La educación juega un rol central en la construcción del Estado de derecho. El constructivismo como metodología pedagógica puede servir para que las abogacías en formación adquieran los valores necesarios para tal efecto. Al respecto platicamos con Sonia Venegas, directora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Usted desempeña un papel trascendental en los procesos de formación de juristas, en un contexto convulso, en términos políticos, económicos, sociales… ¿Cuál es el rol social que juegan las abogacías en México?
Sonia Venegas – Hoy en día las abogacías deben atender prácticamente todas las áreas sociales que tiene nuestro país. No solamente deben contar con los conocimientos jurídicos, sino también tienen que estar provistas de una serie de valores. Siempre ha sido así, pero en la actualidad resulta particularmente trascendental el papel del abogado en el cuidado del medio ambiente incorporando a su vida cotidiana los valores que le faciliten asumir prácticas sustentables. Lo mismo ocurre con la ética, porque desafortunadamente uno de los grandes lastres de la sociedad mexicana es la corrupción. Influir para que los abogados posean estos valores éticos como parte de su forma de vida, no como una agenda que deben cumplir, es una tarea que nos corresponde a los formadores de los futuros juristas.
La inclusión es uno de esos valores. Necesitamos una sociedad incluyente, una universidad incluyente, una facultad incluyente. Cuando yo ingresé a la Facultad de Derecho, permeaba en la sociedad una violencia normalizada en contra de los grupos históricamente más vulnerables; hoy, desde la universidad y desde la facultad, hemos comenzado a cambiar esa mentalidad a partir de haber reconocido que existe una desigualdad atroz y que es nuestro compromiso formar a nuestros estudiantes con una perspectiva de igualdad en general, pero también de igualdad de género en particular
También debemos tener mucho cuidado al incorporar las nuevas tecnologías, como objeto de estudio y herramienta de trabajo para facilitar la vida profesional. Estamos presenciando el auge de la inteligencia artificial generativa que nos obliga a repensar y a cuestionar nuestros planes de estudio. ¿Qué debe tener el egresado de una escuela de derecho, en particular de nuestra Facultad de Derecho? Desde luego, también debemos hablar de contenidos.
¿Qué metodologías pedagógicas responden a los valores que se protegen desde el derecho?
Sonia Venegas – Yo propondría que se consolide el constructivismo jurídico, porque fueron muchas décadas de clase magistral y de estudiar sólo la ley (totalmente positivista). El cambio no puede llevarse a cabo de la noche a la mañana. Cuando fui secretaria académica, siguiendo la instrucción del director, promovimos la formación docente. Al pensar en los egresados de la Facultad de Derecho también es importante pensar qué tipo de formación le vamos a proporcionar a nuestra plantilla docente. Ahora no podemos decir que la plantilla docente ha asimilado al cien por ciento lo que implica el constructivismo jurídico; en este sentido, el hecho de plantear nuevas metodologías sería irresponsable. No obstante, creo esa es la metodología adecuada, por los conocimientos que poco a poco va integrando al estudiante, de los que éste echa mano para construir su propio conocimiento.
Yo imparto la materia optativa Derecho y literatura. ¿Qué opina usted de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en la formación de los juristas?
Sonia Venegas – Creo que son muy importantes y necesarias. En mi plan de trabajo establezco que debe haber una educación mucho más multidisciplinaria impulsada por medio de investigaciones de esa naturaleza. Por ejemplo, pensemos en una tesis de titulación que tiene que ver con la materia energética, mediante la cual se gradúa una alumna de ingeniería y un alumno de derecho con el mismo trabajo. Me parece que esto es muy importante. También estoy proponiendo que haya 12 materias de movilidad y que obligatoriamente una de ellas se curse en otra facultad para promover la oportunidad de crear ese lazo transdisciplinario, multidisciplinario e interdisciplinario. Una de mis propuestas son las tesis colectivas. En lo concerniente a la relación derecho y literatura, a mí me encanta la idea, pues creo que el jurista no sólo debe tener conocimientos jurídicos sino también literarios.
En el ámbito académico, ¿qué opina de la inclusión de las juventudes?
Sonia Venegas – Entre sus ejes de trabajo nuestro rector contempla la renovación de los cuadros académicos con abogados de las nuevas generaciones. Durante mi época de estudiante, yo no tuve esa oportunidad que hoy tienen los jóvenes de integrarse a redes de investigación o a los mismos cuadros académico-administrativos. Yo quiero apoyar a los estudiantes para integrarlos a ese tipo de redes y que participen en cuerpos colegiados. Es imprescindible escuchar la voz de las y los jóvenes con toda la diversidad de sus ideologías para que seamos realmente inclusivos.
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¿Cuál es la situación actual de la Facultad de Derecho?
Sonia Venegas – Me gustaría señalar que la fortaleza de la Facultad de Derecho está en su comunidad estudiantil, académica y docente; podemos presumir que tenemos a las mejores y a los mejores docentes, por ejemplo. Prueba de lo anterior es que muchos libros a los que coloquialmente referimos como “de base” son de autores que integran nuestra planta docente y del personal administrativo sin los cuales la facultad no funcionaría. Históricamente, la Facultad de Derecho ha sido el semillero de los abogados; el lugar donde se forman las mejores y los mejores juristas del país.