Salvador Guerrero: C5, seguridad ciudadana


Salvador Guerrero Chiprés es el titular del C5 en la Ciudad de México. Platicamos con él sobre la seguridad, la videovigilancia y los servicios que prestan desde Centro de Comando, Control, Comunicación, Cómputo y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México.


¿Qué es el C5?

Es el Centro de Comando, Control, Comunicación, Cómputo y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México; en pocas palabras, es la instancia que se encarga de la gestión de toda la videovigilancia de la ciudad, que cuenta con 83,400 cámaras. Aquí se aloja la alerta sísmica y también se despacha, se gestiona y se atiende todo lo relativo a la telemedicina y a la atención prehospitalaria, o sea, las ambulancias. Por si fuera poco, también atendemos varias líneas telefónicas, una de las cuales es la de Locatel, así como la nueva línea antiextorsión, que tiene poco de haberse establecido (ahí se denuncia de manera anónima o se solicita ayuda para evitar la extorsión, sea la telefónica o la que coloquialmente se conoce como de cobro de piso). También hay otras tres líneas: *765, que combate violencia familiar y de género; 089 que combate la delincuencia con base en denuncias anónimas, y, finalmente, la 911.

Básicamente esas líneas telefónicas están conectadas con la atención prehospitalaria, la alerta sísmica, las cámaras de videovigilancia y los botones de auxilio de la Ciudad de México. El C5 es el corazón de la seguridad de la capital nacional. Como su coordinador general participo todos los días en el Gabinete de Seguridad que encabeza la jefa de gobierno, junto con el fiscal general de justicia, el jefe de la policía, los titulares del Ejército, la Marina, la Guardia Nacional y la Secretaría de Protección Civil, entre otras instancias, todos encabezados por Clara Brugada. Ahí se abordan los asuntos de seguridad y otros temas relacionados. En síntesis, el C5 es parte integral de la estrategia de seguridad de la Ciudad de México. 

Un dato para entender la dimensión del C5: el Estado de México tiene 20,000 cámaras, en tanto que la Ciudad de México cuanta con 83,400, aun cuando la extensión territorial de la capital de la República es casi una tercera parte de la del Estado de México. En la ciudad, además, tenemos 80,000 mil policías para velar por la seguridad de los habitantes y para atender emergencias y otras incidencias cotidianas de la ciudadanía.

¿Cómo ha ayudado la videovigilancia a generar seguridad en la Ciudad de México?

Contribuye de muchas maneras. Aquí les comparto tres: una, a través de la prevención, pues muchas personas que se dedican a actividades ilegales saben que si hay una cámara existe un riesgo mayor de que en algún momento sean consignados por el delito que pudieran cometer. Otra, mediante la persecución del delito, porque los videos que graban estas cámaras pueden ser incorporados como elementos de prueba a cualquier carpeta de investigación. Y la tercera, por medio de la persuasión, pues favorece una percepción positiva de seguridad.

¿Cuáles delitos son los que más se han logrado prevenir y combatir desde el C5?

Hay delitos de alto impacto y delitos de bajo impacto. En todos los casos el C5 contribuye a reducir su incidencia. Quiero ofrecerles algunos datos muy sencillos. En los últimos seis años la incidencia delictiva en la Ciudad de México ha disminuido 47 por ciento —algunos aseguran que hasta 57 por ciento–; además, en los últimos años también ha mejorado la percepción de seguridad de la ciudadanía, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, pues durante el primer trimestre de 2018 alrededor de 95 por ciento de la población consideraba que la ciudad era insegura; no obstante, la última medición de este instituto señala que en la actualidad ese porcentaje bajó a 52 por ciento; lo que quiere decir que la percepción sobre la seguridad ha mejorado 40 puntos porcentuales. Estos son datos muy concretos que demuestran la contribución de la estrategia de seguridad de la que forma parte el C5.

Usted formó parte del Consejo Ciudadano. ¿Qué papel desempeña la ciudadanía en el trabajo del C5?

En el caso del C5, por más cámaras que tengamos, siempre serán insuficientes si asumimos que hay más de 10 millones de habitaciones donde podría estar ocurriendo algún acto delictivo. Y lo único que complementa la labor del C5 es la mirada ciudadana. En consecuencia, las miradas ciudadana y tecnológica tienen que converger para aportar a la estrategia de seguridad en la prevención y en la persecución del delito. Indiscutiblemente, el papel de la ciudadanía en materia de seguridad es esencial.

En Manhattan, en Londres y en otras ciudades del mundo, como Tel Aviv, a la hora de que suceden cosas extraordinarias de violencia, resulta que la estrategia de seguridad es insuficiente a pesar de la modernidad de sus equipos tecnológicos, de sus estrategias antidelincuencia o, inclusive, de sus protocolos antiterroristas. Eso ocurre porque falla un elemento de la ecuación: a veces de liderazgo, pero muchas veces de involucramiento ciudadano eficiente que favorezca una atmósfera de denuncia oportuna. En este sentido, en ninguna ciudad del mundo es suficiente el equipo tecnológico de seguridad más eficaz. Siempre es indispensable que cuente con el acompañamiento de una ciudadanía atenta, responsable y participativa que asertivamente reivindique el derecho de todas y de todos a vivir con justicia, con orden, con igualdad, protegida de cualquier amenaza a su integridad. 

¿Cómo funciona la videovigilancia desde el C5?

Bueno, se basa en una estrategia de minería de datos a partir de la información que se recopila de todas nuestras líneas telefónicas y de los sucesos captados por nuestras cámaras. Realizamos un análisis de todos esos datos y presentamos reportes regulares al Gabinete de Seguridad.

Efectivamente, el C5 realiza una contribución constante de información para que el Gabinete de Seguridad tome decisiones en la materia. Además, elaboramos reportes a la medida, para atender algunas prioridades de la estrategia: la extorsión, el homicidio doloso o la violencia contra las mujeres y otros grupos en situación de vulnerabilidad (adultos mayores, niñas, niños y adolescentes). También damos prioridad al protocolo para que en el espacio público prevalezca la perspectiva de género. Asimismo, acabamos de presentar la H2O, una línea que combate los abusos en el consumo del agua. En síntesis, contribuimos decisivamente a la disminución de la incidencia delictiva en diferentes fases, en diversas situaciones, a distintas horas y con sus correspondientes prioridades.

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