Monetización de la paz internacional

El actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha ocasionado el desenlace de múltiples acontecimientos sociales, políticos, culturales, geográficos, jurídicos y económicos en el mundo, los cuales demuestran que cuando se trata de asuntos monetarios no existe una dicotomía real entre los conceptos de la paz y la guerra. En este contexto, Vanesa A. Pacheco Cataño cuestiona: ¿es posible la paz internacional? ¿Puede lograr el desarrollo de todas las personas del mundo o sólo está hecha para mantener el orden económico global? ¿Realmente es posible la paz o es una simple aspiración para justificar la negligencia de los actores internacionales que se mantiene al margen de los conflictos cuando no les afectan de manera directa?


Evidentemente, el actual conflicto bélico entre Rusia y Ucrania fue propiciado por el primer país y globalmente su actuación ha sido condenada, pero ningún Estado ha emprendido acciones concretas para apoyar a Ucrania, con el pretexto de que acatan el principio de no intervención (previsto en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas [ONU]) y han demostrando que existe un gran desinterés por las violaciones a los derechos humanos cuando ellos no son los afectados.

Si bien podríamos considerar que esas decisiones tienen una diversidad de orígenes, todo parece indicar se ha preferido optar por la no intervención siempre y cuando se mantenga cierta estabilidad económica global, pues incluso las represalias adoptadas en un primer momento se han vuelto más laxas conforme ha pasado el tiempo.

Antecedentes 

El conflicto entre Ucrania y Rusia se remonta hasta el Medioevo, pues el territorio de la actual Crimea siempre ha sido un enclave estratégico y, por ende, sujeto a diversos intereses geopolíticos. Geográficamente Rusia está rodeado por un mar congelado y tiene limitadas salidas hacia el mar. Por eso el Mar Negro posee gran relevancia para su comercio y su defensa. Las zonas marítimas de Ucrania le dan a Rusia la oportunidad de acceder a los océanos y a una gran cantidad de recursos naturales; además es una zona estratégica militar que le proporciona a Rusia la posibilidad de anclar su flota marítima y salvaguardar sus fronteras.

Estos intereses cobraron relevancia en 2014 cuando el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, suspendió las negociaciones de un acuerdo político-comercial entre Ucrania y la Unión Europea, por la presión de que era objeto por parte del dirigente ruso Vladímir Putin. Esa decisión generó varias protestas estudiantiles que paulatinamente se convirtieron en un movimiento revolucionario que a la postre acabaría con el gobierno de Yanukóvich.

La preocupación por el conflicto interior en Crimea dio pie a que Rusia invadiera y se anexará el territorio crimeo, alegando los antecedentes históricos y culturales que compartían, aunque en ningún momento esa anexión fue reconocida en el ámbito internacional. El verdadero problema fue que, pese a no contar con el reconocimiento internacional, Rusia impuso un gobierno de facto en ese país que ningún Estado cuestionó.1

Lo anterior propició que desde el 24 de febrero de 2022, cuando se anunció oficialmente el inicio de una “operación militar especial” cuyo objetivo era la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania, ningún Estado conozca realmente el sentimiento de los crimeos y, por lo tanto, “no puedan actuar en consecuencia”.

¿Es desconocimiento de la situación lo que impide que los Estados asuman una posición contra Rusia?

En la actualidad estamos frente a una “operación militar especial” que ha cobrado la vida de 240.000 víctimas de ambos bandos y ante la cual los Estados aducen que no pueden intervenir, pero ¿realmente no pueden hacerlo?

Podría decirse que por prudencia, por el desconocimiento real de la situación de Ucrania, los Estados se han abstenido de tomar medidas bélicas contra Rusia, pero no puede aducirse tal desconocimiento dadas las evidencias que día a día se transmiten por los medios de información. Además, si realmente no hubiera certeza acerca de las violaciones a los derechos humanos que está cometiendo Rusia en detrimento de los ucranianos, no sería lógico que los países hayan adoptado represalias económicas en contra de Vladímir Putin.

Rusia optó por estrechar lazos comerciales con China, de manera que el eventual bloqueo comercial de la Unión Europea.

Entonces ¿qué sucede en realidad? 

Por parte de Rusia, la clave del conflicto es la energía, puesto que este país suministra 40 por ciento del gas natural y 27 por ciento del petróleo importado a la Unión Europea, por lo cual podría suprimir el suministro de esos combustibles a cualquier país que quisiera tomar medidas bélicas en su contra, lo cual sería devastador (sobre todo ahora que comienza el invierno). Si eso no fuera suficiente, con la reciente terminación del gasoducto Nord Stream II, Rusia puede convertirse en el principal, sino en el único, proveedor de gas de toda la Unión Europea.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que Rusia cada vez tiene mayor control sobre la navegación en el mar Negro, en el Mar de Azov y en el Estrecho de Kerch, de manera que tiene la posibilidad de restringir el intercambio comercial de granos y de otras mercancías con los países que se mostraran hostiles.2

Ahora bien, la Unión Europea posee el potencial de destruir la economía rusa mediante un bloqueo comercial, porque es su mayor socio comercial y existen significativas inversiones europeas en el país, pero al parecer esto no es suficiente para acabar con las pretensiones de Rusia sobre Ucrania. Previendo la posibilidad de que se produzcan las represalias económicas en su contra, Rusia optó por estrechar lazos comerciales con China, de manera que el eventual bloqueo comercial de la Unión Europea, si bien le afectaría, no acabaría con su economía.

Entonces parece que todo se reduce a esta la cuestión: ¿quién resiente más las medidas adoptadas para resolver el conflicto bélico? Es una pregunta a la que ninguno de los países involucrados en el conflicto ha querido responder.

Responsabilidad internacional

Si bien no es el tema central de este artículo, conviene señalar que las autoridades rusas violan diversas normas de Derecho internacional, por lo cual sería posible, y deseable, que los responsables respondan por sus acciones ante los órganos competentes de la ONU y de la Corte Penal Internacional.

Vladímir Putin es el principal responsable de las violaciones a los derechos humanos que cometen los militares rusos, pero eso no exenta a ninguna autoridad de responder por los actos que violan los preceptos esenciales de la Carta de la ONU; así que es posible que los militares y el Senado ruso también sean sancionados.

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2023

Al parecer aún no hay una resolución clara y tajante del conflicto, lo cual se debe a que el problema ha sido ignorado desde el principio. Aun ahora no se vislumbra la intención, por parte de la comunidad internacional, de abordarlo.

Se pueden esgrimir decenas de justificaciones para que los Estados de la comunidad internacional no intervengan en el conflicto, pero es claro que el motivo económico es el más importante. Y eso ha significado que los civiles hayan perdido su casa, su trabajo, su familia y hasta su vida.

En síntesis, nuestra preocupación es que, pese a haber escalado a un conflicto bélico de grandes magnitudes, aún no se han adoptado medidas internacionales para solucionarlo por medio de negociaciones u otro tipo de medios pacíficos. Todo parece indicar que mientras el conflicto bélico se limite a los territorios de esos Estados, todo continuará igual.

¿Existe la paz internacional o sólo es un concepto con el que justificamos la negligencia de los países de la comunidad internacional y su apatía para solucionar los problemas del mundo?

Notas:
  1. Para conocer más acerca del véase la resolución 71/205 de la Asamblea General del 19 de diciembre de 2016.[]
  2. Para conocer más acerca del tema véase la resolución 73/194 de la Asamblea General del 17 de diciembre de 2018.[]

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