Un documental sobre la realidad penitenciaria en México
Un día te levantas, empiezas a trabajar y horas después te han ingresado en un centro de prisión preventiva, sin tener dato e información alguna que te permita defenderte. Esto fue lo que le sucedió a Luis Alejandro Chávez, cuyo apodo bastó para relacionarlo con la comisión de un delito.
Para muchos y muchas, la vida penitenciaria en México es su realidad. Una realidad que viven, sienten, huelen, sufren, en muchas ocasiones, más de las que imaginamos, injustamente. Entre esta ola de injusticias podemos encontrar irregulares detenciones, chivos expiatorios, venganzas políticas, pero también todo puede empezar con la confusión del uso de apodos o alias.
Así le sucedió a Luis Alejandro Chávez, a quien acusaron y encarcelaron por identificarlo con su apodo: el Potro.
Al impartir justicia en México, las historias extrañamente cuentan con un final afortunado. Originario de León, Guanajuato, fue detenido el 1º de septiembre de 2018 en esa localidad por tres personas vestidas de civiles que afirmaron ser ministeriales de San Luis Potosí. Por supuesto, aunque así lo sostuvieron, en ningún momento mostraron identificaciones ni orden de aprehensión. Inmediatamente lo trasladaron a esa entidad.
El delito relacionado era un robo. Los hechos alrededor del delito fueron mediáticos y de las investigaciones de la autoridad se determinó que cuatro personas resultaban involucradas, entre ellas Juan N, alias el Potro. Un apodo bastó para relacionar a alguien en la comisión de un delito.
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