Hacia un modelo punitivo favorable para las víctimas
José Zamora Grant
INACIPE
2022
Con una metodología de reconstrucción sociohistórica y una perspectiva crítico-criminológica, este libro, Víctimas y justicia penal, busca dar cuenta del proceso de transición de la justicia penal hacia un paradigma punitivo mucho más correspondido con la dignidad humana. Para ello, aborda ampliamente el proceso de construcción de un paradigma punitivo que al menos durante dos siglos (del XIX al XX) se arraigó en el saber penal, en la legislación de la materia y en las políticas de la criminalidad y la cultura punitiva, tanto de las personas que operan el sistema penal, como del público en general, paradigma que identifica como de defensa social.
Bajo la influencia ideológica de la defensa social, se dio prioridad a los intereses sociales —y a los públicos— sobre los derechos de las personas y se conformaron fórmulas punitivas de corte retribucionista y utilitarista: las penas ejemplares a manera de castigo y venganza y la pretendida utilidad social legitimaron la pena privativa de la libertad y las políticas prevencionistas de corte intervencionista. El modelo procesal mixto inquisitivo es fruto de este paradigma punitivo.
La crisis de la teoría social fundada bajo aquella influencia por la premisa de clasificar a las personas, y con ello legitimar el control de unas por otras, llegaría con el Holocausto y con la Segunda Guerra Mundial. A partir de ahí se construiría un nuevo paradigma para la teoría social, los derechos humanos, el derecho y las ciencias penales en torno de la dignidad humana. Las inercias cosificantes de las fórmulas retribucionistas y utilitaristas de control sobre las personas a las que hacía objeto del derecho penal, debían —aún deben— dar forma a un paradigma punitivo que priorizara a las personas y sus derechos. Un paradigma punitivo que se construyera en torno de las personas víctimas de los delitos y de las violaciones a los derechos humanos, que estableciera mecanismos idóneos de garantía para un acceso pleno a la justicia.
Según el autor de este libro, Víctimas y justicia penal, priorizar la garantía de derechos para las personas que entran en contacto con el sistema penal (imputadas y víctimas de los delitos y de las violaciones a sus derechos humanos) debe ser el hilo conductor de este paradigma punitivo aún en construcción; lo que no implica olvidar las pretensiones punitivas del Estado, sino centrarlas en la garantía de derechos para las personas, de acceso a la justicia, de atención y reparación integral del daño. ¿Cuál es el camino para conseguirlo? ¿Cuáles son los avances y cuáles los pendientes? Estas son algunas interrogantes a las que el autor ofrece respuestas a lo largo de la obra.
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