México, un riesgo de muerte

El paso de las personas migrantes por México no debe significar un riesgo de abuso de sus derechos humanos y mucho menos un riesgo de muerte.

Lo sucedido la noche del 27 de marzo en la estación provisional de Ciudad Juárez, representa la explosión del cúmulo de violaciones a derechos humanos cometidas en contra de las personas migrantes que suceden día con día en México, dentro y fuera de las estaciones migratorias.

Hoy es innegable que una práctica reiterada de nuestro país es la criminalización de las personas migrantes, que se da principalmente –y entre otra- en dos vertientes: el trato a las personas y las condiciones de alojamiento temporal.

La dignidad humana es una cualidad esencial del ser humano, es la idea rectora a partir de la que se construyen las normas protectoras de derechos humanos, la dignidad humana es aquella que tenemos todas y todos por igual, sin distinción alguna.

La condición de migrante no le resta valor a ningún ser humano, por lo que nadie tiene derecho a dar un trato diferenciado y excluyente a las personas con condición de migrante, pues su dignidad y sobre todo su humanidad, permanecen intactas.

Sin embargo, los números hablan, y las estadísticas en cuanto al trato que la sociedad en general, así como las autoridades les dan a las personas migrantes, es totalmente discriminatorio, y atenta contra su dignidad humana. Estos “números” quedaron evidenciados con la reacción de las personas responsables del cuidado de los migrantes dentro de la estación en Ciudad Juárez.

Por otro lado, el derecho al trato digno implica la necesidad de contar con lugares adecuados para alojamiento temporal donde se cuente con lo suficiente para cubrir las necesidades básicas de las personas migrantes, si no se cuenta con los elementos necesarios para una estancia adecuada, se vulnera el respeto a la dignidad humana.

La realidad es que la condición en general de las Estaciones Migratorias y las Estaciones Provisionales, es muy parecida a los centros de reclusión, o incluso peores. Estamos hablando de que hemos decidido adoptar un modelo carcelario de “alojamiento temporal” que criminaliza y sanciona personas que son detenidas por no acreditar su situación regular en el país.

Llena de impotencia saber que, con el incendio de la estación provisional en Ciudad Juárez, las personas migrantes en su paso por México, ahora no solamente tienen que sufrir discriminación, tratos no dignos, criminalización, persecución, sino también tienen riesgo de perder la vida dentro de un lugar cuya finalidad tendría que ser dar un alojamiento temporal, digno y seguro.

Daniela Domínguez García
Escuela Libre de Derecho

Newsletter

Recibe contenidos e información adicional en tu bandeja de entrada.

Julieta Morales Sánchez: Derechos humanos, más allá del discurso

México se ubica en la posición 60 de los 69 países analizados en el Índice Global de Impunidad 2020, instrumento que permite evaluar el...