Manuel Jorge Carreón Perea
2020
Una de las lecturas que más disfruté el año pasado (suena extraño decir que ya ha pasado 2022), fue la novela/cuento largo (me cuesta trabajo definirlo por su extensión, así que lo coloco en estas dos categorías) que lleva por título Vía eterna. Una novela de Manuel Jorge Carreón Perea.
Queda claro, desde el inicio del escrito, que nos encontramos frente un ejercicio narrativo que, si bien tiene mucho que mejorar, al parecer se deriva de experiencias autobiográficas del autor y en el que se abordan muchos temas propios de este mundo postmoderno: la carencia de oportunidades laborales; trabajos mal pagados e insufribles en los que es difícil convivir con los compañeros que poco o nada nos ofrecen, y las desazones propias del amor juvenil.
Una frase que resume hacia dónde va la novela es la siguiente: “Llevaba semanas sin poder concentrarme en algo. Mi último trabajo fue en una galería en el centro de la ciudad y desde que fui despedido (me gustaría decir que renuncié) vivía de mis ahorros, de algunas clases que impartía en una preparatoria aledaña a mi colonia y de la caridad de algunos conocidos que continuamente me invitaban a comer”.
Se trata de una narración de corte existencialista que llama la atención por la escritura sincera y directa del autor al que, vale la pena decirlo, deberíamos consultarle si constituye o no un relato autobiográfico.
Briceida Cervantes Sánchez