Raúl Contreras y Marco A. Zeind: Autonomía universitaria

En el marco de la reciente publicación del libro Universidades públicas autónomas: límites y alcances de la autonomía universitaria (Tirant lo Blanch y Facultad de Derecho-unam, 2022), de Raúl Contreras Bustamante y Marco Antonio Zeind, hablamos con los autores, académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, acerca de la relevancia de su publicación, así como de los riesgos que enfrenta la autonomía universitaria en la actualidad.

𝗥𝗮𝘂́𝗹 𝗖𝗼𝗻𝘁𝗿𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗮𝗺𝗮𝗻𝘁𝗲 es director de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. 𝗠𝗮𝗿𝗰𝗼 𝗔𝗻𝘁𝗼𝗻𝗶𝗼 𝗭𝗲𝗶𝗻𝗱 𝗖𝗵𝗮́𝘃𝗲𝘇 es director del Seminario de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.


¿Cuál es la pertinencia de la autonomía universitaria?

RCB: Existen diversas formas de entender y explicar la autonomía —que es una característica, quizá la más importante, que tiene una universidad pública—. Consideramos que eraun tema tan importante que teníamos que hacer un estudio científico que la explicara desde el punto de vista histórico, por su trascendencia social y por la muy importante característica que tiene para la vida de las universidades. Pensamos que la forma más adecuada de hacerlo era a través de un análisis comparativo entre las 40 instituciones de educación superior que la gozan para que pudiéramos evaluar sus alcances y sus límites.

¿Cuáles son los alcances de la autonomía universitaria? 

MAZ: La universidad es la institución más autónoma que puede haber en la estructura institucional del Estado mexicano, el organismo descentralizado del Estado que acompaña a muchas de esas instituciones (que, aunque no se les denomina autónomas, cumplen con los requisitos para serlo). La intención inicial que tuvo la autonomía universitaria otorgada en 1917 fue separar a la educación superior de todo el sesgo político del que puede ser objeto de manera sistemática. 

Ese alcance es el mayor que puede haber en esta estructura institucional y se refleja en el hecho de que son las únicas 40 instituciones en las cuales, para la elección de los integrantes de sus órganos de gobierno, solamente participa la respectiva comunidad universitaria. Desde hace mucho tiempo ha habido una confusión acerca de que el organismo constitucional autónomo es el organismo con el más alto grado de autonomía; pero no es así, porque para la elección de los integrantes de esos organismos se requiere la intervención de dos poderes, mientras que en el caso de las universidades públicas autónomas solamente sus comunidades universitarias deciden quiénes van a ser sus autoridades.

Los alcances de la autonomía son amplísimos y son los indispensables para que la libertad académica que se quiere garantizar, promover, proteger y respetar, como un derecho, se pueda ejercer correctamente. 

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Este libro se inserta en un momento muy particular de la historia de México. Si bien históricamente las universidades autónomas han estado en riesgo por el papel de los actores políticos del país, ¿a qué retos se enfrentan en la actualidad?

RCB: Es un desafía que ha existido siempre en la vida de la universidad nacional. Hay estudios que demuestran que desde que se fundó, en 1551, la Real Universidad de México, la relación de estas instituciones no siempre ha sido armónica con los gobiernos en turno. La relación que hay entre el poder y el conocimiento hace que existan divergencias; no siempre desde el poder se acepta que existan lugares donde pueda haber libertad de cátedra, de expresión y de investigación, donde se fomenten la tolerancia, la pluralidad y hasta la disidencia y la confrontación. La tentación de intervenir en la vida de las universidades, para generar pensamientos únicos o impedir que se pueda expresar la gran riqueza de pensamiento que se produce en esos espacios, siempre estará presente. No es un tema nuevo; por eso consideramos que la autonomía es el principal atributo que tiene una institución de educación superior pública.

Parte importante de la autonomía universitaria es que fomenta la democracia. ¿Cuál es el vínculo entre la una y la otra?

MAZ: En la vida interna de las 40 instituciones se escucha a toda la comunidad universitaria; ese es un principio. Además de enseñarse sobre democracia en estas instituciones, la democracia se experimenta. En este libro hemos señalado que buena parte de la transición democrática mexicana se debe a la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Hay sucesos muy importantes, como la gran reforma política de la década de 1970, que demostró la funcionalidad de que una institución no fuera subordinada directa del presidente de la República —que por tradición siempre ha sido el poder de poderes—, y que se hiciera de manera exitosa, pues se probó que esa institución podía administrarse y autogobernarse de una manera eficaz —como lo hace buena parte de estas instituciones—. Entonces se comprobó que no era indispensable sujetarse a los designios políticos. Lo que sí era necesario e ineludible para las universidades era cumplir con sus tres labores fundamentales: la libertad de docencia. la libertad de investigación y la difusión de la cultura. De este modo hemos afirmado de manera contundente que la relación entre democracia y universidad se vive cotidianamente en estas instituciones. 

