Este mes se inaugura la Copa del Mundo 2022. El Mundial de Fútbol es un espacio para la diplomacia deportiva que posibilita y promueve relaciones políticas y comerciales entre los Estados y las empresas. Sin embargo, este año tendrá lugar en Qatar, país cuyas tradiciones no combinan del todo con las occidentales. Aunado a esto, el contexto de conflicto en el mundo puede desempeñar un papel importante en el desarrollo del evento. Surgen varias interrogantes: ¿la sociedad qatarí logrará convencer al mundo, mediante su imponente infraestructura, que es un poderoso socio comercial? ¿La esencia musulmana conseguirá romper las barreras ideológicas con Occidente?
Hablar de fútbol es hablar de las cualidades y las virtudes de Leonel Messi, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Robert Lewandowski en el terreno de juego. ¿Quién es el mejor futbolista del mundo? ¿Cuál es el mejor equipo de todos los tiempos? Es presenciar las noches mágicas de la UEFA Champions League. Para cientos de miles es pasión, es furia, es locura, es amistad, es alegría cada vez que nuestro equipo favorito mete un gol en la portería contraria. Es frustración cuando la estrategia falla y uno se queda muy cerca de la gloria. Sin embargo, el fútbol también esconde su lado oscuro cuando se le involucra en conflictos internacionales por asuntos de corrupción, desigualdad e injusticias.
El interés de Qatar en Occidente data desde 2010 cuando comenzó a incursionar en varios sectores productivos, como los bienes raíces, las multinacionales americanas y europeas y las energías renovables, y a cotizar en la Bolsa de Valores de Londres mediante fondos soberanos a través de Qatar Investment Authority.
El Mundial de Fútbol es el evento deportivo que paraliza al planeta, debido a que es una herramienta muy poderosa de comunicación pues mitiga diferencias históricas y estrecha lazos diplomáticos que estaban deteriorados; como la presentación de una Corea unida en los recientes Juegos Olímpicos de Invierno en China. Asimismo, al unir culturas y aficiones cuando la selección nacional levanta el trofeo más anhelado por todos los amantes del balompié: la Copa del Mundo.
La Copa Mundial de Fútbol se lleva a cabo cada cuatro años en diferentes sedes alrededor del globo. En esta ocasión los ojos están puestos en Qatar. La inauguración del evento está prevista para el 20 noviembre y su clausura el 18 diciembre. Qatar es un país simbólico no sólo porque allí se realizará la primera edición en el hemisferio norte durante el equinoccio de otoño, por las eventualidades climáticas del desierto, sino porque es la primera vez que un país de la península arábiga y de la cultura islámica será sede de ese evento.
Podría interesarte: Entrevista a Arturo Brizio Carter: Justicia Deportiva»
Para economistas, empresarios, presidentes, primeros ministros y diplomáticos es un lugar conocido tras la Ronda de Doha en 2001, en la cual se llevaron a cabo negociaciones para mejorar el comercio internacional entre los miembros de la Organización Mundial del Comercio en diversos temas de interés, como la agricultura, la propiedad intelectual y los servicios. No obstante, para el mundo es un paraíso desconocido por su urbanización y su majestuosidad que incentiva el turismo como una fuente de ingresos, por encima del petróleo.
Fondos soberanos
El procedimiento de atribución de Qatar como sede mundialista ha inconformado a cientos de personas que han impulsado un boicot simbólico por algunos países, mostrando su rechazo por los presuntos escándalos de corrupción entre organizadores, empresarios y miembros de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), por su extemporaneidad y su impacto social y ambiental.
