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¿Por qué estudiar derecho romano? | Juan Cortiñas

Derecho romano

Juan Cortiñas defiende apasionadamente la relevancia del derecho romano en la formación de abogados, argumentando que es la base estructural que permite una comprensión profunda de los conceptos jurídicos. Comparando esta enseñanza con el mito platónico de la caverna, Cortiñas sugiere que el derecho romano permite ver el reflejo de las ideas abstractas a través de experiencias concretas, proporcionando una perspectiva fundamental para el desarrollo de una mente jurídica.

Para Cortiñas, sin el estudio del derecho romano, un abogado carece de una verdadera comprensión de cómo funcionan las cosas en el ámbito legal. Esto se debe a que el derecho romano ofrece una experiencia casuística y procesal que forma conceptos a través de ejemplos puntuales y concretos. Este enfoque histórico, aunque percibido por algunos como obsoleto, sigue siendo vital para entender fenómenos jurídicos contemporáneos como la transmisión de la propiedad y la naturaleza de los derechos reales versus los personales.

Sin embargo, la enseñanza de esta materia enfrenta críticas significativas. Algunos argumentan que es una disciplina arcaica, alejada de las necesidades y realidades actuales del derecho. Las barreras lingüísticas y temporales que implica su estudio, desde el latín clásico hasta las traducciones medievales y modernas, pueden parecer desalentadoras para los estudiantes. ¿Es práctico estudiar cómo los romanos transmitían la propiedad o manejaban la esclavitud en un mundo legal que ha evolucionado tanto?

Cortiñas aborda estas críticas destacando que la estructura mental proporcionada por el derecho romano es indispensable para la formación jurídica. La comprensión de conceptos como la posesión, el animus y el corpus, y la representación legal se enriquece con el estudio de sus orígenes romanos. Ejemplos contemporáneos, como la compra-venta de bienes ajenos y la representación en casos de incapacidad, tienen raíces profundas en el derecho romano.

La cuestión central es si la educación jurídica debe seguir arraigada en estas tradiciones históricas para mantener su profundidad conceptual, o si debe adaptarse más radicalmente a las demandas del presente. ¿Es viable permitir ignorar estas bases históricas sin perder una comprensión esencial del derecho? Cortiñas afirma que, sin el derecho romano, la formación de un abogado es incompleta, planteando un desafío para las escuelas de derecho en todo el mundo.

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