De acuerdo con su experiencia, ¿qué papel ha desempeñado la Facultad de Derecho en la construcción de esa autonomía universitaria?

RCB: La autonomía es una conquista que se generó con movimientos a lo largo de la historia. No es una cuestión dada: se tiene que fortalecer, defender y preservar. La autonomía se fortalece cuando se le puede ofrecer a los estudiantes que existan profesores de todas las corrientes de pensamiento, que se les garantice que puedan escoger con libertad las tendencias ideológicas de los profesores, que puedan producirse debates en el seno de la facultad con respeto y tolerancia, y que, con base en la diversidad, las ideas se confronten, se discutan y se comparen, y que los jóvenes empiecen a forjarse, primero, como buenos ciudadanos; luego, como buenos juristas. Construir una ciudadanía bien formada es una contribución a la democracia. Nosotros pensamos que quien tiene acceso a la educación puede entender el mundo; pero quien tiene acceso a la educación superior puede cambiar el mundo. 

Han publicado este libro con dos grandes casas editoriales: la Facultad de Derecho-unam y Tirant lo Blanch, lo cual denota un gran esfuerzo para su divulgación. ¿Por qué deberíamos leerlo?

MAZ: Porque desde hace algún tiempo detectamos la falta de un estudio técnico acerca de la autonomía universitaria. Si bien existen muchos estudios y es un tema que se ha abordado en diferentes momentos, nos percatamos de que hay una laguna. Ante esa circunstancia decidimos emprender esta investigación. La importancia de difundir las ideas que se plantean en este libro se basa en la necesidad de abogar por la autonomía universitaria; debemos estudiarla y defenderla, porque hay universidades cuya autonomía está en riesgo. Como comunidades universitarias tenemos que defenderla juntos.

¿Consideran, entonces, que su libro es un instrumento para el cambio?

RCB: Sí. En el libro se hace un análisis comparativo de qué se entiende por autonomía en cada una de estas 40 instituciones para tener un estudio de mejores prácticas que ayude a las demás instituciones autónomas a ver qué cosas se están haciendo bien y cuáles son las acechanzas que, contra la autonomía, se están padeciendo en diversas instituciones (como la limitación presupuestal).

A su vez, en este libro presentamos los límites que tiene la autonomía, comenzando con que no debe ser entendida como sinónimo de extraterritorialidad. Las universidades que hacen uso de los recursos públicos no están exentas de la obligación de manejarlos con absoluta transparencia y con rendición de cuentas puntual para que la ciudadanía sepa en qué se está invirtiendo.  

¿Cuál es su visión sobre el panorama universitario para el 2023? 

RCB: El libro llega a la conclusión de que no puede haber un desarrollo nacional sin la existencia de las universidades públicas. El hecho de que este año exista un proceso para la renovación orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México propicia que se tengan que tomar todas las providencias para explicar muy bien qué es la autonomía, cómo debe funcionar un proceso autonómico para garantizar la renovación de autoridades, cómo debemos actuar para que no exista la intromisión de autoridades o de otros grupos de presión que traten de influir en el proceso, con objeto de que la universidad pueda funcionar en las mejores condiciones. No hay que olvidar que esta universidad es la mejor valorada por los rankings internacionales, quienes la consideran como como una de las primeras del mundo.

¿Por qué es relevante este libro en el actual contexto político mexicano?

RCB: Una universidad, como lo dice su nombre, implica universalidad. Aquí tienen cabida todas las formas de pensamiento, pues la universidad está diseñada para que todas las ideas se puedan expresar y se puedan confrontar; para que se puedan debatir sin que se produzcan fracturas o violencia. Se trata de que en el seno universitario las inteligencias aprendamos de la diversidad y podamos escucharnos con tolerancia. La universidad no debe participar en los procesos político-electorales, ni tiene por qué ser un botín político  

Si el gobierno puede tener una buena relación con las universidades, puede tener al servicio de sus programas de trabajo, de sus planes y de sus políticas públicas su conocimiento y sus investigaciones. Es mejor que haya respeto y tolerancia a la autonomía. Creer que porque es una universidad que depende del presupuesto tiene que estar al servicio de un pensamiento único o que debe evitar la crítica constituye una visión miope de lo que es la universidad y para lo que debe ser: servir a la sociedad y al gobierno. 

MAZ: La importancia de estudiar la autonomía y defenderla es parte de una convicción democrática, de una obligación académica y, desde luego, de una parte fundamental de lo que se genera aquí en la facultad y en la universidad, que es ciudadanía. Tenemos, por ejemplo, el Observatorio de Organismos Constitucionales Autónomos, que demuestra la convicción de que el logro de la autonomía constitucional es un logro de la democracia. Una forma que hemos encontrado para que las instituciones funcionen mejor.

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