Los primeros en alzar la voz fueron los países europeos de Dinamarca y Francia. El primero compartió, a principios de octubre del año en curso, su nueva indumentaria: una playera negra en conmemoración de las víctimas que murieron durante la construcción de los estadios de fútbol. El diario inglés The Guardian calcula que 6,500 personas perdieron la vida como consecuencia de las precarias condiciones laborales, muchos de las cuales eran migrantes de Bangladesh, India, Nepal y Kenia. Mientras tanto, Amnistía Internacional considera que esa obra constituyó un abuso laboral, o, de plano, un trabajo forzoso. Francia anunció que no transmitirá los partidos a través de pantallas gigantes instaladas en las calles de las principales ciudades del país: París, Marsella, Burdeos, Estrasburgo y Lille, por mencionar algunas.
El Mundial de Fútbol es el evento deportivo que paraliza al planeta, debido a que es una herramienta muy poderosa de comunicación pues mitiga diferencias históricas y estrecha lazos diplomáticos que estaban deteriorados.
Lo anterior es muy relevante porque el propietario del equipo más rico del país, el principal club de la ciudad parisina, el Paris Saint Germain, es propiedad de un qatarí: Nasser Al-Khelaïfi, quien es miembro del comité ejecutivo de la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA, por sus siglas en inglés). Ese poderío económico ha contribuido a que el patrocinador oficial del equipo de la presente temporada sea la aerolínea Qatar Airways que tiene el objetivo de incrementar el turismo hacia el país árabe.
Sin embargo, el interés de Qatar en Occidente data desde 2010 cuando comenzó a incursionar en varios sectores productivos, como los bienes raíces, las multinacionales americanas y europeas y las energías renovables, y a cotizar en la Bolsa de Valores de Londres mediante fondos soberanos a través de Qatar Investment Authority, de la que el qatarí Al-Khelaïfi también es miembro del consejo de administración.
Andrew Rozanov, en su artículo “Who Holds the Wealth of Nations?” (2005), publicado en el Central Banking Journal, acuñó el término “fondos soberanos”, o sovereign wealth fund, a los que definió como fondos de inversión gubernamental creados por los gobiernos que cuentan con ahorros a partir de múltiples factores: recursos naturales, recursos petroleros, finanzas sanas y reservas internacionales.
Por consiguiente, un fondo soberano tiene dos funciones principales: 1) Según el Informe de Fondos Soberanos publicado por el doctor Javier Solana (2012), favorecer la adquisición de activos nacionales e internacionales con la finalidad de obtener una rentabilidad comercial. 2) Posteriormente, realizar inversiones directas en empresas, con la posibilidad de comprar deuda pública a terceros países.
Antes de la crisis hipotecaria de 2008, los fondos soberanos eran mal vistos por los países emergentes, puesto que había una desconfianza generalizada que radicaba en la adquisición de los fondos soberanos provenientes, en su mayoría, de autoridades de países no democráticos con alto poder adquisitivo. Lo anterior daba lugar a conflictos de intereses y a sospechas de intervención a los activos en países geoestratégicos, razón por la cual hoy en día es evidente el uso del soft power en la nueva era de la diplomacia deportiva en la esfera internacional.
En la medida en que los fondos soberanos han aumentado su zona de influencia en las grandes ciudades, su injerencia en la toma de decisiones será evidente. Por este motivo ¿se puede dimensionar el poder económico del fondo soberano qatarí en la toma de decisiones de la fifa o su influencia en la implementación de políticas públicas en Europa? ¿Qué pasaría si Qatar Investment Authority —u otro fondo soberano— es invertido en la deuda soberana de un país ante la crisis económica? ¿La falta de liquidez propiciará un incumplimiento de pago? En virtud de lo anterior, la influencia de Qatar Investment Authority está encaminada a un largo plazo al turismo internacional hacia aquel país.
