Recientemente, el primer mandatario hizo públicos los nombres de posibles candidatos a la Presidencia por parte de la oposición. Mauricio Atri analiza lo peligroso que resulta la persecución política y el tiempo que dedica el gobierno a eso antes que a resolver temas urgentes para el país.
Durante la conferencia mañanera del 13 de octubre de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer una lista con los nombres de los posibles candidatos de la oposición para las elecciones de 2024, cuestión que, dicho sea de paso, no debería ser algo en lo que el presidente de nuestro país debería invertir su tiempo de gobierno, por lo menos no para ser discutido públicamente.
En lo que concierne a este artículo no es el caso reflexionar sobre quién podría ser el siguiente precandidato o candidato presidencial. Lo que sí es menester es señalar que resulta evidente que la Presidencia está ocupada de los hombres y las mujeres que podrían ser los contendientes a la silla presidencial. Aunque en estos momentos lo haga de manera sarcástica, desde ahora debemos alertar que cuando el Instituto Nacional Electoral presente su lista, la Fiscalía General de la República no presente la suya.
En otras palabras, no a la persecución política por ningún medio, ni en medios de comunicación, ni en carpetas de investigación. No estoy apelando para que las fiscalías del país realicen investigación alguna en contra de los posibles precandidatos o candidatos a la Presidencia de nuestro país (no me ayudes compadre), lo que hago es apelar para que no vayan a hacerlo a propósito de esas candidaturas, por lo que, si tienen algo en contra de cualquier persona por hechos presuntamente ilegales, e incluso delictivos, que hablen ahora o callen para siempre.
Como corolario, el gobierno federal y las autoridades investigadoras deberían estar preocupadas y ocupadas en casos de interés nacional, como resolver el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y no deberían estar banalizando sobre los 43 precandidatos del bloque conservador a la Presidencia de la República en 2024. Por lo cual no debería haber carpetas de investigación guardadas en los cajones y como sociedad deberíamos oponernos a que, si existen, sean sacadas a propósito de la contienda electoral presidencial, lo cual no sería otra cosa sino un ataque más a nuestro sistema de justicia y a nuestra democracia.
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