Mujeres y Derecho: retos actuales

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, destacadas abogadas y estudiantes de derecho nos hablan de «Mujeres y Derecho», los retos que deben enfrentarse y las acciones concretas que hay que implementar para garantizar el acceso a la igualdad de oportunidades para las mujeres en el ámbito laboral, específicamente en el mundo del derecho.


Margarita Ríos Farjat

Como país, deberíamos estar ya en una etapa donde sean impensables las instituciones, órganos, ramos y empresas que no estén integradas en la misma proporción por mujeres y hombres. Pero hay al menos tres problemas asociados a esto. El primero es el de los espacios: es necesario romper sofisticados estereotipos que funcionan como justificaciones “razonables” de por qué hay más hombres. No son razonables porque no es lo normal, punto. El segundo problema es la geometría de la equidad: debe ser horizontal, no piramidal, no vertical. El tercer problema es asociar temas inherentes a las mujeres: “Las mujeres van a aportar tal visión”. Sí claro, en el corto plazo es así porque cuando estás abriendo una caverna entran nuevas ideas. Como dice el verso de Leonard Cohen: “Hay una grieta en todo, sólo así entra la luz”. Necesariamente habrá cambios, pero no porque la mujer tenga que estar asociada a ciertos temas; eso sigue siendo un estereotipo. No. Se trata de que estemos, como seres humanos que somos. Lee su entrevista.


Loretta Ortiz

Personalmente no tuve ningún problema en el ejercicio de la profesión; sin embargo, con los años me he dado cuenta de que sí había discriminación y que sí estamos obligadas —las que estamos de este lado de la barrera— a hacer múltiples cosas para ayudar al ejercicio profesional de las mujeres. Lee su entrevista.

En la Libre a las mujeres nos mandaban a nuestra casa a cocinar, a tejer… Y había cuotas, pero en sentido contrario: no podía haber ni una mujer más allá del 50 por ciento, aunque fuera más competente que un hombre, porque se decía que los varones iban a ser el sostén de su familia. Pero en realidad hay muchísimas mujeres que son el sostén de la familia. Lo que debe haber es piso parejo.


María Teresa Paillés

Los principales desafíos son los sesgos inconscientes y los estereotipos de género, los cuales constituyen barreras simbólicas invisibles y poderosas para el acceso y la permanencia de las mujeres en determinados espacios, cargos y sectores de la economía. Asimismo, las mujeres abogadas continúan enfrentando fuertes patrones culturales y una rígida cultura organizacional: falta de planes de carrera dentro de los espacios laborales, así como escasas o limitadas redes de apoyo.

Son muchos los retos, pero seguiremos trabajando para lograr que más mujeres alcancen puestos de toma de decisiones. Lee su entrevista.


Julieta Morales

Las mujeres somos un grupo en situación de vulnerabilidad, pero no somos un grupo minoritario, pues conformamos más de la mitad de la población de este país y lamentablemente hemos vivido bajo una cultura patriarcal, machista y misógina que impacta en todas las instituciones y en la vida privada de las personas.

Hoy enfrentamos altos índices de violencia de género y feminicidios que quedan en la impunidad. Incluso el derecho ha sido diseñado con esta perspectiva y ha reproducido roles y estereotipos de género. Lee su entrevista.


Claudia de Buen

En un mundo de hombres, la preparación fue fundamental para llegar a donde he logrado llegar. Sin embargo, la culpa es un sentimiento que me ha acompañado muchos años: no estar en ningún lugar de tiempo completo (como madre o como profesionista), un asunto muy común e incómodo para las madres de la época. Pero la confianza y la autoestima me impulsaron; son claves fundamentales del éxito.
Sin embargo, llegar no ha sido fácil. He tenido que pasar muchos obstáculos, como los han pasado mujeres a quienes admiro mucho, como las ministras Yasmín Esquivel, Ana Margarita Ríos Farjat, Margarita Luna Ramos, Norma Piña, y las juristas Patricia Kurczyn, Patricia Olamendi y muchas mujeres más, que hemos impulsado cambios muy importantes.
Nos ha costado mucho trabajo llegar a donde estamos. Nos han vapuleado, lastimado, humillado, pero hemos ido rompiendo el famoso techo de cristal. Ha sido un trabajo de muchas mujeres, pero también de muchos hombres convencidos de que nosotras tenemos mucho que aportar a la sociedad. Nuestra llegada a cargos de cierto poder o trascendencia dará lugar a que las siguientes generaciones puedan llegar con menos obstáculos y muchos más apoyos. Lee su entrevista.


Avril Ayala

Nuestro papel como mujeres es exigir los lugares que nos corresponden. Hay una deuda histórica grandísima con nosotras. Se nos ha invisibilizado muchísimo. Hay un espacio muy importante que debemos exigir. Nuestra voz y la perspectiva que le damos al derecho son muy distintas a las de un hombre que tiene garantizado esos espacios por el mero hecho de ser hombre. Las mujeres no. La lucha, como la de las ministras de la Suprema Corte, es muy relevante, porque la tuvieron más difícil, simplemente porque son mujeres. El hombre ya es validado por el solo hecho de serlo. Y no basta con decir que apoyas la lucha feminista si sigues cuestionando o juzgando que una mujer se encuentra molesta porque “está en sus días”. No. Es importante que los hombres escuchen y razonen las vivencias de las mujeres en el mundo y que reconozcan que hay muchas injusticias de por medio. Ya no se puede decir: “Steve Jobs y su esposa”, no. Ella tiene nombre. Es importante que se le nombre. Y que los hombres, en el ámbito del derecho, también sepan ceder, darles espacios a las mujeres. Eso, darles espacios.


Mariana Mier

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2016 reveló que 47.6 por ciento de las consultadas opina que las mujeres que trabajan descuidan a sus hijos y que 69.6 por ciento piensa que las mujeres deben ser igual de responsables que los hombres en llevar dinero a la casa. Lo anterior impide a las mujeres insertarse en el mercado laboral en condiciones de igualdad, además de que las condiciona a realizar tareas informales o tradicionales que las mantienen inamovibles en esos estereotipos.

Agregar la perspectiva de género en los estatutos sociales de las empresas es de suma importancia, pues con esta visión progresista sobre derechos humanos e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres se permite un mejor desarrollo social, cultural, económico y educativo de la sociedad mexicana.


Brenda D. Canchola Álvarez

Aún falta camino por recorrer para lograr la igualdad y el empoderamiento de todas. Es fundamental nombrarnos y representarnos en espacios de desarrollo y toma de decisiones para fortalecer capacidades y crear oportunidades.

La presencia de las mujeres en la abogacía y otras profesiones es la vía para avanzar en el desarrollo de los países. Somos capaces, líderes y agentes de cambio.

Nunca más silencio.


Jania Mier y Terán Gordillo

Desde la perspectiva de una joven estudiante, en el mundo del derecho una mujer se tiene que ganar su lugar en cada sala de juntas. Así, con estudio y consistencia, diariamente peleo por mi lugar hasta que mi voz valga por mis ideas y mi talento, mas no por su potencia o mi sexo, para que las generaciones siguientes no tengan que empezar a ganarse un lugar desde cero, sino que se les escuche desde el primer día.

Hay muchas abogadas con potencial para brillar más que las tradiciones machistas. Tenemos el cambio en nuestras manos, construyendo colectivamente con nuestra pasión, nuestro liderazgo y nuestras voces a favor de la práctica jurídica y la sororidad.


Ana Sofía Montemayor Camacho

Aunque reconozcamos que el papel y la aparición de las mujeres en el terreno de la abogacía ha tenido un gran avance en los últimos años, es innegable que aún queda un largo camino por recorrer. Frente a un sistema patriarcal que ha demeritado tanto nuestras luchas como nuestras capacidades y aptitudes, todavía hoy, al ocupar lugares de liderazgo, se debe tener conciencia de esto y utilizarlo para seguir abriendo brecha a todas las mujeres que lo merecen.

Confío plenamente en que el derecho ofrece las vías para imaginar un mundo más justo, en el que todas y todos seamos acreedores a las mismas oportunidades de vida, bajo condiciones equitativas en todos los sentidos.


Eugenia Pozas Frankenberg

Decidí estudiar derecho porque quería cambiar el mundo. No dudo que muchas mujeres se sientan de la misma manera. Pero pronto me di cuenta de que también tenía que cambiar el mundo que litiga, legisla y juzga sin perspectiva de género. Es nuestra obligación mejorar las comunidades a las que pertenecemos.

La participación de las mujeres es un buen primer paso para mejorar el mundo de la abogacía. Es necesario crear espacios para que puedan proponer, opinar, avanzar en sus metas, apoyarse entre sí y, sobre todo, tener incidencia en la toma de decisiones.


Regina Sotelo Ocejo

En mi corta trayectoria dentro del mundo jurídico he reconocido el largo camino que como mujer debes recorrer, pues aún hay barreras impulsadas por el patriarcado y generaciones de personas inmersas en el machismo. Pero también he podido identificar los pasos de las mujeres que cimentaron una nueva era para la abogacía en nuestro país, aquellas que lucharon toda su vida por tener un lugar en la toma de decisiones y que hoy lograron un cambio para nosotras.

Que este mes nos sirva para reflexionar el camino que debemos seguir, recordando a aquellas que lo marcaron por nosotras y tomando la responsabilidad de hacerlo para las futuras generaciones. Ser mujer en el mundo de la abogacía significa ser resiliente, disruptiva. Y también significa fuerza.


Sandra P. Véliz Clara

Estudiar abogacía y ser mujer es conocer nuestra incipiente presencia en puestos de toma de decisiones y reconocer los obstáculos que lo han provocado.

Pero también implica sabernos acompañadas por madres, abogadas, profesoras, juezas, colegas, hermanas… Que en el camino por construir y caminar continuemos abrazando el disentimiento, el honor, la guerra, la justicia y nuestra voz.


S. Fernanda Zamora Cortés

Una mujer que decida estudiar derecho se verá inmersa en un mundo compuesto, en su mayoría, por hombres, estudiará leyes que siguen teniendo tintes machistas y patriarcales y se desarrollará en un gremio que en ocasiones le dará más relevancia a su aspecto físico que a su ideas.

Pero también tendrá la oportunidad de abrir puertas, de crear oportunidades para que más mujeres sean escuchadas y respetadas, de ser parte de la toma de decisiones que pueden beneficiar a todo un género, de luchar por la equidad y defender a aquellas que han sido discriminadas y violentadas por el solo hecho de ser mujeres.


Newsletter

Recibe contenidos e información adicional en tu bandeja de entrada.

Una conversación con Linda Greenhouse

Linda Greenhouse fue ganadora del Premio Pulitzer en 1998 y corresponsal de la Corte Suprema para The New York Times de 1978 a 2008....