano de obra en sectores específicos. Enriquecimiento cultural y social por la diversidad aportada por los migrantes. Fortalecimiento de relaciones bilaterales con otros países mediante la cooperación en gestión migratoria.
DebilidadesAmenazas
Deficiencias en el sistema de salud y seguridad. Falta de recursos suficientes en albergues y centros de detención. Acceso limitado a servicios de salud básicos para migrantes. Barreras lingüísticas y culturales que dificultan el acceso a atención médica. Corrupción y falta de coordinación entre diferentes niveles de gobierno. Riesgo de sufrir abusos y explotación debido a la corrupción en el seno de las fuerzas de seguridad.Riesgos y desafíos emergentes debido a la migración. Explotación por parte del crimen organizado mediante secuestros, extorsiones y trata de personas. Aumento de tensiones sociales y políticas que pueden generar xenofobia y discriminación. Presión sobre recursos públicos y servicios sociales. Amenazas emergentes del cambio climático y desastres naturales que pueden aumentar los flujos migratorios.
Fuente: Elaboración propia

Prospectiva a 2030: salud y seguridad en la migración

Sin lugar a dudas, la salud de los migrantes seguirá siendo un desafío para nuestro país; sin embargo, hay una tendencia creciente en el reconocimiento de la salud de los migrantes, principalmente como un derecho humano esencial, para lo cual se pueden impulsar políticas más inclusivas.

La movilidad de las personas entre países y continentes facilita la propagación de enfermedades transmisibles, algunas ya erradicadas en algunos países desde años atrás. Los migrantes que huyen de condiciones precarias de sus países de origen pueden llevar consigo enfermedades que se propaguen fácilmente en las comunidades receptoras. 

Las políticas migratorias necesitan adaptarse para considerar la migración inducida por el clima y proporcionar un refugio seguro sin descuidar los servicios de salud. En este sentido, es necesaria la cooperación internacional para el manejo de estos desafíos, además de la integración de los migrantes en las sociedades receptoras, pensando en la salud y en la seguridad a largo plazo.

La discriminación, el racismo y la exclusión social influyen directamente en la salud mental y física de los migrantes, por cual es necesario considerar políticas de integración que promuevan la inclusión social y el acceso al empleo, a la educación y a los servicios de salud que aseguren la integridad y la calidad de vida de los migrantes que se encuentran de paso, para fomentar comunidades más cohesivas e inclusivas.

Conclusión

Ante los retos que presenta la migración en México, es indispensable fomentar un enfoque humanístico que priorice la dignidad y los derechos humanos de los migrantes. Las políticas deben diseñarse no sólo para gestionar el flujo migratorio, sino también para integrar a los migrantes a la sociedad, garantizando su acceso a servicios básicos y a oportunidades de desarrollo. En un mundo cada vez más globalizado, es esencial promover la empatía y la solidaridad hacia quienes buscan un futuro mejor. Trabajando juntos podremos construir una sociedad más inclusiva y resiliente, donde todos, sin importar su origen, puedan prosperar.

Podría interesarte: «Balam Rodrigo: Poesía y migración»


Referencias

Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2024), “Derechos de las personas migrantes”, en https://www.cndh.org.mx/,

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2023), “Estadísticas migratorias para México”, en https://www.inegi.org.mx/temas/migracion/.

Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2024), “Derechos humanos en tránsito y en las fronteras internacionales”, en https://www.ohchr.org.

Organización de las Naciones Unidas (2024), “Estadísticas migratorias para México”, Boletín Anual 2023, en https://mexico.un.org/es/resources/publicaciones.

Organización Internacional para las Migraciones (2023), “Migración y salud en México: diagnóstico y perspectiva”, en https://publications.iom.int/system/files/pdf/migration_health_mexico_diagnosis_es.pdf.

Saar, M., I. Hanus, K. Huber et al. (2019), “Report on an Unusual Case of Leprosy from Germany: Just an Exception of the Rule?”, Infection, 47(6), pp. 1065-1069, en https://doi.org/10.1007/s15010-019-01349-8.

Janeth Viñas y Lesly Valencia: mujeres en la abogacía

La experiencia de las juventudes en la abogacía se encuentra atravesada por diversos elementos, como la identidad. ¿Qué significa para una joven estudiar Derecho?...

Newsletter

Recibe contenidos e información adicional en tu bandeja de entrada.

.