Podría interesarte: «Normativa legal para la FIFA World Cup»
Diplomacia deportiva: el nuevo reto de Qatar
Qatar, así como todos los países musulmanes, se gobierna bajo una ley religiosa llamada la Shari’ah. La Shari’ah contempla tres principios: el Corán, la sunna del profeta (eso es, las enseñanzas y las obligaciones) y la jurisprudencia (conocimiento, comprensión y entendimiento del islam). Con ello, la sociedad debe acercarse al espíritu de Dios: Alá. Por consiguiente, Qatar, por ser un país con costumbres islámicas muy arraigadas, enfrenta uno de los mayores retos en materia de derechos humanos y de estereotipos, debido a que tiene usos y costumbres que Occidente cuestiona y debe respetar. Tanto turistas como futbolistas deberán adaptarse a sus leyes y sus normas; asimismo tendrán que asumir la responsabilidad de hacer frente a probables multas en caso de infringir el orden público.
La diplomacia deportiva será vista en su máximo esplendor en la península arábiga, al incentivar y auspiciar las relaciones internacionales y comerciales con otros países. Sin embargo, ¿la sociedad qatarí logrará convencer al mundo, mediante su imponente infraestructura, que es un poderoso socio comercial? ¿La esencia musulmana conseguirá romper las barreras ideológicas con Occidente?
Acontecimientos recientes
La invasión de la Federación Rusa a Ucrania en febrero provocó que la fifa eliminará al equipo ruso de la cuesta mundialista y del torneo europeo de la uefa en solidaridad con las víctimas de la guerra y en represalia por la incesante amenaza e intimidación —por parte del presidente ruso Vladimir Putin— ante una eventual guerra nuclear y como parte de las sanciones económicas, digitales y deportivas de diversos países y organizaciones internacionales.
La diplomacia deportiva será vista en su máximo esplendor en la península arábiga, al incentivar y auspiciar las relaciones internacionales y comerciales con otros países.
Por su parte, Irán vive una revuelta masiva, en su mayoría por mujeres y jóvenes estudiantes, tras la muerte de Mahsa Amini, una mujer que fue asesinada por la “policía de la moral”, encargada de vigilar el cumplimiento de las normas islámicas, por portar de forma incorrecta el hiyab1 e infringir los códigos de vestimenta. El uso del velo en ese país persiste por la interpretación tendenciosa de los textos sagrados, pues el Corán no lo impone; sólo lo recomienda. Lo anterior, por los dogmas de la superioridad del varón. Cabe señalar que en ningún pasaje del Corán se estipula el uso obligatorio de la burka2 para las mujeres; más bien se trata de una ley impuesta por los talibanes en 1996.
Ante todas las adversidades, ésta es una buena oportunidad para el mundo —en general— de romper los dogmas y los sesgos del mundo musulmán y rechazar la islamofobia que ha penetrado a la ideología occidental por las limitaciones impuestas a las mujeres y por el surgimiento de diversos grupos fundamentalistas o terroristas que basan sus atrocidades en un falso Yihad3 cuando se sienten amenazados los principios esenciales del islam.
Dudas en el aire
¿La embajada de México en Qatar logrará estar a la altura de la diplomacia deportiva ante las barreras culturales? ¿Prevalecerá el desconocimiento de los 50,000 aficionados mexicanos acerca de los usos y costumbres del país anfitrión? ¿Qué sucederá si la afición mexicana hace uso de su grito homofóbico en la cancha? ¿Qatar logrará la simpatía mundial para organizar futuros eventos internacionales? ¿Lograremos disputar el anhelado quinto partido?
Fuentes de consulta
Andrew Rozanov (2005), “Who Holds the Wealth of Nations?”, Central Banking Journal. Disponible en https://www.centralbanking.com/central-banks/financial-stability/2072255/who-holds-the-wealth-of-nations.
esade (2012), “Informe fondos soberanos 2012”. Disponible en http://www.iberglobal.com/Archivos/fondos_soberanos_investinspain.pdf.
Sovereign Wealth Funds Institute (s. f), “What is a Sovereign Wealth Found?” Disponible en https://www.swfinstitute.org/research/sovereign-wealth-fund.——— (s. f.), “Classifications of Sovereign Wealth Funds”. Disponible en https://www.swfinstitute.org/research/sovereign-wealth-fund.
Notas: