Vivimos un proceso electoral que ha sido calificado como “el más grande en la historia de México”, por el que se renovará la Cámara de Diputados y diversos cargos en los 32 estados del país. Por eso, desde abril pasado hemos sido bombardeados con millones de spots en radio y televisión, y materiales promocionales tanto de los candidatos como de las autoridades electorales, cuyo objetivo ha sido incidir en nuestras preferencias o concientizarnos sobre la importancia de nuestra participación.
Pero ¿qué es lo que se juega este 6 de junio? Ni más ni menos que la supervivencia de nuestra democracia, ese espacio que, como afirma en entrevista el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova —digno discípulo de José Woldenberg—, permite que conviva el pluralismo y aflore la complejidad de la sociedad: “No hay otra forma de gobierno que nos permita coexistir de manera pacífica. Por eso es fundamental la tolerancia”.
Una sociedad en la que conviven personas con distintas formaciones, intereses y proyectos de vida requiere instituciones sólidas que precisamente garanticen dicha convivencia. Sin ellas, sólo puede haber lugar para la intolerancia, la polarización y el caos. Es por eso que el mismo Lorenzo Córdova señala: “La aceptación de las derrotas es una condición indispensable para garantizar la democracia”.
Corresponderá, ahora, a los partidos políticos y a los candidatos asumir las reglas del juego democrático: conducirse con prudencia, responder a la confianza depositada en ellos y conciliar visiones opuestas, en caso de resultar ganadores; asumir la derrota, evaluar sus causas y seguir trabajando desde nuevos frentes, en caso de no haber sido favorecidos por los electores. No es una tarea difícil. Para llevarla a cabo sólo se necesita poner los intereses comunes por encima de los propios.
¿Y qué papel juega la ciudadanía? Ni más ni menos que la defensa de esa democracia; garantizar que no sucumba al encono o la mezquindad. Como señala Luis Espíndola,magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la democracia es una forma de vida que siempre está bajo amenaza, por lo que está en todos nosotros procurar y defender los derechos humanos y mantener la garantía de nuestras libertades y de nuestro bienestar: “Tanto instituciones como sociedad están involucradas. En todos nosotros recae el ideal de democracia y si nosotros no la protegemos, la democracia no nos va a proteger a nosotros”, afirma en entrevista.
Nuestra edición de junio toma, pues, como eje central el tema electoral, sin dejar de lado consideraciones relacionadas con otros temas de actualidad: las herramientas que desde el derecho y la bioética están a nuestro alcance para garantizar la conservación del medio ambiente, cuestión que aborda Sergio García Ramírez; la renovada vigencia del derecho administrativo, de la que habla Miguel Carbonell; la inconstitucionalidad de las reformas propuestas a la Ley del Notariado para la Ciudad de México, que analiza Agustín Wallace Hampton; la necesidad de una cultura moral para el verdadero funcionamiento del sistema jurídico, que trata Alfonso Siliceo, y las siempre útiles recomendaciones de lectura, entre las que destaca el Diccionario de la Democracia de Patricio Marcos, publicado por Miguel Ángel Porrúa.
Como cada mes, hacemos votos para que la palabra confiada a los juristas, a través de estas páginas, sea motivo de debate y construcción de un Estado de Derecho cada vez más sólido.
